Quiero agradecer a mi brillante esposa y compañera en todas mis cosas, Renee, por tener paciencia conmigo mientras le daba vida a este libro. Gracias a mis brillantes hijos, Daniel y Madison; ustedes son mis más valiosos diamantes. He sido bendecido al ser vuestro padre.
Dale Cochran, aprecio que hayas abierto una gran puerta para mí. Te estaré agradecido por siempre. Joe DiDomizio y Sara Hinckley, de Hudson Group, gracias por correr el riesgo de presentarme ante HarperCollins. Gracias a Keith Harrell por ser la catalizadora y la conectora para ayudarme a revelar mi brillo.
Jan Miller, Shannon Marven y Cheri Gillis, mi equipo literario en Dupree/Miller, gracias por vuestra sabiduría y guía durante este esfuerzo. Joe Tessitore, Ethan Friedman, George Bick, Angie Lee, Sarah Brown y todos los increíbles diamantes de HarperCollins que hicieron que este proyecto fuera posible, muchas gracias. Desde hoy y hasta la eternidad, los llamaré “Los Brillantes.”
Gracias especiales a Diane Sears por ayudarme a descubrir los diamantes. Melissa Monogue, gracias por tu increíble paciencia y genialidad para el diseño gráfico. Juli Baldwin, tú eres mi abrillantadora. Gracias por darme forma y pulirme durante este tedioso proyecto de libro. Nunca me abandonaste. A tu propio modo, sonreíste y seguiste sacando las gemas escondidas y te rehusaste a conformarte con piedras de circonio. Gracias. Simon cree… ¡que eres brillante!
Gracias a mi brillante equipo en The Belief Institute: Melissa Spencer, Michele Lucia, Lisa Long y Carolina Bartholomew.
Finalmente, gracias a mi maestro y entrenador de vida, Dr. Mark Chironna, y a todas las otras personas que han influido profundamente en mi vida: T.D. Jakes, Joseph Garlington, Doug Holladay, Eddie Long, Tudor Bismark, Myles Monroe, Ralph Veerman, Mike Nelson, Mark Victor Hansen, Ken Blanchard, Nido Qubein y Thom Winninger.