“PERO EL DESEO DE CONOCIMIENTO, COMO LA SED
DE RIQUEZAS, SE INCREMENTA AÚN MÁS
CUANDO LO ADQUIERES.”
—LAURENCE STERNE,
AUTOR DE THE LIFE AND OPINIONS OF
TRISTRAM SHANDY, GENTLEMAN
Recuerdas al Curioso George? Es el monito curioso que, junto con su amigo El Hombre del Sombrero Amarillo, es el protagonista de los libros para chicos Curious George de Margaret y H.A. Rey. George observa todo lo que sucede a su alrededor. Y porque es curioso, quiere investigar las cosas que no le son familiares y experimentar situaciones nuevas para él. ¿Puede hacer una pizza? ¿Ser guardavida? ¿Andar en bicicleta? ¿Encabezar un desfile? ¡Puedes apostar a que lo descubrirá! George corre riesgos. Su curiosidad lo fuerza a zambullirse de cabeza y a vivir la vida en total plenitud. A veces está asustado y a veces su naturaleza curiosa provoca un caos o lo mete en situaciones peliagudas. Pero al final, siempre sale del apuro y aprende algo nuevo y valioso en el proceso.
¿Puede el personaje de un libro para niños realmente ser un buen modelo de conducta para los adultos? ¿Puede un mono enseñarnos algo sobre cómo revelar nuestro brillo? ¡Por supuesto!
La curiosidad es un deseo de saber o aprender. Nunca subestimes el poder de la curiosidad. Te des cuenta o no, tu mente se desarrolla y cobra vida cuando se enfrenta a un desafío. Dejas que tu brillo se revele cuando admites que no sabes algo pero estás ansioso de investigar sobre ello. Cuando tu objetivo es investigar el mundo que te rodea, ese deseo de conocimiento se vuelve un impulso interior para descubrir lo nuevo en lo viejo y lo viejo en lo nuevo. La magia de la curiosidad es desentrañar un misterio y solucionar un acertijo.
La gente curiosa formula preguntas, busca respuestas, se pregunta cómo funcionan las cosas y prueba nuevos análisis para resolver viejos problemas. Puedes reconocerlos rápidamente por su conducta.
La curiosidad naturalmente te conduce a aprender, desaprender y volver a aprender. El filósofo Eric Hoffer dice, “En el futuro, los que continuamente aprenden heredarán la Tierra, mientras que los eruditos se verán hermosamente equipados para vivir en un mundo que ya no existe”. Como prueba de que tiene razón, los directores ejecutivos de la Corporación Sony de Japón tienen la política de no tomar en cuenta el nivel de educación de cada empleado una vez que ha sido contratado. Quieren que cada individuo sea visto como alguien que desarrolla al máximo su potencial, un innovador, un “buscador de lo desconocido” para contribuir a la construcción de un mundo mejor, y no que sea juzgado por sus logros académicos solamente.
En el futuro, el modelo de remuneración en los negocios valorará el conocimiento sobre la actividad. Si eres una persona curiosa con una mente que tiende a buscar soluciones, siempre estarás en demanda y podrás trabajar para la organización que escojas. Tu conocimiento te distinguirá dentro de una multitud de gente talentosa y motivada.
La historia de Randy
Probablemente podrías llamarme una “aprendiz perpetua”, lo que no debe confundirse con una “estudiante perpetua”. No me gusta esa sensación incómoda que tienes cuando estás aburrida de ti misma y te sientes anquilosada. La exploración en busca de nueva información es una “urgencia” para mí.
Aprender es más que estar presente y escuchar. Pienso que el talento está en la curiosidad, la necesidad de saber más y luego tomar lo que se ha aprendido y ponerlo a funcionar, a veces de formas inesperadas. El tema realmente no importa, podría ser cálculos o tejido. Es el proceso de aprendizaje lo que es importante. El lugar no tiene que ser necesariamente un aula. El maestro puede ser un libro, un amigo, un viaje, una cinta sonora o un programa de software. El proceso puede ser tan simple como quedarte sola para pensar, volver a mirar y analizar las cosas de forma diferente. O puede ser prolongado, con paradas y comienzos, y después una mirada hacia atrás, llena de orgullo por lo que has logrado.
Mi carrera en el mundo de los servicios financieros duró diecinueve años hasta que una contracción de la industria me dejó sin trabajo. Afortunadamente, tenía varias opciones porque había desarrollado conocimiento y habilidades transferibles a través de la participación en diferentes organizaciones profesionales. Esas habilidades me ayudaron a seguir adelante nuevamente en mi carrera. Mi objetivo siempre era aprender más, no necesariamente para conseguir un ascenso o una posición mejor. Algunas personas hacen el mismo trabajo del mismo modo por años. En el mundo laboral actual eso es peligroso. El cambio nos deja atrás con facilidad. Si no aprendes continuamente, puedes llegar a quedar descalificado para tu trabajo.
Unos meses después de empezar a trabajar en un nuevo campo, participé en un taller. ¡Allí me vi expuesta a nuevas ideas! Estaba cautivada por la información y de repente sentí que había encontrado una parte de mí misma que había estado, si no perdida, al menos pasada por alto. Durante el seminario hubo un momento en el que tanto mi cuerpo como mi cerebro querían bailar. Mi mente volaba pensando en las distintas formas en que podía usar esa información. Me di cuenta por primera vez cuán importante era para mí ponerme retos intelectuales.
Mi madre una vez me dijo que me convenía encontrar un hombre y casarme porque nunca tendría éxito sola. ¡Imagínate cómo me sentí cuando mi breve matrimonio terminó en divorcio!
Estando sola, he aprendido a hacer reparaciones simples en la casa, a instalar molduras, colgar barras para cortinas, pintar, pintar con plantillas, limpiar la rejilla de ventilación de la secadora que hay en el techo y a diseñar y plantar el jardín.
Una promesa que me hice a mí misma fue que no me quedaría en casa simplemente porque no tuviera a alguien con quien viajar. Ahora, ¡viajar sola es una de mis mayores alegrías! Me encanta alquilar un auto y salir a explorar.
En la vida, debemos fijarnos nuestros propios objetivos y celebrar nuestras propias victorias, aún cuando nadie más se entere. ¡Qué sentimiento maravilloso de logro tienes cuando aprendes una nueva habilidad, obtienes nueva información, vences un miedo o pruebas algo nuevo!
¡Siente curiosidad por aprender! Cómo aprendes es tan importante, si no más importante, como que qué aprendes. Podrías comenzar invirtiendo en una copia de The Learning Revolution de Gordon Dryden y Jeannette Vos. Es un gran libro que describe un sistema de aprendizaje para toda la vida que tal vez tengas que leer varias veces, pero una vez que “lo comprendes”, tu vida ya nunca será la misma. Sugiero prestar especial atención a la discusión de la innovadora teoría de las múltiples inteligencias del profesor de la Universidad de Harvard, Howard Gardner. La filosofía de Gardner es que la tradicional medición de la inteligencia basada en el IQ es demasiado limitada. En cambio, él sugiere que hay ocho clases diferentes de inteligencia que representan mejor el amplio espectro de potencial que existe dentro de cada uno de nosotros. Los ocho tipos de inteligencia son:
Tu inteligencia es el área en la que te destacas. Es lo que viene a ti naturalmente. Cuando usas tu inteligencia especial, te sientes satisfecho e interesado. Del mismo modo en que un diamante brilla aún más cuando se lo corta con la forma de su perfil natural (como esmeralda, pera o marquesa), tú liberarás tu brillo más fácilmente cuando operes en el área de tu inteligencia natural.
En la universidad yo pensaba que quería ser contador. ¡No parecía importarme el hecho de que odiaba la matemática! Un día, un profesor que me había visto hablar frente a un grupo grande de alumnos me dijo, “No seas contador, eso no es lo que tú eres. Eres estupendo hablando en público. Ahórrate un poco de martirio y dolor. Deja la contabilidad y haz lo que te gusta”. Allí fue cuando di un paso atrás y me tomé algún tiempo para descubrir que mi inteligencia es lingüística. Dedicarme a empeños como hablar y escribir, para los que recurro a mi inteligencia natural, me ha proporcionado un maravilloso ingreso, un lindo estilo de vida y, lo más importante, un conducto de salida para expresar mi brillo.
Yo te aconsejo que identifiques tus inteligencias naturales, luego inviertas en ellas y aprendas a utilizarlas. Toma clases y participa de talleres y seminarios sobre cómo desarrollar tus inclinaciones naturales. Busca organizaciones de desarrollo profesional que nutran tu inteligencia y tu curiosidad. Busca en Internet. Pregunta a personas que tengan la misma inteligencia natural que tú. “¿Cómo me puedo convertir en el mejor en esta área?”
Cuando sabes cuál de los ocho es tu tipo de inteligencia, el aprendizaje y el descubrimiento se vuelven una diversión. Aprendes porque quieres, no porque debes. Sientes entusiasmo por ver qué más puedes descubrir, y estás listo para zambullirte de cabeza en nuevas situaciones. Te conviertes en alguien que se arriesga, que desea vivir la vida en su plenitud.
Esto me recuerda cierto monito que conozco.
VALORACIÓN PERSONAL
Te invito a responder las siguientes preguntas:
INTELIGENCIA | CALIFICACIÓN |
---|---|
Ligüística (inteligencia para las palabras) | _____ |
Lógica/matemática (inteligencia para los números/el razonamiento) | _____ |
Espacial (inteligencia para lo visual/la imagen) | _____ |
Cinestésica (inteligencia del cuerpo) | _____ |
Musical (inteligencia para la música) | _____ |
Interpersonal (inteligencia para relacionarse con la gente/para lo social) | _____ |
Intrapersonal (inteligencia intuitiva) | _____ |
Naturalista (inteligencia para la naturaleza) | _____ |
Aquí tienes tres medidas a tomar para pulir tus facetas y fomentar tu curiosidad.
Revelas tu brillo más fácilmente cuando operas
en el área de tu inteligencia natural.