“PORQUE CUAL ES SU PENSAMIENTO EN
SU CORAZÓN, TAL ES ÉL.”
— PROVERBIOS 23:7
La claridad es probablemente el más importante de los factores que afectan la calidad y el valor de cualquier diamante. Claridad literalmente significa “limpieza” y se refiere a la capacidad de un diamante de permitir el libre paso de la luz. Los extremos de claridad pueden producir un diamante brillante, magnífico o una piedra turbia, opaca y apagada. La mayoría de los diamantes tienen imperfecciones naturales, llamadas inclusiones, que afectan la claridad al impedir que la luz pase a través de la piedra. Las inclusiones parecen pequeñísimos cristales, nubes, puntos o plumas y son exclusivas a cada diamante. Algunas personas no ven las inclusiones como defectos, sino más bien como características que identifican, o “huellas digitales de la naturaleza”. La claridad de un diamante está graduada de acuerdo a cuántas, cuán grandes y cuán visibles son las inclusiones: cuantas menos y más pequeñas sean las inclusiones, más valioso será el diamante.
Como personas, todos tenemos “inclusiones”, ninguno de nosotros es perfecto. Es necesario para cada uno de nosotros identificar nuestras inclusiones personales en el viaje hacia la comprensión de nuestro propio valor. No importa dónde comiences en la vida, nunca serás perfecto. ¿Sabes qué? Está bien. Simplemente reconoce la necesidad de hacer el trabajo interior. Un diamante sin defectos, con claridad perfecta, es extremadamente raro. Y en la mayoría de los otros diamantes, las imperfecciones son tan pequeñas que tienen un efecto mínimo sobre la belleza y el brillo de la piedra. Tu objetivo no es la perfección; tu objetivo es descubrir las “huellas digitales de la naturaleza” en tu vida. Una vez que veas claramente tus inclusiones, puedes entrar en acción para minimizarlas e incrementar tu valor interno y externo.
Muy similarmente a un joyero que usa una lupa para valuar un diamante por su claridad, tú debes concentrarte en tu vida y usar una percepción profunda para evaluar dónde estás en la vida y cuáles son tus móviles. La percepción profunda consiste en lograr una perspectiva nueva al suspender los patrones de pensamiento viejos y ver lo nuevo en lo viejo. Cuando damos un paso fuera de nuestros patrones de pensamiento habituales, experimentamos lo que Meter Senge, autor de The Fifth Discipline, llama “profunda desorientación”, en la cual la forma en que vemos y entendemos el mundo se desarma. A menudo en este estado de desorientación, la luz se enciende en nuestros cerebros y descubrimos nuevas formas de ver, interpretar y pensar acerca de nosostros mismos y de cómo nos relacionamos con el mundo que nos rodea. En estos decisivos momentos de iluminación, de repente comprendes qué es necesario hacer. Pero hasta que no bajas la velocidad hasta la velocidad del pensamiento y reflexionas sobre la razón por la que piensas de la forma en que lo haces, estás solamente dando una ojeada a la superficie y nunca alcanzarás la claridad total.
Una percepción profunda conduce a un pensamiento claro o a la claridad respecto a quién eres. La claridad abarca las inclusiones de autolimitación, mientras que trata de alcanzar la verdad auténtica. La claridad te permite acceder a tu sabiduría innata y permanecer emocionalmente alineado. La claridad es el primer paso hacia crear tu futuro y vivir tu brillo.
Tu objetivo es descubrir las “huellas digitales”
de la naturaleza en tu vida.