UN DIAMANTE EN BRUTO

“CADA UNO DE NOSOTROS ES COMO UN DIAMANTE,
Y CADA UNO DE NOSOTROS TIENE EL POTENCIAL
PARA SER BRILLANTE”

 

 

 

Tienes en tus manos un libro que puede transformar tu vida. ¿Por qué lo sé? Porque los conceptos e ideas presentados aquí cambiaron mi vida para siempre. Revela tu brillo es un sistema completo de transformación. Así como un cortador experto da nueva forma a una piedra en bruto, transformándola en un diamante brillante, tú puedes usar este sistema para darle nueva forma a tu vida, abrir tu profunda bóveda interior, y revelar tu brillo de diamante al mundo.

Este libro es para todos los diamantes en bruto que quieren revelar su brillo. Si tú…

 

…buscas un significado espiritual más profundo en la vida;

…estás contra la pared (profesional, personal, física o emocionalmente);

…sientes que tienes potencial para hacer algo grandioso con tu vida, pero no tienes idea de qué podría ser;

…deseas descubrir qué puedes ofrecer al lugar de trabajo global en permanente cambio;

…anhelas tener relaciones auténticas;

…crees que el resto de tu vida será lo mejor de tu vida;

…reconoces tu misión divina y estás contento, pero quieres contribuir aún más;

…te sientes insatisfecho en tu carrera y trabajas sólo por el sueldo y los beneficios;

…echas de menos la diversión y el entusiasmo de la vida;

…sientes que estás constantemente desanimado;

…quieres intentar superarte y crecer como persona;

Entonces te invito a embarcarte en esta transformación conmigo.

¿Te has preguntado por qué aparentemente algunas personas consiguen todas las posibilidades, obtienen todas las buenas miradas, encuentran todas las grandes oportunidades, y logran todo el éxito que desean? Ellos viven sus vidas de un modo tal que las personas dejan marcado un sendero hasta el umbral de sus puertas. Muchas veces me he cuestionado eso. ¿Por qué ellos sí y yo no?

En realidad, me estuve preguntando eso durante los primeros treinta y dos años de mi vida mientras luchaba con la desilusión, el abatimiento, el desconsuelo y la desesperación. Sentía que mi vida era un error. Era como si hubiese estado viviendo en un páramo, solo y desconectado de la sociedad. Trataba de integrarme y de gustarle a la gente, pero ni yo mismo me gustaba. No tenía autoestima, confianza en mí mismo, ni me valoraba. A menudo me preguntaba si no sería mejor estar muerto.

Yo vivía en un mundo en el que a los jóvenes negros se los describía típicamente como drogadictos, delincuentes, marginados y padres irresponsables. ¿Era eso a lo que yo aspiraba? Había pocas probabilidades de que los hombres negros tuvieran éxito en Estados Unidos. Creía que mi color era una maldición. Cuando pequeño, otro niño me dijo una vez que yo era “negro como el alquitrán y feo como la mugre”. Estas palabras penetraron en mi corazón. Quienquiera que diga que las palabras no pueden herirte ¡está rotundamente equivocado!

Creía que si mi piel hubiese sido blanca, mi cabello rubio y mis ojos azules, habría sido aceptado. Estaba molesto con mis padres y deseaba haber nacido en una familia blanca. Todo lo que era descrito en los medios de comunicación, todo lo que veía en mi barrio y en mi escuela, implicaba que lo blanco era bueno y lo negro, malo. Estaba viviendo en el gueto, no precisamente un gueto físico, sino uno mental. Creía que era imposible para mí tener éxito en nada. Era un joven luchando por encontrar su lugar en el mundo y darle sentido a todo eso. Hubo muchas noches en las que yacía despierto mirando el techo, preguntándome, “¿Qué será de mi vida? ¿En qué me convertiré?”. Mi vida se transformó cuando encontré al entrenador de vida Dr. Mark Chironna. Él me dijo, “Has estado atrapado en tu cuerpo y en tu mente, actuando como si hubieses sido maldecido por el color de tu piel. No has nacido para conformarte. Naciste para ser brillante.” Él vio mi dolor desde el principio y me convenció de que era hora de dejar que mi luz brillara. Yo sabía íntimamente que había nacido para más, pero no sabía cómo liberarme de las ideas que me paralizaban.

El Dr. Chironna me invitó a aceptar la realidad y la verdad eterna de que el negro —como todos los colores— es realmente bello. Él sabe que esto es verdad porque, aunque es un hombre blanco, él y su esposa han adoptado dos niños afroamericanos. Me alentó a encontrar, definir y dar forma a mis talentos y habilidades esenciales. Aquel día —que nunca olvidaré— lloré como un bebé, desahogando mi dolor hasta que ya no pude llorar más.

Acepté su invitación y comencé un plan intensivo para reformular mi mundo. Leía libros, llevaba un diario, participaba activamente de sesiones de entrenamiento para la vida y seguía la dura tarea de lidiar con mi dolor. Me di cuenta de que nada iba a cambiar en mi vida hasta que yo cambiara. Tenía que transformar mis pensamientos, mis creencias y mis acciones, y asumir la responsabilidad de las áreas centrales de mi vida. Lloré, reí, examiné mi vida, y trabajé —duro—por siete años seguidos.

La transformación ha sido todo un milagro, aunque sea yo el que lo diga. Puse en orden mi caótico mundo interior. Aprendí a perdonarme y a no revolcarme en el lodo. Me llené de fe, confianza y esperanza en el futuro. Hoy vivo mi vida de acuerdo a un diseño y no por casualidad. Vivo con una esperanza brillante: espero tener experiencias increíbles cada hora de cada día. Y he tenido la suerte de poder contactarme con algunas de las personas más brillantes del planeta. Verdaderamente, cada día es un don precioso.

Durante mi transformación de siete años, sentí curiosidad por lo que había dicho el Dr. Chironna, que yo había nacido para ser brillante. Quería entender cómo podía haber nacido brillante y sin embargo ser tan oscuro y opaco a mis treinta y dos años. Un día, encontré una pista en un libro que estaba leyendo, llamado Acres of Diamonds, de Russell Conwell. Su sencillo mensaje transformó mi manera de pensar y tuve una revelación: cada uno de nosotros es como un diamante, y cada uno de nosotros tiene el potencial de ser brillante. Estaba intrigado, entonces comencé a investigar sobre los diamantes. Cuanto más conocía, más me daba cuenta de que un diamante es la metáfora perfecta para entender cómo podemos convertirnos en todo aquello para lo que hemos nacido.

Un diamante comienza como carbón en el magma líquido, en las profundidades de la Tierra. Luego sufre una transformación evolutiva absolutamente increíble, primero para convertirse en piedra “en bruto” y, en última instancia, en la gema exquisita que tanto valoramos.

TRANSFORMACIÓN EVOLUTIVA

La evolución es un proceso de cambio de un estado inferior, más simple, a otro superior, más complejo y mejor.

Transformarse significa cambiar de forma, naturaleza o función.

Así como un diamante se transforma de carbón en piedra en bruto y luego en gema deslumbrante, nosotros, también, podemos sufrir una transformación evolutiva. Ningún otro animal sobre el planeta puede transformarse a sí mismo y a sus circunstancias como puede hacerlo el ser humano. No importa dónde estés en tu vida, no importa lo que te haya sucedido en el pasado, tienes el potencial de transformarte en un diamante brillante. Tu geografía y biografía no determinan tu destino. Cualquiera sea tu punto de partida, tú puedes evolucionar a un estado más elevado y mejor.

Mi investigación me llevó aún a más preguntas: ¿Qué es el brillo? ¿Qué papel juega en la vida?

Para expresarlo simplemente, revelar tu brillo significa revelar la genialidad que hay en ti. Es vivir de adentro hacia afuera, encontrando la luz de tu interior y dejándola brillar para que el resto del mundo la vea. Es descubrir y usar tus talentos excepcionales y tu inteligencia pura, intuitiva.

Entre las muchas características que contribuyen a la belleza del diamante, el brillo es la más importante, sin duda. El brillo es la vida del diamante; la explosión de luz blanca, el destello y la chispa es lo que atrapa nuestra atención. Todos nos damos cuenta cuando estamos ante un diamante brillante, parece estallar de luz, provocando expresiones de admiración en todos los que están cerca.

Y lo mismo sucede cuando revelas tu brillo. Tienes una energía vibrante que atrae la atención de los que te rodean. Tú tienes “eso”, una cualidad especial, inconfundible, que es difícil de describir. Es más que la presencia, el carisma o el entusiasmo. Es algo mucho más grande y profundo. El brillo no tiene que ver con impactar a la gente, sino con permitir que tu luz brille e ilumine la oscuridad de los demás.

¿Por qué es importante revelar tu luz? Bueno, consideremos qué pasa cuando no revelas tu brillo. Cuando vives sin mostrar tu brillo, te desconectas de la vida. Vives y trabajas para cubrir tus necesidades diarias más que para maximizar tu potencial. Simplemente pasas de día en día, sin mucha pasión o entusiasmo. Mientras tanto, tus talentos permanecen sin explotar, sepultados en tu interior. Éste es un modo de vida horroroso. Y afecta a las personas que más quieres: tu familia y amigos.

La vida no debería ser de ese modo, y no tiene que serlo. Cuando revelas tu brillo, te sientes vivo, conectado y elevado. Usas tus talentos y dones para infundir vida a todo y a todos a tu alrededor. Tu familia, amigos, colegas, y hasta la compañía donde trabajas, todos se benefician con tu brillo. Imagina lo que sucedería si cada persona sobre la tierra simplemente se concentrara en revelar su brillo. Ciertamente, el planeta experimentaría una transformación evolutiva diferente a cualquier cosa que la humanidad ya haya visto.

Cuando finalmente acepté y comencé a explotar mis dones, talentos y habilidades esenciales, las compuertas se abrieron para mí. Encontré mi genialidad. Descubrí cómo revelar mi brillo y descubrí que los diamantes son ciertamente para siempre.

A través de mi trabajo, me he conectado con decenas de miles de personas, algunas directamente, otras a través de correos electrónicos, y muchas a través del teléfono. A menudo me entristece escuchar a gente que se siente atrapada. He perdido la cuenta de las horas que he pasado escuchando a hombres y mujeres inteligentes explicar cuán frustrados se sienten en sus vidas. Muchos de ellos fueron entusiastas y brillantes en algún momento, pero en algún punto de su camino perdieron su energía.

Estas experiencias me dejaron pensando: si cada uno de nosotros tiene el potencial para revelar el brillo de su diamante interior, ¿por qué la mayor parte de nosotros no lo hace? ¿Por qué algunas personas brillan mientras que otras no? La pregunta me llevó a hacer más investigación, como también a una mayor introspección y un análisis minucioso de mi propia vida. Finalmente, descubrí lo que creo que es la respuesta. Porque hemos olvidado cómo brillar. Hemos olvidado que en realidad somos valiosos diamantes con brillo propio.

Todo niño nace con brillo. Ninguno es pasado por alto. Ninguno carece de ese toque. La esencia del brillo está en todos nosotros, también en ti. Cuando somos jovencitos, el mundo aprecia y celebra nuestra genialidad, nuestros dones y talentos especiales. Pero a medida que crecemos, nuestro brillo pierde su lustre.

Howard Gardner, Profesor de Educación en Harvard, ha estudiado la inteligencia por más de veinte años y ha desarrollado métodos para examinar las múltiples inteligencias humanas desde el nacimiento hasta la adultez. (Para más información sobre esta investigación, lee el libro Frames of Mind: The Theory of Multiple Intelligences.) A través de su investigación, Gardner y sus colegas descubrieron que casi todos los niños que examinaban tenían nivel de genios a la edad de cuatro años. Sin embargo, cuando llegaban a los veinte años, sólo el diez por ciento de esos mismos niños se mantenía al nivel de genios y, pasados los veinte años, ¡el número caía al 2 por ciento!

Esto nos hace preguntarnos: ¿Qué pasó con la genialidad de los niños? ¿Dónde fue a parar?

En verdad, no se fue a ningún lado. Está aún allí, pero está escondida en lo profundo de su ser. La gente nace brillante y luego, el resto de su vida su brillo es sepultado por casi todas las personas que los rodean.

Cuando somos niños y estamos lanzándonos rampa arriba para explorar todas las maravillas espectaculares del gran mundo que nos rodea, ese mundo comienza a imponernos sus juicios. Nuestros padres, aunque lo hacen con la mejor intención, son los primeros en reprimir nuestra genialidad con sus palabras: “¡Sé bueno!” “¡Deja eso!” “¡No puedes hacer eso!” “¡No me importa lo que pienses, sólo haz lo que te digo!” Cuando vamos a la escuela, nuestros maestros y compañeros se unen: “¡Coloreen dentro de las líneas!” “¡Háganlo de este modo!” “Esa es una pregunta tonta.” “¡No lo estás haciendo bien!”

Hasta que van a la escuela, los niños son increíblemente curiosos. Irónicamente, la escuela a menudo desalienta la curiosidad porque estimula la conformidad, y la conformidad nos roba nuestra creatividad. Lamentablemente, para tener éxito en nuestro sistema de educación tradicional, a menudo debemos ignorar nuestra genialidad. Es casi como si cuanto más educados estamos, más difuso se vuelve nuestro brillo. El escritor R.S. Ingersoll dijo una vez, “Los colegios son esos lugares donde se les saca lustre a los guijarros, y se empañan los diamantes”.

Claramente, nuestros padres y maestros no tienen la intención de lastimarnos. En realidad, es justamente lo contrario: quieren protegernos y ayudarnos. Y, por supuesto, lo logran en gran parte. Y sin embargo, hay algunos aspectos de nuestra educación que reducen y limitan nuestro brillo. Gradualmente, vamos creyendo que somos capaces de menos y menos cosas. Finalmente, ha pasado tanto tiempo desde que nuestro brillo se dejaba ver, que no podemos recordar qué se sentía, y, hasta nos olvidamos de que alguna vez tuvimos genialidad y talentos especiales.

Pero el alma no olvida.

Ella sabe que el mundo necesita tus dones excepcionales. Toma tu brillo y lo guarda bajo llave en una profunda bóveda interior para tenerlo a resguardo hasta que pueda brillar nuevamente.

A medida que pasan los años, otros insisten en decirte que tu genialidad no tiene ningún valor: tus jefes, amigos, cónyuges, ¡a veces hasta tus propios hijos! Nadie más reconoce tu brillo, ni siquiera tú.

Finalmente, te olvidas hasta de que existe tu bóveda interior.

Entonces te conformas con lo que eres, en vez de esforzarte por lograr ser aquello para lo que naciste. Te conviertes en una “cebra más en la manada” y te comparas con todos los demás. John Mason, autor de An Enemy Called Average, lo escribió de este modo: “Las personas nacen originales, pero mueren siendo copias”.

Si eres como la mayoría, probablemente experimentes pequeños momentos en los que tu bóveda se abre y un atisbo de tu brillo se libera. En esos momentos de inspiración, cuando alcanzas a vislumbrar algo de tu destino, te sientes plenamente vivo, con energía, conectado, fluyendo. Y luego la bóveda se cierra de un portazo nuevamente. Y como no conoces la combinación, no puedes volver a abrirla. Entonces vuelves a tu comodidad, conformándote con una existencia carente de lustre. El sentimiento más frustrante del mundo es tocar lo que podría ser un futuro brillante y luego sentir que se escapa de tus manos.

Ese es el problema. Tu brillo está bajo llave en una bóveda sepultada en tu interior, y tú, hace años que has dejado de buscar la combinación. No ha habido nadie que te ayudara a encontrar el modo de abrir esa bóveda y liberar tu brillo escondido. Hasta ahora…

Escribí este libro para darte la combinación de tu bóveda interior, para ayudarte a descubrir los dones y talentos preciosos que hay dentro de ti y para guiarte mientras transformas tu vida. Mi misión es hacer renacer la genialidad que hay en tu interior y reavivar la luz que se ha atenuado. Sé por mi experiencia que tú puedes abrir la bóveda. Puedes acceder al brillo que yace escondido en ti. Pero hacerlo requiere evaluar tu vida, que examines tus creencias y actúes sobre tus percepciones. Sólo tú puedes abrir la bóveda: debe ser abierta desde dentro.

A algunas personas les gustaría que creyeras que el éxito es poco común. Quizá son las mismas personas que dieron origen al mito de que los diamantes son poco comunes. No te dejes engañar por ninguna historia. En realidad, los diamantes naturales no son más raros que muchas otras gemas. De igual modo, el éxito no es raro, y tampoco es un privilegio reservado para personas especiales o con suerte. La verdad es que eres un diamante, y tienes el potencial para lograr éxitos brillantes. Sólo tienes que aprender a revelarlo.

Estoy seguro que has escuchado la expresión diamante en bruto. Según el Merriam—Webster’s Collegiate Dictionary, significa “alguien que tiene cualidades excepcionales o potencial, pero carece de refinamiento o lustre”. Cuando los diamantes son extraídos o encontrados, son verdaderamente muy toscos. Mirándolos, nunca podrías imaginar la deslumbrante belleza que existe en la piedra. Pero luego de ser cortada y pulida, la gema radiante se revela. De forma similar, el potencial para la grandeza ya existe en cada uno de nosotros. Heather Bonham, profesor de ciencia en Buffalo, New York, lo expresó elocuentemente de este modo en un artículo reciente: “Todos nosotros somos diamantes. Algunos de nosotros estamos todavía en el intenso proceso de ser presionados unos contra otros y purificados por el fuego. Otros, somos diamantes en bruto, esperando que el joyero pula nuestras aristas toscas y transforme nuestra superficie en facetas resplandecientes.”

Amigo mío, donde quiera que estés en tu camino hacia el brillo, este libro tiene algo para ayudarte a pulir tu diamante y brillar aún con más luz. Te invito a hacer una transición a una fase de renacimiento en la cual tú abras nuevas puertas a oportunidades y creés nuevas realidades. En este tiempo de tu vida, tú

 

Recuperarás la conciencia de por qué naciste en este tiempo.

Reavivarás el fuego de la esperanza, la vida, el amor, la felicidad y la fe.

Recobrarás cada pizca de energía espiritual que se te haya escapado.

Renovarás tu fe para atravesar nuevas puertas hacia otras oportunidades.

Reconectarás tu ser con tus dones excepcionales y crearás tu futuro.

 

Muy a menudo en la vida esperamos que alguien nos dé permiso para hacer algo. Hoy, te estoy dando el “Adelante”. Simon dice… revela tu brillo.

UNA GEMA PARA TI

Tu geografía y biografía no determinan
tu destino.