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A la hora de la comida, los osos se sientan para comer los frutos silvestres que recolectaron.

Entonces, Papá Oso ve a Panda levantarse y deambular.

Ella no quiere comer en ese momento; en vez, quiere jugar, pero Papá Oso con mucho cariño le pide que se vuelva a sentar.