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Aprende de los maestros

Todo el mundo conoce a alguna persona que liga de forma
increíble, cuya agenda social parece necesitar secciones
extras de lo abarrotada que está y a la que parecen adorar
todos los hombres, desde los niños hasta los abuelos.


En vez de hacerle algún tipo de vudú, mira y aprende: tanto de lo bueno como de lo malo.

PERO, ES QUE ELLA ES TAN EXPLÍCITA

La mayoría de las mujeres que poseen estas habilidades con frecuencia resultan transparentes para las otras mujeres; ellas parecen desplegar sus encantos sin ningún tipo de vergüenza y elevar el ego masculino de forma inmediata. Bueno, noticias frescas: a los hombres no les importa eso en absoluto. Y para ir un poco más allá todavía, ni siquiera se dan cuenta de lo que les hacen a otros hombres de la oficina a menos, claro está, que sean popularmente conocidas como las «mantis religiosas» y se coman a sus parejas después de acostarse con ellos. Esto pasa porque la mayor parte de la gente necesita un poco de atención extra en sus vidas. Reconócelo, incluso aunque sepas que ese chico de contabilidad que coquetea contigo lo hace también con todas las mujeres que se encuentra en las escaleras, consigue que tu día sea menos lúgubre; el coqueteo hace que la vida sea más divertida.

Además el flirteo no tiene por qué ser sexual ni conducir al sexo. Puede consistir solamente en fijar la mirada, romper a reír y no tomarse nada excesivamente en serio. Quizás no establezcas conexión con el hombre de tu vida pero resulta excelente para mantenerte fresca; es una excelente forma de evitar que conviertas cada cita que tengas en una entrevista de «alto nivel». Que no te la tomes demasiado en serio, vamos.

Una buena idea

Observa a las personas que te hacen sentir bien y considera qué cualidades son las que más te gustan. Quizás tu abuela es una persona agradable con la que te gusta estar porque sabe escuchar. Quizás tu mejor amiga es estupenda inventando planes excitantes y consiguiendo que se hagan realidad. Y a lo mejor tu hermano sabe cómo calmar los nervios a todo el mundo… Piensa en cómo puedes adoptar esas formas agradables de comportamiento y busca rasgos similares en ti misma.

RECONOCERLOS EN MEDIO DE LA ACCIÓN

Muchos de los grandes coquetos tienen unas cuantas habilidades en común. En primer lugar, todos sonríen muchísimo. Y esto no quiere decir que hubieran podido hacer estupendamente de extras en Las mujeres perfectas. Sólo significa que miran el mundo con optimismo, una cualidad que se valora tanto entre los amigos como entre los colegas. En segundo lugar, hacen preguntas y recuerdan los detalles; cualquier buen trabajador del mundo de los contactos sociales o profesionales te dirá que esto constituye una herramienta esencial para hacer buenos contactos. Debes conseguir que la gente se sienta valorada, entendida y especial, así que prueba establecerte una regla mental que te obligue a hacer más preguntas de las que contestas. Recuerda, esto no te convertirá en un ama de casa de los años cincuenta; es una habilidad útil tanto en el mundo de los negocios como en el de las relaciones personales. Y en tercer lugar, utiliza con frecuencia el contacto físico, a veces contigo misma y a veces con los demás. Tocarte el pelo o la cara le da a la otra persona una pista clara de que estás interesada en ella. Tocarle el brazo o la mano mientras charláis o ponerle la mano en el hombro mientras cruzas la puerta son siempre formas de hacer que la gente se sienta cómoda con la idea de su propio espacio y de hacerles entender que pueden entrar en el tuyo.

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ENCONTRAR EL COQUETEO APROPIADO PARA TI

Puede ser que nada de lo descrito arriba vaya contigo. Si cada vez que asoma la coqueta oficial sientes deseos de encerrarla en la taquilla y te empeñas en que no sabe usar la fotocopiadora sin tener en cuenta que antes trabajaba para Xerox… creo que tienes que darte cuenta de que necesitas modificar sus tácticas para adaptarlas a tu caso. Quizás puedes imitarla en la forma en que recuerda el nombre de todo el mundo y se involucra en las actividades de después del trabajo (quizás no te gusta Juan, el de informática, pero puede que su hermano sea genial). Se trata de que reconozcas que quizás debas afinar tus habilidades de forma consciente sin que llegues al trabajo al día siguiente pareciendo otra persona completamente distinta. Como guía y ayuda puedes usar todo lo que ella hace mal: quizás dedica toda su charla a hablar sobre la otra persona, lo cual es un modo estupendo de atraer la atención pero no ayuda a que las cosas evolucionen al siguiente paso. Quizás el escote de su blusa le llega hasta la cintura; tampoco parece un movimiento muy sutil… Las chicas listas pueden aprender lecciones en cualquier lugar.

Otra idea más

¿Te da la impresión de que a veces hablas demasiado poco y otras parece que recites un monólogo? Lee la IDEA 6, Demasiada información, para que tus conversaciones sean un éxito.

LA NATURALIDAD

Por todo esto es por lo que necesitas reflexionar sobre cómo te desenvuelves ahí fuera. ¿Recurres siempre a los chistes o al recuerdo de aquellos hombres que conociste que te hacían sentir encantadora? ¿Te sorprendes a ti misma bromeando como lo harías con tus amigos masculinos o con tu exnovio? Quizás esto pueda ser estupendo cuando tienes pareja estable, pero no resulta tan apropiado para un primer encuentro con otra persona. La mayoría de las personas se marcan un límite sobre lo que puede durar un primer encuentro y sobre todo sobre la cantidad de información que desean obtener. Puedes pensar en charlar sobre tu ex, tu desorden alimenticio o tu licenciatura porque crees que esto demuestra lo extrovertida que eres, pero ¿no es posible que asustes a la gente y que piensen que eres demasiado «manejable»? Ir revelando cómo eres poco a poco a medida que os conocéis el uno al otro es una forma mucho más recomendable de respetar el espacio del otro y de conseguir que se sienta cómodo.

La frase

«El misterio siempre resulta atractivo. Las personas siempre se esconden tras un velo».

BEDE JARRET, SACERDOTE Y ESCRITOR BRITÁNICO


¿Cuál es tu duda?


P La idea de coquetear me resulta totalmente indigna. ¿No es cierto que si le intereso a alguien él hará un esfuerzo sin necesidad de que yo tenga que pasar por el aro?

R Ah, una coqueteofóbica. No apostaría a que conocerás a alguien.

P Muchas gracias. Quizás es sólo que tengo mi orgullo…

R El cual es un pobre acompañante cuando las noches son largas y solitarias. Afróntalo, tu actitud no es la correcta. Ves el coqueteo como una tentativa desesperada para llamar la atención más que como una forma fácil de desenvolverse en el ambiente social y de poner un poco de aceite en los engranajes para que rueden con más facilidad. Todo el mundo necesita valor y una sonrisa dirigida a un desconocido no significa nada más que eres abordable si es que él te quiere «abordar». Y si una vez que se acerca te encuentras con que no tienes nada que decir, dará igual porque los dos os sentiréis atractivos. Así que alégrate.