Cómo encontrar a tu príncipe azul y no morir en el intento

Las citas a ciegas constituyen una estupenda manera de
volver a la rueda de las citas o de animarte un poco si tu
lado romántico está un poco adormecido.

Incluso si tu intención no es encontrar a alguien que sea permanente, sigue siendo una buena forma de recordarte a ti misma que hay por ahí gente interesante sin tener que llevar a cabo todo el proceso.

Antes de acudir a una cita a ciegas, quizás te venga bien intentar organizar una, ya que te proporcionará algo de soltura y te enseñará cómo funcionan las cosas. Es un método excelente para que cambies el chip, así que dale una oportunidad.

El hecho de examinar detenidamente a tus amigos masculinos, esos hombres a los que nunca has considerado de forma sentimental, puede ayudarte a ver qué te gusta en un chico; pero si estás organizando una cita a ciegas para otra persona, asegúrate de que no confundes tus sentimientos con los suyos. Tu preferencia por un amor natural, por el tipo «carpintero», puede no casar muy bien con el gusto de tu amiga por los cócteles. Una vez dicho esto, no debes abandonar la idea tan rápidamente; asegúrate de preguntarle lo que prefiere en el momento actual: quizás siente que ha llegado el momento de colgar los taconazos y de irse a vivir a una cabaña de madera. No des cosas por supuestas…

Una buena idea

Si piensas que una cita a ciegas entre dos amigos tuyos sería genial, pero uno de los dos se resiste a acudir, siempre puedes sacar la varita mágica. Organiza un plan, como una cena o unas copas después del trabajo, en donde se puedan encontrar de forma «casual». No invites a mucha gente, no vaya a ser que terminen la fiesta sin haberse conocido y tengas que empezar desde el principio (no vaya a ser que tengas que convertirte en una «celestina» a tiempo completo). Y no olvides que algunas personas son muy introvertidas, y no les gustará que se conozca el plan públicamente. Siempre puedes considerarte a ti misma como una sigilosa «hada madrina».

Por otra parte, a primera vista puede parecer que dos personas encajan, pero debes considerar con mayor profundidad si tienen los mismos intereses y las mismas metas. Un «showman» que cuenta chistes puede ir bien con alguien más recatado, así que no sólo pienses en las similitudes, también piensa en la compatibilidad. Y recuerda que la presencia de dos egos gigantes en la misma habitación puede acabar con las paredes ensangrentadas… Por supuesto, no fuerces al amigo de tu hermano para que salga con tu hermana, a la que acaban de romper el corazón: puedes perder toda la confianza de ella si después de la cita no vuelve a sonar el teléfono. Un buen romance no surge sólo de las buenas intenciones.

¿Tienes una buena combinación en la cabeza y estás pensando cómo hacerlo? En primer lugar, necesitas que las dos partes se muestren interesadas y la clave aquí es no ejercer demasiada presión. No le digas a tu amiga que el hombre que le quieres presentar es el más impresionante del mundo: podría preguntarse por qué no te lo quieres quedar tú o, simplemente, no tener el mismo gusto que tú en cuestión de chicos guapos. Dale una buena publicidad a la cita a ciegas pero sé siempre realista para evitar la desilusión. Tampoco caigas en la trampa de «demasiada información»; si finalmente funciona, te encontrarás envuelta en los relatos de unos y otros alrededor de la fotocopiadora…

Otra idea más

Lee las IDEA 18, Recíclate, para probar unas citas con algo más de riesgo.

Si eres tú la que estás en el punto de mira de alguna «Celestina», asegúrate de que te mantienes dentro de los límites de la decencia. Está bien preguntar por información del tipo en qué trabaja, una pequeña historia reciente de sus romances (¿divorciado?, ¿tiene niños?) y el por qué piensa la «Celestina» que podríais ser compatibles. Asegúrate de que tienes suficiente información para hacer comentarios del tipo «Susi dice que estás entrenando para correr la maratón» durante la cita. Así conseguirás que el ambiente sea cálido y que él se sienta apreciado. Pero, cuidado, no te pases diciendo cosas del tipo «¿Cómo te va el tratamiento para la eyaculación precoz?».

La frase

«¿Qué es la vida sino una sucesión de inspiradas locuras? Lo difícil es encontrar las que nos gustaría hacer. No pierdas nunca una oportunidad: no surgen todos los días».

GEORGE BERNARD SHAW

P Salí en una cita a ciegas con el primo de una amiga del trabajo. Creo que le gusté pero yo no sentí ninguna química. No sé cómo decírselo sin herir a mi compañera. ¿Cómo lo hago?

R Puedes pensar en que algo va a salir bien, pero nunca puedes prever el factor «química». Si tu amiga tiene experiencia previa como «Celestina» lo aceptará sin problema. Pero asegúrate de que se lo haces saber con elegancia.

R Ella se ha tomado el tiempo y las molestias de hacer algo por ti y seguro que pensó que podría funcionar (a menos que lo único que persiguiera fuera sacar a su primo de casa). Así que también debe sentirse algo desilusionada. Agradéceselo, ríete de lo que ha sucedido y pasa página.

R El asunto de las citas a ciegas sólo funciona si todo el mundo está dispuesto a respetar los límites. Si él te ha encantado pero han pasado tres semanas y el teléfono no ha sonado, debes tener el buen talante de no suplicar y agobiar al intermediario. Al mismo tiempo, ella o él debe respetar tu decisión y no agobiarte para que le des información, a menos que le encante difundir las malas noticias. Quizás todavía tenga algún otro primo…