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Los niños también vienen

¿Seguro que debería comenzar a tener citas? Bueno, todo el
mundo necesita amor, apoyo y atención…


Si te pones el hábito y abandonas la idea de tener una vida personal para dedicarte en exclusiva a la maternidad quizás te sientas menos culpable. Pero la culpabilidad puede ser muy divertida.

Cuando consigas enterrar la culpabilidad dejando de negarte a ti misma todo el tiempo, te darás cuenta de que a medida que tus hijos crecen la culpabilidad se va traspasando a ellos. Ellos pueden sentir que tienen que cuidar de ti; pueden sentir que no pueden dejar la casa o disfrutar de su libertad porque les perseguirá la visión de su madre sentada sola en casa después de todo lo que se ha sacrificado. Y como todos sabemos, la culpabilidad puede transformarse con facilidad en resentimiento. ¿Suena un poco radical? Probablemente, pero ten claro que en la misma medida en que necesitas asegurarte de que tus hijos son amados y están bien cuidados, también debes enseñarles, por ejemplo, que la vida continúa. Si encuentras a nuevos amigos, nuevos intereses e incluso una pareja, les demostrarás que perseverar es la mejor forma de enfrentarse a la vida. De otra forma, te encontrarás a ti misma sentada en casa, envuelta en un chal, maldiciendo quince años después de la ruptura a la nueva esposa de tu ex, y sólo tendrás cuarenta y tantos.

Una buena idea

Cuando planees llevar las cosas a un plano físico con tu nueva pareja, considera buscar algún territorio neutral o algún momento en el que tus chicos estén en casa de tu ex pareja. Es necesario que tu relación tenga unas bases reales antes de que se encuentren a un desconocido sentado en la mesa a la hora del desayuno.

TENGO ALGO QUE DECIRTE…

Algunas cosas en la vida no son negociables: el paso del tiempo, el helado te engorda, tienes hijos. Aunque conozcas a un hombre estupendo es totalmente normal y aceptable que le resulte difícil en principio aceptar la idea de quedar con alguien que tiene hijos; después de todo, eso significa olvidarse de las escapadas a París (a no ser que pases la mitad del tiempo en Disneyland). Pero nunca es aceptable que pretendas fingir que no existen. Tampoco tienes que introducirlos al principio de salir, pero no debes intentar mentir sobre lo importantes que son y que, sin duda, serán en el futuro. Está claro: si terminas con él, los niños pasarán a ser una parte central de su vida también. En esta situación, puedes decirles a tus hijos que estás teniendo citas, pero nunca lleves a casa a nadie con el que creas que no tienes futuro (a no ser que quieras que el día de los padres el profesor te pregunte cuántos padres tiene tu hijo). Todo lo que tus hijos necesitan saber es que estás socializando porque eso es lo normal, ni su número de teléfono, ni lo bien que besa ni si te ha llamado o no. También es duro contárselo a tu ex, sobre todo si no os lleváis muy bien, pero es necesario. No hay peor forma de que tu ex se entere de las noticias sobre tu nueva relación que a través de tus hijos. Los niños en cuestión sabrán de forma inmediata, tan pronto como hayan acabado la frase, que su otro progenitor no lo sabía y se sentirán fatal por ello.

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¡TE ODIO!

Oh, esa adorable frase que todos los hijos escupen a sus padres en algún momento, o puede que en muchos momentos de sus vidas. Si has conocido a alguien que te gusta y estás preparada para llevarlo a casa, entonces debes estar preparada también para un mal recibimiento. A los niños les aterrorizan los grandes cambios, especialmente si la separación ha sido reciente y todavía se sienten leales a su padre. Incluso los adolescentes alimentan la fantasía de que sus padres vuelvan a estar juntos, así que déjales un poco de espacio. Y si tu cita es medianamente sensible, todo esto le parecerá normal. Una vez dicho esto, quizás deberías trazar la línea que lo separa de tus hijos manteniéndolo lejos de casa.

Otra idea más

Echa una mirada a la IDEA 44, Sé sensual, para descubrir algunas ideas sobre cómo meterte en la cabeza al hombre que realmente quieres.

CONOCER A LOS PEQUEÑOS MOSTRUOS

¿Cuándo es el momento adecuado? Sólo porque seas un poco más mayor no significa que seas inmune al enamoramiento, sobre todo si te has sentido rechazada o herida con la ruptura. Así que intenta evitarlo durante esos primeros meses en los que tu armadura comienza a querer salir de nuevo. Quizás estaría bien averiguar por qué sucede esto antes de lanzarte al barro. Y cuando estés segura de que habla algo más que tus hormonas, encuéntrate con él fuera de la casa para que los niños no sientan invadido su espacio. Si tu cita tiene niños también, espera un poco para conocerlos. Mucha información de golpe puede agobiarlos. Pueden sentir pánico ante la idea de tener que compartir sus dormitorios con hermanastros o cerrarse en banda ante tal idea. Incluso antes de que se bajen del coche. Tú puedes estar viendo estupendos rasgos personales en tu nueva pareja que tus hijos no pueden entender: sé paciente.

La frase

«Cuando conozco a un hombre me pregunto: ‘¿Es él el hombre con el que quiero que mis hijos pasen los fines de semana’».

RITA RUDNER, CÓMICA AMERICANA

 


¿Cuál es tu duda?


P Quiero comenzar a tener citas pero siento que los niños me necesitan todavía cerca. ¿Cómo puedo conocer a alguien y tener a mis hijos contentos?

R Si por eso sientes que ir a bares no es lo más adecuado para ti, ¿por qué no intentas hablar con alguien en un grupo de teatro en el que puedas encontrarte con otros padres solteros con los que hablar cuando tus hijos están ocupados y puedes observar con libertad?

P Buena idea, pero me preocupa que todos los demás estén casados. ¿Qué hago?

R Busca en tu periódico local por grupos de padres solteros. También hay empresas especializadas en organizar vacaciones para padres y madres solos; incluyen todas las formas posibles de conocer a otras personas con las que puedas compartir tus preocupaciones, además de tomar una copa por la noche cuando ya hayáis acostado a los niños. Como poco, te recordará que estáis en la misma situación y puede que eso te haga volver a casa con una sonrisa y, esperemos, con la confianza necesaria como para comenzar a ir a los bares.

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