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La gran helada

Algunas veces las cosas sencillamente no funcionan. Puede
que te vaya genial durante tres meses y pienses que todo va
sobre ruedas…


Pero antes de que te des cuenta las cosas comienzan a torcerse y cada vez hay más momentos tristes que alegres.

Cuando le preguntas qué es lo que va mal, te dice que nada y te acaricia la rodilla. Ponte el abrigo y sal de allí corriendo; ese hombre está cavando un túnel de huida.

¿Por qué las mujeres insistimos en seguir con una relación que ya no resulta satisfactoria? Porque elegimos escuchar lo que él dice con su boca y no con sus acciones. Sería fantástico si los hombres simplemente dijeran: «Esto ya no funciona. Gracias por los buenos momentos que hemos pasado. Espero que seas feliz». Pero, en la realidad, es mucho más probable que ellos dejen que te enfríes poco a poco y que esperen que seas tú la que se desenchufe a tener que hacer el desagradable trabajo de acabar ellos mismos con la relación. Nuestro problema está en que nosotras podemos aguantar hasta la muerte, imaginándonos que podemos hacer las cosas mejor, intentar agradar con más fuerza todavía. Así que, mientras él espera a que vayas hacia la salida, consigue sexo regular, una mujer superatenta y la comodidad de tener a alguien cerca. Y mientras tanto tu autoestima se desliza poco a poco por el desagüe.

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Una buena idea

En estos momentos, puedes llegar a pensar que tu relación está pasando por una mala racha, lo cual podría ser cierto. Si comienzas a reconocer señales de alarma, siempre puedes preguntar de forma calmada a la otra persona si quiere que lo dejéis (pero no debes hacerle esta misma pregunta todos los días; le volvería loco). Puede que te sorprenda con un rotundo «sí» o puede que abra una discusión que puede aclararlo todo. Pero también debes preguntarte si quieres formar parte de una relación que esté basada en este tipo de intercambios.

¡VENGA, DESPIERTA!

La mejor forma de manejar a un hombre que siempre está de aquí para allá es dejarlo ir. Puedes pensar que todo es adorable pero si él ya no lo es, ¿para qué intentar convencerlo? Él sólo pensará en intentarlo de nuevo y salir corriendo en cuando tenga otra oportunidad, seguramente cuando estés más comprometida con la relación y te sea más difícil dejarlo ir. Muchas veces no serás capaz de averiguar las razones por las que tu pareja decida dejar la relación: no necesariamente tiene que haber vuelto corriendo a los brazos de su ex, quizás quiere centrarse en su trabajo o ha dejado de sentir lo mismo. La forma en que tú lo controles, sin embargo, es tu responsabilidad. Si está bien sentirse enfadada y un poco rechazada (es natural, después de todo), no es admisible saltar sobre su espalda e intentar persuadirle de que eres la mujer de su vida a menos que te sientas realmente preparada para aguantarlo durante los siguientes veinte años. Yo le llamo a este deseo de agradar el síndrome de «la tristeza del martes». Básicamente, incluye el «si yo fuera un poco más delgada/más rubia/más elegante/más en forma» que pueden compararse a la superstición de «si me hubiera puesto un sombrero azul el martes». Si no eres la mujer correcta, intentar convertirte en ella no va a convencerle. Las buenas relaciones permiten a los dos miembros de la pareja cambiar, precisamente porque lo realmente importante se mantiene firme y seguro, que es que la otra persona quiere a su pareja exactamente como es.

Otra idea más

Para aprender cómo dejar atrás el pasado y cómo prepararte para conocer a alguien nuevo, consulta la IDEA 14, Dale al pasado el lugar que le corresponde.

SIGNOS DE ADVERTENCIA DE QUE ÉL
ESTÁ A PUNTO DE SALIR POR LA PUERTA

Si eres capaz de mirar la relación desde fuera, siempre hay algunas pistas que te pueden indicar que la relación está en peligro.

image1 La comunicación se extingue. El teléfono suena con menos frecuencia y cuando por fin llama se despide dos segundos después de haber dicho «hola». Cuando estáis juntos, te sorprendes a ti misma devanándote los sesos buscando algo que decir pero él no hace nada por buscar un tema de conversación. Sus frases son cortas y nunca te da detalles de cómo le ha ido el día, ni te hace bromas ni comparte sus pensamientos contigo. Prácticamente cualquier cosa que pongan en la tele le resulta más interesante que tú, incluso los programas de jardinería.

image1 Nunca haces nada bien. Ahora dice que te hace gorda el que antes era su top favorito, tus amigos le irritan y nunca se ríe de tus historias divertidas. Dice que tienes la culpa de los problemas que antes compartía contigo. Si tiras una copa, comienza una discusión a gritos. Ésta es la técnica del «poli malo», cuando él te provoca constantemente para que seas tú la que lo deje. Si las cosas se ponen de ese modo, debes actuar rápido. Si no lo haces, no sólo acabarás sintiéndote culpable por la ruptura, sino que, probablemente, lo prolongues por tanto tiempo que comiences a sentirte mal contigo misma. Es la forma más mezquina y más dañina de dejar a alguien, así que mantente atenta.

image1 Quiere volver a su vida anterior. Ya no recibes una invitación a todo lo que él haga, no te cuenta quién le ha llamado y, cuando hace planes, habla todo el tiempo en singular, dejando de utilizar el «nosotros». Lo cierto es que lo único que le quedaría sería poner tus cosas en una maleta; ese es el evidente mensaje que te está enviando.

La frase

«Siempre dicen que las cosas van a cambiar pero, en la realidad, tienes que acabar cambiándolas tú mismo».

ANDY WARHOL


¿Cuál es tu duda?


P Mi novio hace todas esas cosas que dices pero niega rotundamente que quiera dejarlo. Estoy muy confusa. ¿Qué es lo que está pasando?

R Puede sentirse asustado con el cambio y no quiere decírtelo. Intenta preguntarle alguna otra cosa.

P ¿Cómo qué?

R Como lo que quieres realmente de él. Quizás deberías tomarte algún tiempo para pensar qué es lo que quieres tú en vez de qué está él preparado para darte. Escribe una lista de todas las cosas que hace justo al revés de como que te gustaría.

P Creo que le amo. ¿Qué pasa si me deja?

R Me encantan los pasteles pero la verdad es que no me hacen ningún bien. Conseguirás lo que quieres así que no te conformes con menos.