Cómo encontrar a tu príncipe azul y no morir en el intento

Tu relación está preparada para pasar al siguiente nivel…
lo que para muchos significa conocer a la familia.

La única forma de preparar el encuentro y bienvenida de la familia es trazar un buen plan de juego.

Bueno, bueno, así que estás quedando con alguien. Te ha visto desnuda y ha sobrevivido y probablemente sepa que los pantalones que te pones el sábado por la noche sólo tienen en común con los del miércoles… el elástico. Ahora llega tu última prueba: la familia. No sé si los griegos tienen una palabra para esto, pero deberían. Debe ser algo como «arrrrgggggg» que se traduce como «apuro que pasa a agonía mezclado con algunos sentimientos de vergüenza». A menos, por supuesto, que tus padres sean una auténtica fiesta, en cuyo caso, ellos estarán más cortados que tú.

En primer lugar, ¿qué va a pasar realmente allí? ¿Es tu madre la típica descontenta a la que no le gusta ningún novio? ¿O tu padre es una pared monosilábica de buenas intenciones que rechaza cualquier tipo de diálogo con nadie que no sea pariente cercano suyo? Básicamente, debes conocer cuáles son tus límites. Sentirse deprimida porque no conseguiste esa alegre reacción que ves en las series de televisión (que, por cierto, no son reales) que sabías que no podías esperar de ningún modo es absurdo. Éste no es el momento para intentar arreglar los viejos psicodramas que han sucedido en tu casa durante años. No llores cuando tu madre critique sus zapatos si ella siempre encuentra algo que criticar: tu mantra aquí es «anticípate e ignóralo». Mejor concéntrate en sacar lo mejor de tu novio. Si piensas de verdad que es un serio aspirante, ¿seguro que quieres que sea capaz de pasar la Navidad con ellos sin sentir la necesidad de salir fuera para ponerse a gritar? La aprobación que esperas quizás debería ser precisamente la de tu novio.

Una buena idea

Si hace mucho tiempo que no ves a tus padres y quieres hacerles una visita de fin de semana, asegúrate de preparar las cosas para que paséis algún tiempo a solas. Mantener una sonrisa constante y conocer a gente nueva puede ser agotador, así que dale algo de tiempo libre. Te adorará por ello.

Por cierto, nunca intentes convencer a un hombre de que conozca a tu familia si él no quiere, es la mejor manera de animarle a que te deje. La mayoría de la gente considera el encuentro con la familia como algo muy serio, aunque tú tengas la costumbre de presentarle a tu madre a todos tus amigos. Es seguro que irá mal si pasa toda la velada tieso como una estaca y preparado para negar cualquier intención de boda. Si es el adecuado, acabará yendo por su cuenta, no te preocupes.

Otra opción es que decidáis vosotros dónde os vais a encontrar. Si es probable que tu padre lo saque al jardín para enseñarle sus maravillosos árboles, quizás prefieras que os reunáis en un restaurante para que el encuentro no sea tan íntimo. La ventaja del restaurante es, por supuesto, que no es necesario que él vea tu dormitorio del siglo anterior ni tus fotos de adolescente. También puedes poner un horario a la cita (¡sólo cuatro horas, lo prometo!). Y algo más sobre lo que hablar («¿qué es exactamente un jugo, un zumo pero en pijo?»). Esto funciona especialmente bien si tus padres son difíciles de manejar (por ejemplo si se pelean por cualquier cosa o tu madre te pregunta que cuándo te vas a depilar el bigote), porque las miradas no sólo se dirigirán a ti. No tendrás que bailar a su ritmo si no estás en su territorio.

Otra idea más

¿Es realmente importante que lo lleves a tu casa? Consulta la IDEA 52, ¿Lo hemos conseguido?, para averiguarlo.

Dile a tu madre que no mencione el hecho de que te comprometes con demasiada facilidad con los hombres y pide a tu padre que no le hable a tu pareja de política si piensas que este tema puede provocar problemas. También puedes lanzarles a los dos un hueso del tipo «papá, Juan adora las carreras de coches» o, si tu madre va a cocinar, dile en secreto cuál es su plato favorito; servirá para que haya buen ambiente entre todos. (También deberías asegurarte de que tu novio compre algunas flores y una botella de vino).

Necesitas prepararle para el gran día. No te dé miedo mencionar el hecho de que tu madre adora tomar un gin tonic, o varios; es mejor eso a que lo descubra cuando se caiga encima de las macetas. Incluso aunque no quieras decírselo, si lo haces evitarás una larga conversación con recriminaciones cuando termine la velada. Pero no seas tan sincera que despiertes en él los deseos de matarlos porque fueron crueles contigo cuando tenías cinco años. Una vez que comienza a rodar la pelota, es difícil pararla.

La frase

«La felicidad es formar una amorosa, enorme, cariñosa y unida familia en otra ciudad».

GEORGE BURNS

Por último, hay unos límites a lo que puedes hacer. Tus padres te han criado, pero eso no significa que seas igual que ellos. Si actúan de forma incorrecta, meten la pata hasta el fondo y preguntan a tu chico sobre su dinero, déjalo pasar. Después de todo, él no va a pasar el tiempo con ellos ¿no? Los hombres sensatos saben que no todo puede ser perfecto y podrán soportarlo, y no te reprenderán por tener unos padres un poco locos.

¿Cuál es tu duda?

P La semana que viene vamos a conocer a nuestros padres respectivos y estoy realmente nerviosa. ¿Puedes ayudarme?

R Háblalo con tu chico. Quizás él te transmita seguridad y te asegure que él te seguirá queriendo pase lo que pase.

P Pero, somos una familia muy unida y quizás él no encaje. ¿Cómo me aseguro de que lo hace?

R Dos cosas. Primera, corta el cordón umbilical, tu relación sólo puede aguantar la responsabilidad de vosotros dos, no puede cargar con una familia entera. Segunda, ¡tiempo muerto! No te la juegas en veinticuatro horas; puedes intentarlo cuántas veces quieras.