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El dinero: ese difícil asunto
Hoy en día el mundo de las citas es confuso y a ello contribuye
el hecho de que muchas mujeres son independientes,
no necesitan escoltas para salir y pueden permitirse comprar
sus propios bolsos.
Así que, además de las tradicionales normas sobre quién invita a salir a quién, también tenemos el espinoso asunto de quién paga la cuenta…
Como norma general, es el que invita a salir el que suele pagar. Sin embargo, el dinero no es un asunto neutro y tienes qué decidir qué impresión quieres causar antes de tomar una decisión sobre cómo actuar.
LOS CAZADORES RECOLECTORES
Muchos hombres se sienten incómodos cuando una mujer quiere pagar la cuenta; actuar como proveedor es el último vestigio de su masculinidad (no te rías, es una parte importante de la identidad de un hombre normal). Puedes pensar que estás siendo educada cuando sugieres establecer turnos para pagar las copas, pero la vida es un poco más complicada que eso. También tienes que considerar el equilibrio que estás creando: no puedes quejarte de que no te trata como una princesa si echas a perder todas las oportunidades que se le presentan para hacerlo.
Por supuesto, algunos chicos quieren ser las princesas, lo cual está bien, siempre que ellos se compren su propia corona; ten cuidado con un hombre que nunca paga ni te invita.
Una buena idea
Practica el truco de la tarjeta de crédito. En algunas citas sentirás que lo apropiado es pagar la mitad de la cuenta o incluso la cuenta completa. Quizás porque fuiste tú la que lo invitaste o porque la cita fue tan desastrosa que no quieres sentirte en la obligación de volver a verlo. Una de las maneras de evitar la incómoda discusión sobre quién paga es interceptar al maitre cuando vayas al lavabo y darle directamente tu tarjeta de crédito. Pero si la cuenta llega hasta la mesa, desliza tu tarjeta y pónsela en la mano al camarero, quitándosela de las manos a tu cita. Si discute contigo, considera la opción de dejarle pagar; invitar a una cena no significa mucho hoy en día y si te demuestra que sí que le importa, recuérdale que existe una palabra para eso: prostitución.
Sin embargo, quizás el hombre que te gusta es un fotógrafo que todavía no ha podido hacer dinero, mientras que tú no puedes quejarte de cómo te va. Lo más importante en este caso es mostrar compasión; no puedes esperar cenas espectaculares, aunque seas tú la que pagues, sin que él se sienta un pelín marginado. Así que prueba con un picnic en el parque o visitando alguna galería de arte para que él pueda relajarse; de otra forma, se sentirá el pobre de la relación y lo dejará. No hay duda de que tener dinero significa tener poder y el asunto debe tratarse con cuidado para que no cause roces.
SOLTAR ALGO DE DINERO
Hablar de dinero resulta realmente difícil para la mayoría de las personas: es un asunto emocional y siempre se cita como un tema clave en las crisis de las relaciones. Así que cuanto antes logres sentirte cómoda, antes podrás resolver cualquier situación embarazosa. Con esto no quiero decir que tengas que pedirle que te enseñe los movimientos de su cuenta bancaria durante la primera semana de relación, pero sí deberías ser capaz de ser sincera a medida que la relación se desarrolla. ¿Qué pasa si se va a vivir a tu piso? ¿Querrá que el piso esté a su nombre también si te ayuda a pagar la hipoteca? Quizás el tiene mucho más dinero que tú: ¿vas a vivir por encima de tus posibilidades sólo para seguir con él? Si lo haces, será muy duro para ti cuando la relación termine… Poner en claro este complicado asunto os evitará mucho dolor después.
Otra idea más
Echa un vistazo a la IDEA 35, ¿Eres una psicópata?, para averiguar si estás engañándote a ti misma.
¿A QUÉ ASPIRAS?
De manera que ¿cuál es tu postura sobre el dinero y los hombres? El dinero es un buen tema para evaluarte en ciertos aspectos. En primer lugar, si eres una gastona que quema su tarjeta de crédito haciendo compras, quizás estás buscando a alguien que te saque las castañas del fuego pero, desde luego, no es la forma más romántica de encontrar a tu alma gemela. Otra alternativa es que tengas tu dinero completamente en orden y no te agrade la idea de cazar a alguien que esté sin blanca; la prudencia es siempre un buen hábito, pero recuerda que con lo frecuentes que son los créditos bancarios para estudiantes y lo común de las especulaciones inmobiliarias, es fácil que te encuentres con alguien con problemas económicos. En mi caso, lo más sorprendente fue que me hice tan independiente y segura en cuestiones económicas que estableciendo turnos para pagar las cuentas no me daba cuenta de que utilizaba esta técnica para tener el control sobre los hombres con los que salí. Pensaba que estaba siendo responsable y hábil pero lo que estaba haciendo era engañándome. El dinero no es un tema neutro y es absurdo pensar que tu aproximación a él va a serlo. Piensa en cómo afecta a tus decisiones emocionales.
La frase
«Un hombre sabio debe tener el dinero en su cabeza, pero no en su corazón».
JONATHAN SWIFT
¿Cuál es tu duda?
P Me encanta un chico pero nunca tiene dinero. Cada vez que quedamos se disculpa por lo agobiado que está con los plazos de su crédito de estudios y los de su coche y otras preocupaciones.
R Huye a las colinas. Este hombre es el peor tipo de deudor, el que piensa que no es responsable de sus deudas. Las personas sólo consiguen salir de sus deudas cuando se hacen responsables de las mismas. Es demasiado inmaduro para ver el proceso causa/ efecto; si no puede pagar los plazos del coche, quizás no debería tener ningún coche.
P Pero parece demasiado drástico dejarlo sin más, ¿debería hacerlo?
R Ofrécete a hacer una planificación económica con él, si es que es verdad que está sobrepasado, y después comprueba si realmente intenta arreglarlo. Lo único que no debes hacer bajo ningún concepto es prestarle dinero o pasarás a formar parte de su espiral de deudas.