Cómo encontrar a tu príncipe azul y no morir en el intento

Encontrar a alguien especial es muchas veces un juego de
probabilidades: cuanta más gente conozcas, más probable
es que encuentres a alguien con quien conectes.

Y la clave para conocer a alguien que te guste es conseguir que te inviten a todas partes.

Y ¿cómo consigues que te inviten? Convirtiéndote en la mejor invitada posible.

No es tan loco como suena, de verdad. Algunos días simplemente no te apetece salir: la tostadora se ha estropeado, has perdido al gato, llegaste tarde a la reunión de revisión de salario del trabajo. Pero, en ocasiones, esos son precisamente los días en los que debes reunir todo tu amor propio y obligarte a levantarte y a salir, aunque sólo estés fuera media hora. Debes hacerlo por dos motivos: quien te haya invitado, lo ha hecho porque quería que asistieras y incluso parezcas una oveja insulsa pastando, apreciará el esfuerzo que has realizado y se acordará de ti la próxima vez que organice algo (aunque la próxima vez seguro que estás de mejor humor). En segundo lugar, nunca sabes quién habrá allí: Don Perfecto puede estar allí, tomando una cerveza mientras busca a alguien con quien hablar, y quizás han pasado seis años desde que le conociste en la universidad hasta que se ha cruzado de nuevo en tu camino. Consigue tu cabeza de plástico: una cara o, mejor, un estado mental automático; puede valer con una sonrisa ganadora en tu rostro. Si te has decidido a ir pero odias el hecho de estar allí, siempre puedes volver a casa después de media hora. Es como la versión social del gimnasio; te sentirás mucho mejor si consigues hacer el esfuerzo, sin importar lo poco que te apeteciera ir.

Una buena idea

Organiza tu propia fiesta. Las personas se motivan más cuando el interés es propio; piensa en que ellos tendrán que devolverte la invitación y así llenarás algunos huecos en tu agenda.

Asegúrate de que conoces el protocolo para cada invitación. Si se trata de una fiesta en una casa, lo más probable es que sea muy flexible; si es una fiesta sorpresa, es imprescindible que llegues puntual para estar allí antes que el invitado de honor. No llegues a una cena quince minutos tarde si no quieres que todos te miren incómodos porque has sido la causa de que se quemara el asado. Si vas sola, es razonable que no quieras ser la primera en llegar, pero tampoco llegues una hora después; puede que te encuentres completamente sola porque la gente ya se ha organizado en grupos.

¿Qué sentido tiene el esfuerzo si nadie te ve? Ve directa a saludar a quien te ha invitado (y dile adiós agradecida cuando te vayas). No estés sólo con las personas que conoces ni te escondas detrás de la pila de abrigos. Imagina que eres un tiburón: tienes que moverte o morirás.

Nunca vayas con alguien a menos que te lo hayan permitido de forma expresa. Si realmente quieres ir con alguien, asegúrate de confirmar que puedes hacerlo. Responde a las invitaciones de la forma requerida. No escribas un mensaje con un simple «sí» en el caso de una boda si lo que quieren es una tarjeta de respuesta; puede resultarles difícil descubrir de quién procede la respuesta. No bebas tanto que tus anfitriones te encuentren detrás del sofá a la mañana siguiente. No insistas en que la cena se prolongue en el caso de que tengan hijos y deban levantarse temprano al día siguiente.

Otra idea más

Lee la IDEA 12, Tener suerte y buscar la suerte, para saber cómo estar preparada para la acción cuando surjan las oportunidades.

Nunca llegues a una celebración con las manos vacías, ni siquiera en el caso de que no hayas sido invitada directamente. Lleva al menos una botella de vino y escribe siempre unas líneas al anfitrión o haz una breve llamada para mostrar tu agradecimiento.

Tus anfitriones probablemente se encuentren algo nerviosos, así que si puedes ayudarlos a que las cosas vayan bien te estarán eternamente agradecidos. No te limites a sentarte y a mirar al vacío; preséntate y presenta a la gente que acabas de conocer entre ellos; haz preguntas: las personas adoran hablar sobre ellos mismos y te recordarán con fascinación, aunque no dijeras nada más que tu nombre antes de dejarles que comenzaran con su monólogo.

Seguro que esperas conocer a alguien, pero algunos acontecimientos solamente sirven para ampliar tu red social, lo que significa que conocerás a más gente a través de otras personas. Justo por eso, no es necesario que acudas a cada acontecimiento vestida como si fueras una showgirl de Las Vegas que sólo puede permitirse pagar la mitad del traje. Si te invitan a una fiesta de disfraces, no pienses de inmediato que es el mejor momento para ponerse el disfraz de diablesa; en ocasiones, disfrazarse de cacahuete es una mejor opción ya que la gente charlará contigo con más libertad, pensando que tienes un excelente sentido del humor, que si piensas que has ido a la fiesta en busca de un hombre.

La frase

«Un buen oyente no es sólo popular en todas partes, sino que siempre aprende algo».

WILSON MIZNER, ESCRITOR NORTEAMERICANO

¿Cuál es tu duda?

P Ahora acudo a las fiestas del trabajo y me voy a tiempo, antes de acabar borracha con mis compañeras. ¿Impresionada?

R Sí. ¿Cómo te ha ido?

P Bueno, conocí a algunas personas que sólo iban a tomar una copa al principio, no sólo a las que iban a emborracharse hasta el final. No me escondí detrás de la imagen de la chica que tiene que estar borracha para entablar una conversación con alguien. ¿Es lo mejor?

R Yo creo que sí. ¿Alguna respuesta masculina?

P Poca, pero en cambio hice un buen contacto de negocios con otra empresa. Eso también es bueno, ¿no?

R Por supuesto que lo es. Un nuevo trabajo puede ser estupendo para tu autoestima; y, por supuesto, nadie sabe a quién puedes encontrarte en la máquina del agua en tu próximo lugar de trabajo…