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¿Es esto lo que quiero?

Bueno, la vida a veces te da una patada en la boca. Consigues
lo que siempre has querido pero todavía no eres feliz.


El hombre de tus sueños por fin entra por la puerta, completamente apasionado y adorable, y de repente sientes que has perdido el interés.

Todo lo que hace, desde dejarte notas de amor en la almohada («¡Qué gasto de papel»!) y sus constantes cariños («Déjame, me estás agobiando») te vuelve loca de frustración.

¿QUÉ ES LO QUE VA MAL?

Hay oportunidades, pero no muchas. La realidad es que después de haber pasado sola un tiempo puedes acostumbrarte a tu propia manera de hacer las cosas. Esto no quiere decir que te hayas convertido en una mujer salvaje que se siente más feliz con la compañía de los gatos que de los humanos, pero sí que probablemente necesites un periodo de adaptación. Esto puede resultar extraño después de haber pasado tantas noches sola que estabas considerando seriamente la posibilidad de tirarle los tejos al cartero si aceptara afeitarse la espalda y dejar de vestir colores chillones, pero el corazón es así de juguetón. Si le has tomado el gusto a regalarte un desayuno tranquilo con café recién hecho y magdalenas caseras, puedes sentirte resentida si se fríe un huevo, lo mete entre dos rebanadas de pan de molde y sale corriendo dejando todos los cacharros grasientos sin recoger.

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Una buena idea

Evita el efecto sofá a toda costa. Cuando tienes a alguien con quien compartir el tiempo, calzarte tus pantalones de correr o salir a ver a una amiga en una noche lluviosa puede parecer una locura pero, aún a riesgo de parecer tu madre, te divertirás una vez que estés allí. Sentirás una sensación de éxito cuando regreses a casa y te des cuenta de que no has pasado toda la tarde tumbada viendo una película y además tu alma se alegrará de haber nutrido la conexión con una amiga. También os dará a ti y a tu pareja un poco de tiempo para echaros de menos el uno al otro. Haz un compromiso contigo misma para mantener esa felicidad al menos una vez a la semana.

LA GRAN C

La gran C en una relación no es siempre el compromiso, sino el cambio. Tienes que educar tu voluntad para renunciar a algunas cosas buenas, además de a las malas. Adiós a la soledad, a las aburridas noches de domingo y a las Navidades con tu abuela intentando averiguar si eres lesbiana; sí, pero despídete también de tener que hacer la colada sólo una vez a la semana y de tumbarte en la cama en diagonal o de llamar a una amiga y ver una película juntas mientras habláis por teléfono. Mostrarás una resistencia natural a dejar todas esas cosas.

TODO POR MÍ MISMA

La emoción más confusa que puede surgir cuando tienes una relación es el aislamiento. Puedes sentirte desconectada ante la idea de reunirte con las chicas ante una interminable ronda de bebidas cuando antes parecía un gran plan. Esto puede ser porque tu objetivo (coquetear) y la conversación (cómo coquetear) es menos importante. Necesitas encontrar nuevas formas de jugar.

Otra idea más

Asegúrate de mantener lo que es realmente importante; lee la IDEA 44, Sé sensual, para saber cómo lograr una vida envidiable.

EL TELÉFONO DEJA DE SONAR

Solías pasar el tiempo esperando que él llamara y ahora estás desesperada por oír la voz de una de tus amigas proponiéndote un plan. Si has sido tú la que has dejado que las cosas se enfríen, no dudes en hacer la primera llamada. Organiza algo y prepárate para encontrar algo de resentimiento; este sentimiento puede mejorar con tus llamadas y tu pequeña fiesta de disculpa, pero no se va a desvanecer. Sé constructiva; en vez de eso, organiza una fiesta de verdad y recuérdale a todo el mundo lo divertida que eres.

El mundo no se acaba con ese hombre

Algunos cambios se deben simplemente a que estamos entrando en una nueva fase de nuestra propia vida. Puedes sentir pronto que estás preparada para el cambio, a pesar de que hayas conocido a alguien hace poco, pero puede que necesites adaptarte al compromiso. Muchas veces ocurre que cuando conocemos a alguien descargamos toda nuestra energía en esta relación, y ponemos en segundo lugar el trabajo y los amigos. Cuando salimos de la burbuja de los tres meses (ésa es la duración normal), quizás nos demos cuenta de que queremos recuperar lo que hemos dejado atrás. Naturalmente, tendrás menos tiempo disponible, así que no podrás volver a ser la niñera de tu hermana si quieres volver a reunirte con las chicas y lo mismo digo de cruzar la ciudad para reunirte con esa amiga que sólo te quiere para que escuches sus quejas sobre su marido.

La frase

«La felicidad no está en conseguir el propósito consciente de la misma; generalmente, es producto de otras actividades».

ALDOUS HUXLEY, ESCRITOR BRITÁNICO


¿Cuál es tu duda?


P Esperé años para encontrar a Don Perfecto y ahora se ha convertido en «Don No Tengo Tiempo Ahora Mismo». Al principio de salir juntos me adoraba, ahora sólo obtengo las quejas al final de su día de trabajo. ¿Qué ha ido mal?

R No ha ido nada mal, sólo ha llegado la vida real. Esto ocurre cuando se pasa del cortejo a la normalidad; la vida real hace su aparición y con ella la gente se da cuenta de que el resto de sus sueños y ambiciones también necesitan algo de atención.

P Entonces, ¿ahora sólo soy un mueble más?

R Sólo si mantienes una mala actitud. ¿Quieres recuperar esas adorables charlas que teníais al principio? Cocina una buena cena, apaga la tele y sentaos a la mesa uno enfrente del otro. Después deja de hablar y comienza a preguntar: pregúntale cómo le ha ido el día o qué le apetece hacer durante el fin de semana. Muy pronto comenzará a hacerlo él contigo en respuesta (aunque probablemente te costará más de una cena). Una vez que él deje de sentirse retado o criticado, comenzará a esforzarse por volver a ti y por llegar a casa antes. Si quieres que te escuchen, predica con el ejemplo y escucha tú primero.

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