50
Crear un nido de amor
Pasamos una tercera parte de nuestra vida en la cama y,
si tenemos suerte, podremos compartir una agradable
porción de ese tiempo con alguien más.
Pero las oportunidades de que eso ocurra se ven drásticamente reducidas si cuando llega a casa lo que encuentra es estropeado colchón en el suelo con un edredón mugriento y rodeado de un montón de cajas de pizza.
Por todos los santos, piensa un poco con la cabeza y haz de tu dormitorio un lugar agradable.
MONTAR LA ESCENA
Antes siquiera de que miremos al protagonista principal (que es la cama…) necesitamos crear un refugio tranquilo y calmado. Un dormitorio, siempre que el espacio lo permita, debe ser únicamente para dormir, descansar y tener romances. Todo el resto de actividades como ver la televisión, jugar con la consola (te sorprenderías) y el trabajo debe llevarse a otro sitio. Los armarios y cómodas rebosantes también añadirán una sensación de caos y te recordarán que no has planchado; si puedes, mantén tu ropa fuera del lugar de dormir pero, si eso no es posible, al menos asegúrate de que almacenas toda tu ropa de otra temporada (por ejemplo, la ropa de invierno durante el verano) fuera de la vista, de forma que tengas menos cosas que arreglar.
Una buena idea
Dormir es un relajante natural del estrés y si te aseguras de dormir al menos seis horas y media cada noche te sentirás más calmado, más feliz y más capaz de enfrentarte con el estrés emocional. La hormona que nos dice que estamos preparados para dormir, la serotonina, se libera a medida que empieza a oscurecer y va diciendo a nuestros cuerpos que necesitan irse a dormir. Incluso la luz roja que señala la posición de stand-by de tu televisor puede interferir en este mecanismo, así que baja la tapa y consigue unas buenas cortinas que mantengan alejadas las luces de la calle: el efecto en la calidad de tu sueño será impactante. Si no te gusta mucho el hecho de andar, hazte con un despertador luminoso que imite el efecto del amanecer de manera que te vaya despertando gradualmente y tú te encuentres de mejor humor.
Cuando elijas un color para decorar tu habitación, evita todo lo que sea sobreestimulante como un rojo o naranja brillante, que son estupendos para despertar la mente en el lugar de trabajo pero que son un completo desastre para devolverte la calma después de un día agitado. Piensa en colores relajantes como un blanco amarillento (no basado en el azul, porque puede resultar un color frío que nos recuerde a un hospital), un moca suave o un dulce y pálido violeta. Asegúrate de que te deshaces del exceso de cajitas, joyeros y decoración que haya en las superficies; el desorden que pueden provocar se une a la sensación de caos y, francamente señoras, si lleváis a un noviete a casa querréis parecer organizadas y tranquilas, no neuróticas y estresadas que viven como si fueran adolescentes.
CONSEGUIR LAS HERRAMIENTAS APROPIADAS
Ahora que has conseguido el talante correcto, puedes dirigir tu mirada hacia la cama. La regla es: gástate tanto como te puedas permitir. No sólo porque una cama buena te durará más tiempo, sino porque los beneficios de una buena noche de sueño en nuestro bienestar general y productividad nos compensarán con toda seguridad. Las fibras naturales son la mejor opción; ellas regulan la temperatura corporal, mantiene la humedad alejada de la piel (en el caso de que tus actividades nocturnas te hagan sudar un poco) y duran bastante más que los de fibras artificiales. La versión más lujosa de edredón es aquella que está hecha con plumas de ganso siberiano (que dura entre diez y quince años), pero cualquier edredón de plumas puede proporcionar gran confort (y un excelente soporte en las almohadas).
Otra idea más
Ve a la IDEA 26, Cuando acometer la hazaña, para decidir cuándo puedes llevar a tu objetivo directamente al dormitorio.
Una vez hecho esto, está el dilema de qué ponerte tú encima, además de otra persona… A pesar del mito de que el satén negro tiene unas maravillosas cualidades afrodisíacas (si te las arreglas para no resbalarte en esas sábanas de satén negro), el lino es el material más suave y agradable para la piel. Cuando vayas a comprarlas a esa tienda de lujo, fíjate en el número de hilos: cuando más fino sea el tejido, más suave será para la piel.
Si tienes un alma sensible y algunas alergias debes comprar siempre material anti-alergénico, asegurarte de utilizar el detergente adecuado y llevar tu edredón y almohada al tinte con frecuencia para librarte de las más pequeñas partículas de polvo. Las cortinas, cabeceros de tela y alfombras pueden causar los mismos problemas, así que préstales también el mismo cuidado.
HAZ UN POCO DE SITIO PARA LAS ACROBACIAS
Cuando estás buscando una cama para comprar, ten en cuenta que nos movemos unas seis veces durante la noche (y eso es sólo cuando dormimos) y una cama para una sola persona sólo te da noventa centímetros de espacio. Si quieres sumergirte en una noche de pasión decente, lánzate a una cama supergrande, la cual te ofrecerá mucho más sitio para jugar…
La frase
«La pasión es lo que mueve al mundo. El amor es lo que hace que sea un lugar más seguro».
ICE T., RAPERO NORTEAMERICANO
¿Cuál es tu duda?
P Sí, sí, todo eso está muy bien pero soy una mujer trabajadora con muchas más cosas que hacer que ahuecar almohadas y tratar de conseguir que mi dormitorio se parezca al de las revistas. ¿Qué te parece?
R Bueno, no me gusta tu actitud pero entiendo tu punto de vista; es mejor admitir que eres una vaga y cambiar de tema.
P Muy divertido. ¿Tienes algún truco rápido o no?
R Compra un cama de esas que tienen debajo cajones para almacenar cosas; de esa forma, si has creado si tienes un caos de cosas alrededor, podrás arreglarlo metiéndolo todo ahí de momento y arreglándolo cuando dispongas de un poco más de tiempo. En segundo lugar, compra sábanas de algodón tratado de las que no necesitan plancha; una cama arrugada puede parecer sucia aunque esté completamente limpia. Consigue un ambientador o unas velas olorosas para crear ambiente; el sentido del olfato es increíblemente evocador y puede ayudarte en la seducción. Y pon una lámpara de poco voltaje al lado de la cama; todas las cosas (y las personas) tienen mejor aspecto cuando hay poca iluminación.