Sus responsabilidades, los hijos que te suceden, la vejez, las herencias, el reparto, los bienes, la soledad…
237. LLEGADAS «ON TIME»
Cuando no se tiene una edad obligatoria de jubilación —como es el caso de los funcionarios— me parece una regla de oro que: e«s mejor jubilarseun año antes que un día después».
238. APAGAR EL DESPERTADOR
Cuando te jubilas, entras en una nueva etapa de tu vida que no debería ser una continuación de la anterio.r Para ello, puede volverse «uno» un poco filósofo y utilizar su experiencia para poner freno a la lógica. Practicar, en la conv ersación corriente, la retórica esmerada y usar, a menudo, la música y la poesía para animarse. Y, en cuanto a las matemáticas, dedicarse a ellas sólo cuando le «apetezca a su estómago». En ésta nueva etapa tiene que tener en cuenta que no se saca beneficio donde no se recibe placer . En una palabra, haz lo que más te guste.
239. PROGRAMACIÓN SOLIDARIA
Una muestra de solidaridad con los empleados es preparar la sucesión con tiempo y profesionalidad.
240. EL FUTURO DEL PRESIDENTE
Cuando un presidente ocupa el cargo, lo primero que se tiene que preguntar es quién va a ocupar su puesto en el futuro.
241. VEJEZ CONSENSUADA
La vejez de un empresario debe ser suave y madura. Para ello es importante que su Empresa tenga el beneplácito de las gentes.
La soledad es la major compañía para el recuerdo.
242. PÁGINA DE SUCESOS
Las empresas deben tener un plan de sucesión, con el beneplácito de sus directivos, si no quieren que suceda el final.
243. AUTONOMÍA EMPRESARIAL
Las Empresas deben adquirir vida propia y para ello no pueden ser dependientes de su creador.
244. UN MAL PLAN DE PENSIONES
Cuando el empresario ha sido temerariamente injusto, de la vejez sólo puede esperar las imperfecciones de las costumbres arraigadas con el tiempo, además de la terquedad caprichosa que estos años débiles y coléricos llevan consigo. Esto es soledad.
245. HIJOS CON DINERO
El problema de los hijos que consiguen dirigir la Empresa sin merecerlo, sólo por derecho hereditario, es que se preocupan más por ellos mismos que por la Compañía. Esto sucede con las personas a quienes el destino ha concedido demasiado dinero. Se contemplan a sí mismos, en vez de al entorno, por lo que no llegan a conocerlo nunca.
Deja siempre vacante el cargo de hijo.
246. ASÍ SÍ. ASÍ NO
Cuando un empresario quiere ayudar a un hijo a tomar las riendas del negocio, debe distinguir muy bien entre lo que agrada a su hijo y lo que le conviene.
247. EDUCAR PARA DIRIGIR
El empresario que quiere que su hijo dirija la Empresa en el futuro tiene que hacerle comprender que vivir con belleza y gastar no son una misma cosa. Debe educarle para vivir y no para ganar y gastar .
248. CON CARIÑO Y APLOMO
En la Empresa familiar es difícil decirle que no a un hijo que pretende sucedernos y que no vale para ese puesto. Será más rentable y próspero para la Empresa doblarle el sueldo y situarle en un área de menos responsabilidad.
249. EL REPARTO DE LA TARTA
Cuando el empresario muere sin dejar solucionada su sucesión, suele haber un reparto egoísta de la herencia y cada cual va por su lado. El espíritu de lucha sucede al espíritu de organización; el odio del uno contra el otro supera a la benevolencia del fundador para con todos. Faltando él, falta el alma de la Empresa y esto puede llev ar a que se falsifiquen los procedimientos, se envilezcan los productos, se mate la confianza de los proveedores, disminuyan los pedidos, se reduzca la plantilla, se cierren los negocios y venga la quiebra.
250. HEREDEROS DE PIEDRA
Los bienes inmuebles que se heredan de los padres suelen ser fruto de toda su vida de trabajo. No los metamos en el negocio que, muchas veces, no es el fruto de una vida de trabajo. Si decidimos venderlos, que sea para adquirir nuevos bienes inmuebles y no para vivir mejor. Quizá sea bueno hacer algunas demoliciones en pro de nuevas construcciones.
251. ERRORES CON HIJOS
El empresario que sitúa al frente del negocio a un hijo sin la adecuada experiencia comete un error que le costará su credibilidad y probablemente su hacienda.
No desheredes el trabajo de toda una vida.
252. DESESTIMA EL PUESTO DE DIRECTOR «HIJOCUTIVO»
Cuando el hijo de un empresario no quiere estudiar y pide a su padre un empleo en la Empresa, es mejor ofrecerle el mono que el traje de chaqueta. El mono va acompañado de destornillador, martillo y realidad. Con el traje de chaqueta al joven no le cambia la vida. Como mucho, incorpora una corbata y un maletín. Con esta fantasía, lo más probable es que cometa el error de creer que es un ejecutivo de prestigio y que puede suplir, en un corto espacio de tiempo, la tarea de su padre.
253. LA CUERDA FLOJA
La gran mayoría de los empresarios con éxito han tenido que pasar penurias y calamidades, premisas estas que no suelen estar en el vocabulario de sus hijos. Por ello, estos últimos tienen más difícil alcanzar el éxito pues, si las exigencias tensan la cuerda, tenderán antes al abandono.
254. SÓLO ANTE EL RECUERDO
La vida del empresario está dedicada a la actividad del lucro y la conservación de lo ganado. Cuando no puede ejercerlas porque se jubila, las experiencias que ha acumulado suelen llevarle por si solas a retirarse de la compañía de los hombres. Está claro que esta compañía ha estado dedicada esencialmente a esa actividad por lo que, una vez alcanzada la finalidad, no hay nada que le ate a este movimiento de la sociedad. Suele convertirse en un hombre solitario, casi un ermitaño que se satisface más con su vida interior. El largo tiempo que ha tenido que vivir en medio de la agitación y de las peripecias empresariales probablemente haya aumentado en él el sentido de soledad y los muchos recuerdos de aquel tiempo sean ahora su agradable compañía. Además, ahora verá con distintos ojos lo que le ocurrió en el pasado. Esta nueva perspectiva le hace descubrir la relación que existía entre lo acontecido en aquel tiempo y las consecuencias que de ello se derivaron, así como el modo en el que se presentaron ante sus ojos. Probablemente, llegue a la conclusión de que el auténtico entendimiento de la vida no se desarrolla hasta tarde y ocurre bajo el influjo de los recuerdos más que sobre el presente.
Si colocas a un hijo no seas padre también de sus errores.