Hacía mucho
calor al sol y Albahaca empezó a sentirse cansado. Afortunadamente,
las nubes grises comenzaron a llenar el cielo y tapar el sol.
Las nubes se volvieron más oscuras y entonces empezó a llover.
Grandes gotas de agua cayeron en la maceta.
Algunas cayeron sobre Albahaca, tirándole al suelo. Cuando la
lluvia cesó, Albahaca comenzó a ponerse en pie. Miró alrededor a su
nueva casa.
Había algo moviéndose lentamente hacia dentro de su maceta.