—¿Qué está pasando? —gritó Albahaca.
Tan repentinamente como había llegado, el pájaro salió volando con
el caracol en su pico.
—El pájaro y el animal deben de ser amigos —respondió
Romera—. Él llamó a la puerta de la tortuga y ahora han salido
fuera a almorzar. ¿Por qué otra razón se lo habría llevado el
pájaro?
— ¡Debe de ser agradable que te inviten a comer fuera! —exclamó
Albahaca.
— Sí —dijo Romera—. Es un poco aburrido vivir en esta maceta.
—Pues a nosotras nos gusta estar aquí —dijeron las Hermanas— ¡pero
nos alegramos de que sea la hora de la comida! ¡Nos duelen las
hojas!