El orgullo alcanza entre los iberos grados muy altos. Llevan vida de continuas alarmas y asaltos, arriesgándose en golpes de mano pero no en grandes empresas, pues se niegan a aumentar sus fuerzas uniéndose entre ellos (E STRABÓN ).
Son crueles con los criminales y enemigos, aunque con los forasteros son compasivos y honrados (D IODORO DE S ICILIA ).
De siempre tuvieron los hispanos un espíritu salvaje debido a su absoluta libertad y a su falta de costumbre en recibir órdenes de nadie (A PIANO ).
Hispania es distinta, más dispuesta para la guerra a causa de lo áspero del terreno y del genio de los hombres ( T ITO L IVIO) .
Esta Hispania produce los durísimos soldados; ésta, los expertos capitanes; ésta, los fecundísimos oradores; ésta, los clarísimos vates; ésta es madre de jueces y príncipes; ésta dio para el Imperio a Trajano, Adriano y Teodosio (P ACATO ).
Este reino tan noble, tan rico, tan poderoso, tan honrado, fue derramado y estragado por desavenencia de los de la tierra, que tornaron sus espadas unos contra otros como si les faltasen enemigos (A LFONSO  X EL S ABIO ).
Qué buen vasallo que fuera, si tuviese buen señor (C ANTAR DEL C ID ).
No es bien, señor capitán Cortés, que mujeres españolas dejen a sus maridos yendo a la guerra; donde ellos murieren moriremos nosotras, y es razón que los indios entiendan que son tan valientes los españoles que hasta sus mujeres saben pelear (M ARÍA DE E STRADA) .
Todo lo que ha sucedido desde el maravilloso descubrimiento de América ha sido tan extraordinario que la historia parecería increíble a cualquiera que no la haya vivido de primera mano. En verdad, parece ensombrecer todas las acciones de la gente famosa del pasado, sin importar qué tan heroicas éstas hubieran sido, y silenciar toda habla de otras maravillas del mundo ( F RAY B ARTOLOMÉ DE LAS C ASAS) .
Sólo los españoles nacen ya armados y listos para pelear (F RANCISCO  I DE F RANCIA ).
Se les ve expuestos a la injuria de los tiempos, en la miseria; y a pesar de ello, más bravos, soberbios y orgullosos que en la opulencia y la prosperidad (M ADAME D ’A ULNOY ).
El español, una vez decidida la estocada que se propone dar, la ejecuta ciegamente aunque así lo hagan pedazos (P IERRE DE B RANTÔME ).
Son ejemplo que no parece excepción, pues siendo generalmente de estatura pequeña, la grandeza del corazón es tan grande que les da aliento, de forma que con su propio valor se han hecho dueños del mundo (J UAN P ABLO M ÁRTIR R IZO ).
Mire vuestra excelencia que nada queda fuera de mi alcance, pues para eso me dio Dios diez dedos en las manos y ciento cincuenta españoles (A LONSO DE C ONTRERAS ).
Nunca nos habíamos enfrentado a un soldado de infantería como el español. No se derrumba, es una roca, no desespera y resiste pacientemente hasta que puede derrotarte (U N OFICIAL SUECO TRAS LA BATALLA DE N ÖRDLINGEN ).
Allí vive y reina la soberbia con sus aliados: la estimación propia, el desprecio ajeno, el querer mandar y no servir a nadie, el lucir, el alabarse, el hablar mucho, alto y hueco, el brío con presunción. Y todo eso desde el noble al más plebeyo (B ALTASAR G RACIÁN ).
Aquí mi desdicha, y no mi cobardía, se llevó mis alcanzadas glorias, aquí usó la fortuna conmigo de sus vueltas y revueltas, aquí se oscurecieron mis hazañas, aquí finalmente cayó mi ventura para jamás levantarse (M IGUEL DE C ERVANTES ).
Los españoles tuvieron una clara superioridad sobre los demás pueblos: su lengua se hablaba en París, en Viena, en Milán, en Turín; sus modas, sus formas de pensar y de escribir subyugaron a las inteligencias italianas, y desde Carlos V hasta el comienzo del reinado de Felipe III España tuvo una consideración de la que carecían los demás pueblos (V OLTAIRE ).
España es el único lugar del mundo donde dos y dos no suman cuatro (D UQUE DE W ELLINGTON ).
Tengo por enemigo a una nación de doce millones de almas, enfurecidas hasta lo indecible (J OSÉ  I B ONAPARTE ).
Los españoles todos se comportaron como un solo hombre de honor. Enfoqué mal ese asunto (N APOLEÓN B ONAPARTE ).
Si al menos fueran extranjeros los enemigos de España, todavía. Pero no. Todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra, agravan y perpetúan los males de la Nación son españoles (A MADEO DE S ABOYA ).
La Humanidad debe gratitud eterna a la Monarquía española, pues la multitud de expediciones científicas que ha financiado ha hecho posible la extensión de los conocimientos geográficos (A LEXANDER VON H UMBOLDT ).
Quien desee conocer hasta qué punto se puede debilitar y arruinar un gran Estado debe estudiar la historia de España (T HOMAS M ACAULAY ).
En España siempre ha pasado lo mismo: el reaccionario lo ha sido de verdad, el liberal ha sido muchas veces de pacotilla (P ÍO B AROJA ).
Los españoles están condenados a ir siempre detrás de los curas, o con el cirio o con el garrote (A GUSTÍN DE F OXÁ ).
Cuando en España se habla de cosas de honor, un hombre sencillamente honrado tiene que echarse a temblar (M IGUEL DE U NAMUNO ).
No hay en la Historia universal obra comparable a la realizada por España (R AMIRO DE M AEZTU ).
¡Ay España de mi vida, / ay España de mi muerte! (M IGUEL H ERNÁNDEZ ).
Los españoles no han cedido nunca una pulgada de terreno. No tengo idea de seres más impávidos. Desafían a la muerte. Extraordinariamente valientes, duros para las privaciones, pero ferozmente indisciplinados (A DOLF H ITLER ).
Ni aun el peligro de la guerra ha servido de soldador. Al contrario, se ha aprovechado para que cada cual tire por su lado (M ANUEL A ZAÑA ).
Si el lema de «Arriba España» […] lo hubieran adoptado los del bando de enfrente, el tanto por ciento de sus probabilidades de triunfar hubiera sido, por este simple hecho, infinitamente mayor (G REGORIO M ARAÑÓN ).
El español que no ha estado en América no sabe qué es España (F EDERICO G ARCÍA L ORCA ).
La rebelión sentimental de las masas, el odio a los mejores, la escasez de éstos. He ahí la raíz verdadera del gran fracaso hispánico (J OSÉ O RTEGA Y G ASSET ).
La envidia del español no es conseguir un coche como el de su vecino, sino conseguir que el vecino no tenga coche (J ULIO C AMBA ).
Entonces estuvo nuestra patria a dos pasos de realizar su ideal jurídico: que todos los españoles llevasen en el bolsillo una carta foral con un solo artículo, redactado en estos términos breves, claros y contundentes: «Este español está autorizado para hacer lo que le dé la gana» (Á NGEL G ANIVET ).
España es un país formidable, con una historia maravillosa de creación, de innovación, de continuidad de proyecto… Es el país más inteligible de Europa, pero lo que pasa es que la gente se empeña en no entenderlo (J ULIÁN M ARÍAS ).
Este lugar impreciso, mezcla formidable de pueblos, lenguas, historias y sueños traicionados. Ese escenario portentoso y trágico al que llamamos España (A RTURO P ÉREZ -R EVERTE ).