Creo que por lo que han leído hasta acá, es evidente que me gustan mucho las motos. En el encuentro de Pereira del 2002, donde aprendí a vender prendas de vestir para el evento, se me metió en la cabeza que yo podía organizar buenos encuentros en Bucaramanga y ganar mucho dinero, jajajajaja.
Sé lo que están pensando: “Hmmm claro, otro negocio fallido”,
. Hey, ¿qué pasa? me extraña; que me haya ido mal como 200 veces en muchas cosas no quiere decir que no le pegara a una que no fuera el humor.
Pues amigos, este era EL NEGOCIO, el RENEGOCIO . El evento era solo un fin de semana al año, viernes, sábado y domingo, pero si trabajaba juicioso dos meses, me podía quedar dinero para pagar mis gastos tranquilo hasta el siguiente año
. Bueno, pagándome poquito
.
En fin, miren este negocio cómo se hacía. En Bucaramanga existen dos clubes de motos grandes: Club Renegados y Club los Fariseos, jajajaja, sí; ya sé que los nombres no eran muy confiables, pero quiero decirles, porque los conozco a todos, que son gente maravillosa. Ok, no se me distraigan y retomo: los dos clubes digamos que, por derecho, eran los encargados de realizar el encuentro, pero donde TANTA GENTE OPINA, muy poco se hace .
Los dos primeros encuentros se habían hecho con bastante éxito, pero en el tercero yo me anticipé y pedí que me lo vendieran a mí
. El negocio se hizo por diez millones de pesos: pagué cinco millones a cada club, ellos a cambio me apoyaban en todo, a tal punto que era obligatorio para sus integrantes participar del evento y pagar la inscripción, es decir que el evento ya arrancaba con 100 inscripciones, lo que no solo devolvía el dinero, sino que ya empezaba a ganar
.
El encuentro es sencillo: una ciudad (en este caso Bucaramanga) lo organiza e invita a todos los motociclistas del país y que tengan motos superiores a 500 cc. Ellos pagan por cada moto una inscripción de cien mil pesos y si se sabía hacer bien la tarea, en Bucaramanga se lograban reunir unas seiscientas cincuenta motos. Es decir que en inscripciones ya tenía el viernes para prender motores sesenta y cinco millones de pesos en el bolsillo, jajajaja, pero OJOOOOOO, no es tan fácil como parece, pongan cuidado .
Por los cien mil pesos que las motos pagan tienen derecho a:
Analicemos mis gastos:
Si lo piensan , tener mil trescientos locos iguales a uno con ínfulas de millonarios y malos, jajajajaja, porque eso sí para creídos nosotros en las motos, jajajaja. Retomo, si uno tiene mil trescientas personas y las puede llevar para donde quiera, pues muchos los quieren tener allá. O sea, imaginen que ustedes tengan un autobús lleno de gente con mucha hambre y ustedes llamen a un restaurante y digan: “¿Cuánto me dan y les llevo toda esta cantidad de desocupados?”. ¿O ustedes por qué creen que los buses intermunicipales paran a almorzar durante el viaje en el restaurante más regularcito de todos
? Pues porque allá les pagan
. Bueno, y fijo el conductor tiene su noviecita, jajajaja, que es la que le da el almuerzo con pierna-pernil, jajajaja
.
Así conseguía que las discotecas me pagaran a mí por llevarlos cada noche . Yo pedía entre dos y tres millones de pesos por noche para llegar con todo el combo
. Claro, ese día la discoteca vendía más de treinta millones en whisky. Calculen mil personas, promedio consumo treinta mil. Ah, y sin contar con que siempre me conseguía un patrocinador de licor para el fin de semana, que me daba dinero y licor para que yo lo rifara
. Pero yo lo vendía, ni bobo que fuera, igual era mío a cambio de ponerlos en la publicidad.
Lo más salvaje llegaba el domingo: con permiso de la Alcaldía cerrábamos el puente La Flora y organizábamos los piques cuarto de milla. Era increíble, metíamos más de tres mil personas a una gradería y las entradas eran desde cinco mil pesos. Adentro comerciábamos los espacios para vender cerveza, comida y hasta para poner baños portátiles .
Era una mina de oro, el evento no tenía pierde por ningún lado. Obvio, había que pagar permisos, Bomberos, Policía, Cruz Roja, pero siempre daba para todo y quedaba mucho dinero de ganancia. Eran mis tres días de gloria, no me tomaba ni media cerveza, dormía por mucho dos horas diarias porque tenía que estar pendiente de todo, pero solo pensaba: “El lunes voy a poder dormir tres días seguidos”, jajajajajaja; yo estaba era trabajando, papá.
Y ni les cuento el negocio que era todo lo que vendimos aparte en camisetas, pañoletas, tangas, chaquetas. Duré seis años organizando el encuentro, el domingo se acababa y el lunes en la mañana me iba a comprar el del siguiente año antes de irme a dormir, jajajajaja.
El dinero está hecho, amigos, y lo bueno es que también ganaba la ciudad: a mi bella y hermosa Bucaramanga ese fin de semana llegaban muchas personas que dejaban dinero por hoteles, gasolina, compras, comida. Siempre ha sido un buen evento.
Lo dejé de realizar por varias razones: la primera es que después de seis veces es muy difícil encontrar lugares diferentes para llevar a los participantes, y a veces decían: “Uy, pero, ¿todos años lo mismo?”. Los que viajan de afuera quieren conocer cosas nuevas. Segundo, porque yo ya no vivía en Bucaramanga y las cosas si no se hacen personalmente, no salen bien.
Hay que estar ahí un mes y medio al cien las veinticuatro horas. Este tipo se eventos requieren innovación; el puente La Flora nunca lo volvieron a prestar
porque construyeron un túnel y se iba era a matar alguno corriendo y ahí sí iba a ver el túnel, pero literal, jajaja.
Qué no me inventé para hacer los domingos y reemplazar el cuarto de milla; hasta llevé al gran Tatán Mejía con un espectáculo brutal que hace en las motos al estadio Floridablanca. Me inventé el concurso de la chica MotoLatina; torneos de bolo criollo; en la plaza de toros les hacía Toro Gol, jajaja, un partido de fútbol donde el árbitro era una novilla de esas bravas, jajajajaja, era muy chistoso ver esos panzones corriendo despavoridos
.
Como ven, no me iba mal en todo; generábamos empleo y todas las ganancias las donábamos a una familia muy pobre, la mía, jajajajaja (mentiras, pero sí siempre hemos hecho labor social y no me gusta hablar al respecto, eso se hace de corazón y no para poner fotos en redes. Los que me conocen saben de qué hablo
).
Nunca fue un evento garantizado, pero sí vivo muy agradecido con la vida por todo lo que aprendí. En los cuartos de milla, mi socio y amigo Victor Hugo Balaguera me enseñó lo que es ser un buen organizador y administrador; con ese señor aprendí lo que después hice en todos los teatros en los que me presenté. Un genio de la logística para que cada cosa saliera perfecta.
Mi consejo es que en los negocios en los que sea imposible hacerlos uno solo
se debe rodear de gente honesta y trabajadora; ese socio que solo quiere poner el dinero se vuelve un fastidio, el trabajo en equipo es fundamental cuando son eventos masivos.
En parte gracias a esos encuentros, pude comprar los carros que en esa época eran un hit, un BMW Z4, un Nissan 350Z, un MX-5 nuevecito .
Con una buena idea y bien rodeado de gente trabajadora se pueden transformar diez millones de pesos en cien millones en solo tres días . Yo sé por qué se lo digo
.
Ojo, un buen plan de trabajo en el que se analicen todas las variables es importante. Siempre que yo voy a hacer un negocio me pregunto: “¿Qué es lo peor que puede suceder?”, y si estoy dispuesto a perder toda la inversión y la tengo y está bien planeado, le hago, jajaja.
Ya lo dice el refrán: “El que no arriesga una hija, no gana un nieto”, jajajaja.