EL HOMBRE MARCÓ EL NÚMERO Y ESCUCHÓ TIMBRAR el teléfono al otro lado, mientras daba golpecitos con los dedos.
“Penitenciaría de Otisville. ¿Con qué extensión desea hablar?”
“Extensión 6239.”
“Un momento, por favor.”
El hombre encendió un cigarrillo, mientras esperaba.
“Archivo de Reclusos, habla Grasso.”
“Sal. Hola, hermano, ¿cómo está la Harley?”
“Ah, eres tú. ¿Qué hay de nuevo?”
“¿Tienes la mercancía de la que hablamos?”
“¿Todavía estás en el mismo número?”
“Sip.”
“Te llamo en diez minutos de otro lado.”
EL TELÉFONO SONÓ CERCA DE UNA HORA DES pués.
“¿Aló?”
“Soy yo,” dijo Grasso.
“Eso no fueron diez minutos, amigo.”
“¡Oye, te estoy haciendo un maldito favor!”
“Para eso se te paga.”
“Por lo que me estás pagando no estoy dispuesto a arriesgar mi empleo, ¿entendido? Ahora, ¿la quieres o no?”
“Eso depende. ¿Es algo bueno? No estoy interesado en oír a Díaz haciéndose una paja durante una hora mientras habla con una de sus nenas.”
“Oye, no patees la lonchera antes de ver qué trae. No creerías algunas de las cosas que oigo. Chicas gimiendo y cosas así, diciendo groserías. Bastante gráfico. Es como llamar a una línea caliente, excepto que no tienes que pagar.”
“Ah, todos ustedes son unos pervertidos.”
“Está bien, entonces, ¿cómo te voy a entregar el disco? No lo quiero mandar por e-mail porque eso deja un rastro.”
“Primero dime de qué se trata.”
“No, de verdad es algo muy bueno. Díaz llamó a una fiscal, olvidé cómo se llama ...”
“¿Melanie Vargas?”
“Sí, eso es. El tipo le dijo que tenía importante información sobre un asesinato y que mejor lo venía a ver enseguida. Pero, oye esto: ‘La gente que está alrededor suyo también esta dañada,’ dijo Díaz, ‘así que mejor cuídese.’ ”
“Ummm. ¿Dijo eso?”
“Sip.”
El hombre hizo una pausa, mientras pensaba.
“¿Aló?” dijo Grasso.
“Sí. Todavía estoy aquí. ¿Sabes si ya lo visitó?”
“No he tenido la oportunidad de revisar el libro de registro.”
“Bueno, hazlo. Ya mismo. Necesito saber. Es de suma importancia.”
“Está bien, pero eso tendrá un costo extra.”
“No te preocupes. Recibirás una compensación. Oye, te tengo otra propuesta. Significa que te arriesgues un poco más, pero la paga será proporcionalmente mayor.”
“¿Como de cuánto estamos hablando?”
“Bastante. Podría llegar a los cinco dígitos, de acuerdo con la calidad del servicio.”
“Ummm, suena muy interesante. Soy todo oídos.”
“Bien, se trata de esto. ¿Qué posibilidades tengo si quiero que ese malparido de Díaz desaparezca?”