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¡DEFIÉNDASE QUIEN PUEDA!

EL FUTURO DE LOS ABOGADOS, CONTADORES Y ASEGURADORES

Nueva York-Miami. Cuando el despacho de abogados BakerHostetler, uno de las más grandes de Estados Unidos, anunció en 2016 que había contratado a su primer abogado robot, llamado Ross, tanto la empresa como su fabricante se apuraron a decir que los abogados que trabajaban en la empresa no perderían sus empleos. No había nada que temer, dijo la empresa. El nuevo abogado robótico sólo sería un colaborador más de sus colegas humanos. El bufete, de 900 abogados, explicó que el nuevo abogado robótico ayudaría a los 50 abogados del departamento de quiebras en tareas rutinarias de investigación de jurisprudencia, un trabajo que hasta ahora habían realizado jóvenes recién egresados de la escuela de derecho.

Ross trabaja con la tecnología de Watson, de IBM, el famoso robot que en 2011 ganó el concurso de televisión estadounidense Jeopardy, explicó el bufete de abogados. A diferencia de una búsqueda en Google, con la que un abogado puede obtener una multitud de artículos que luego debe leer y evaluar, Watson lee cientos de bases de datos que tiene en su propia memoria, procesa la información, evalúa por sí mismo cuáles son los datos más importantes y entrega una respuesta concreta y definida. O sea, no sólo lee los artículos, sino también extrae de ellos la información más relevante que uno está buscando. “Ross no es una manera de reemplazar a nuestros abogados, sino un mecanismo suplementario para ayudarlos a hacer las cosas más rápido, aprender más rápidamente y hacer su trabajo cada vez mejor”, dijo Bob Craig, el vocero de BakerHostetler.1

Pero ¿eran creíbles las palabras tranquilizadoras de Craig? Muchos abogados las tomaron con obvio escepticismo y un justificado temor a que su profesión pronto podría ser automatizada, como tantas otras. Para responder a las preguntas que le fueron formuladas en el juego de Jeopardy, por ejemplo, Watson consultó 200 millones de páginas de contenido, incluida toda la Wikipedia, sin estar conectado a internet. ¿Qué abogado puede competir con eso?, se preguntaron muchos. Por ahora, Ross es un servicio al que uno se suscribe por internet. Sin embargo, al tener su base de datos almacenada localmente, muchos se preguntan si el nuevo abogado robot no será vendido muy pronto de forma independiente, como un humanoide que estará sentado en un escritorio junto con los otros abogados.

Andrew Arruda, el presidente de Ross Intelligence, la empresa que fabrica el robot abogado, ha señalado que “nuestra meta es tener a Ross en el equipo legal de todos los abogados del mundo”. Y el profesor de derecho Ryan Calo, un experto en la intersección de la tecnología y la abogacía, vaticinó que “eventualmente apostaría a que no usar este tipo de sistemas será visto como algo tan anticuado, e incluso irresponsable, como lo sería hoy escribir una opinión legal en una máquina de escribir mecánica”.2

¿CUÁNTOS ABOGADOS SERÁN REEMPLAZADOS POR ROBOTS?

¿Cuántos abogados humanos serán reemplazados por los nuevos robots abogados como Ross en los próximos años? En algunas áreas de la abogacía serán muchos. Los robots y las plataformas de internet de servicios legales como LegalZoom.com, RocketLawyer.com y Law Depot ya están ofreciendo muchos servicios rutinarios que hoy en día ofrecen los abogados, como los testamentos, los divorcios o los contratos de arrendamiento. En el futuro, una gran parte de las consultas legales se realizará en línea: así como la aplicación de Uber desplazó a muchos taxistas, las plataformas de internet de servicios legales desplazarán a muchos abogados que ofrecen los servicios más básicos.

Por lo general, estas plataformas virtuales son relativamente simples de usar. Inician un diálogo con el potencial cliente preguntándole qué tipo de servicio legal necesita y le ofrecen un menú de posibilidades. ¿Quieres hacer un testamento, un acuerdo prenupcial, un divorcio, un contrato de sociedad? Luego de marcar el casillero correspondiente, el cliente contesta una serie de preguntas específicas del caso y el abogado virtual produce el documento legal solicitado.

Según algunos estudios, la combinación de los robots abogados como Ross y las plataformas de servicios legales virtuales ya están causando estragos en el mundo de los abogados. Tan sólo en Gran Bretaña ya han desaparecido 31 000 empleos en el sector legal —la mayoría de ellos secretarias y asistentes legales— y se espera que desaparezcan otros 114 000 en las próximas dos décadas, según reportó el Financial Times.3 En Estados Unidos, hay quienes son aún más pesimistas sobre el futuro de la profesión. Daniel Siciliano, un profesor de la escuela de Derecho de la Universidad de Stanford especializado en el impacto de la tecnología en su profesión, ha dicho que “en 15 años, dos terceras partes de los abogados no van a ejercer la profesión, o por lo menos no lo van a hacer como lo están haciendo ahora. Muchos de ellos dejarán de ser abogados”.4

LA UBERIZACIÓN DE LA ABOGACÍA

Hoy día, es muy difícil para una persona de bajos ingresos contratar a un buen abogado. A diferencia de lo que ocurre en muchos países, para ejercer su profesión, en Estados Unidos los abogados deben aprobar un examen estatal muy riguroso después de graduarse. Están entre los profesionales mejor pagados. Un abogado joven que trabaja en un bufete mediano o grande de Estados Unidos gana alrededor de 300 dólares por hora, mientras que un abogado más experimentado gana unos 600 dólares y los más conocidos cobran más de 1 000 dólares por hora. No es casual que hayan surgido plataformas de internet ofreciendo servicios legales más baratos y que estén creciendo a pasos agigantados.

LegalZoom.com, por ejemplo, cobra un mínimo de 29 dólares por preparar un contrato de arrendamiento de una propiedad, 69 dólares por un testamento básico y 299 dólares por un divorcio incausado, según su sitio de internet. Todas estas tareas llevarían varias horas de trabajo para un abogado de carne y hueso, que a un mínimo de 300 dólares la hora cobraría muchísimo más por la misma tarea. Millones de personas están haciendo uso de estos bufetes de servicios legales virtuales no sólo para producir contratos básicos, sino también para enviar una carta amenazante a un deudor moroso o a un vecino que pone la música demasiado alta. En muchos casos, estas plataformas de internet que ofrecen servicios legales ni siquiera están manejadas por abogados. De la misma manera en que cada vez más gente está utilizando taxis privados de Uber o Lyft que no tienen licencias de taxis tradicionales, cada vez más personas están usando plataformas de servicios legales básicos sin cédulas profesionales de abogados.

Al momento de escribirse estas líneas, RocketLawyer.com asegura haber creado ya 40 millones de documentos legales, haber respondido a más de 50 000 preguntas legales y haber hecho los trámites para registrar a siete millones de empresas, según su página de internet. Así como los defensores de Uber argumentan que no vale la pena pagar más por un taxi tradicional si uno puede pagar menos por un taxi privado, los defensores de estas plataformas legales dicen que no tiene sentido pagar más a un abogado por un contrato sencillo y rutinario o por registrar una nueva empresa, las cuales son tareas que puede hacer un algoritmo.

Muchos abogados de grandes firmas, sin embargo, argumentan que estos sitios de internet están dirigidos a los sectores de menos recursos de la población que normalmente no contratan a un abogado. Además, las plataformas de servicios legales virtuales se dedican a tareas rutinarias y no amenazan los empleos de los abogados que se ocupan de casos más complejos. Abraham C. Reich, copresidente de Fox Rothschild, una firma nacional de alrededor de 800 abogados con sede en Filadelfia, me dijo que “a nosotros realmente no nos han impactado estos sitios de internet, porque representamos a clientes con problemas legales más sofisticados. Además, hay que leer la letra chica de sitios como LegalZoom.com. Aunque te ofrecen un servicio por 100 dólares, parte de su negocio es ofrecerte un abogado barato si el caso tiene alguna complicación. No conozco de cerca su estructura de ingresos, pero no me extrañaría que una buena parte de sus ingresos venga de conseguirte un abogado de bajo costo”.5

DONOTPAY.COM YA OFRECE SERVICIOS LEGALES GRATUITOS POR INTERNET

Cuando Joshua Browder, un estudiante de la Universidad de Stanford que ni siquiera es abogado fue nombrado por el diario británico Financial Times como el abogado más innovador de Estados Unidos en 2017, el joven escribió en su cuenta de Twitter que estaba honrado por la distinción “a pesar de que no soy un abogado ni me he graduado en la universidad y de que quiero hacer que la profesión legal, de 200 000 millones de dólares al año, sea gratuita”.6 Browder, nacido en Gran Bretaña de padre estadounidense, había fundado dos años atrás, a los 19 años, Donotpay.com, una plataforma de internet gratuita para ayudar a la gente a pelear las multas de tráfico en los tribunales. El joven había recibido numerosas multas como adolescente en Londres y descubrió que el proceso de apelación era tan rutinario que prácticamente podía enviar la misma carta todo el tiempo.

De manera que Browder creó su plataforma de internet Donotpay.com, donde la gente que pensaba que había recibido una multa injustamente debía responder algunas preguntas básicas sobre lo que había pasado —por ejemplo, si se había estacionado mal por una emergencia médica, o si la señal de no estacionarse estaba escondida—, y el programa de computación le entregaba un documento legal para apelar el caso. Donotpay.com fue un éxito instantáneo. Según Browder, para fines de 2017 Donotpay.com había apelado 375 000 multas de tráfico y había ahorrado a los motoristas 9.3 millones de dólares.7

El éxito fue tal que al poco tiempo Browder expandió el alcance de Donotpay.com ofreciendo cartas de reclamos para muchos otros tipos de pleitos, desde casos de incumplimiento de contratos de alquiler hasta reclamos ante una aerolínea por el retraso de un vuelo para exigir una compensación. Cuando uno entra en el sitio de internet, hay un casillero en la pantalla que pregunta: “¿En qué puedo ayudarte?” Uno escribe la naturaleza del problema, contesta una serie de preguntas básicas y recibe el documento legal automatizado para enviar a la parte que cometió la ofensa. Tras recibir 1.1 millones de dólares de un fondo de inversiones de riesgo para Donotpay.com, Browder declaró que su empresa seguirá ofreciendo servicios legales gratuitos y que, como mucho en el futuro, aceptará publicidad para financiar servicios legales gratuitos mucho más ambiciosos.

“Yo no estoy haciendo esto para ganar dinero”, dijo, agregando que ha visto cómo los abogados explotan a la gente sin recursos, y quiere que todos los servicios legales puedan ofrecerse de forma gratuita. “Como parte del financiamiento recibido (y de todos los futuros financiamientos), voy a aceptar un sueldo de un dólar hasta que la ley sea gratuita para todos en Estados Unidos y Gran Bretaña. Por supuesto, estamos muy lejos de llegar a esa meta, pero espero que Donotpay.com eventualmente le dé a cualquier persona el mismo poder legal que tienen los más ricos de la sociedad.”8 Por ahora, Donotpay.com es una plataforma de internet bastante rudimentaria, pero su misión de ofrecer servicios de abogados gratuitamente podría sacudir a por lo menos una parte de la industria legal en el futuro.

LOS ALGORITMOS TAMBIÉN QUIEREN REEMPLAZAR A LOS JUECES

Además de los robots abogados, ya hay plataformas de servicios legales que ofrecen resolver disputas legales. O sea, hacen la labor de jueces. La más conocida es Modria.com, fundada en 2011 por Colin Rule, el exdirector de resolución de disputas de eBay y de PayPal y que se ufana de haber resuelto satisfactoriamente 400 millones de disputas de personas que compraron productos en línea contra quienes se los vendieron. Ya hay tres veces más disputas legales entre compradores y vendedores en eBay que son resueltas con plataformas virtuales de resolución de disputas que todos los juicios juntos que se ventilan en las cortes de Estados Unidos.9

La proliferación de estos algoritmos que suplantan a los mediadores y a los jueces en disputas por transacciones de comercio electrónico hace pensar que en un futuro cercano los programas de computación podrán resolver casos cada vez más complejos. Si los programas de computación ya pueden resolver controversias entre compradores y vendedores en eBay, ¿por qué no van a poder resolver disputas entre marido y mujer o entre acreedores y deudores?

Modria.com, a diferencia de Rocketlawyer.com, no trabaja directamente para el público, sino que es subcontratada por las empresas para realizar sus labores de servicios al consumidor. En otras palabras, las empresas subcontratan a Modria.com para resolver quejas de clientes insatisfechos. En la mayoría de los casos, los algoritmos de Modria.com logran —sin intervención de ningún ser humano— resolver quejas de personas que no están satisfechas con un producto que compraron en línea, ya se trate de una camisa enviada con la talla equivocada, o un vestido que llegó demasiado tarde para una boda o un aparato electrónico que no funciona.

“EN CINCO O 10 AÑOS, MODRIA.COM PODRÁ RESOLVER CUALQUIER DISPUTA

Digamos que una persona compró una guitarra de 500 dólares en eBay y la guitarra llegó con una rajadura. El cliente, enojado, no quiere esperar un largo rato en el teléfono para hablar con un empleado del departamento de atención al cliente que probablemente está en la otra punta del mundo, o con un robot, y prefiere presentar su queja en línea. Entonces eBay le permite al cliente insatisfecho apretar la opción “reporta tu problema” y lo dirige a Modria.com. Ahí, Modria.com recibe al cliente insatisfecho con un menú de opciones, por ejemplo: “la mercadería llegó tarde”, “la mercadería estaba dañada” o “la mercadería no era como estaba descrita”.

Entonces el algoritmo de Modria.com averigua —mediante búsquedas automatizadas— si el cliente ya ha presentado varias quejas anteriores en la misma empresa, si la guitarra se mandó a tiempo y si el envío se demoró en llegar a su destino. Con esta información, el algoritmo de Modria.com automáticamente hace su veredicto, que puede ser —por ejemplo— comunicarle al cliente que su guitarra será cambiada por una nueva y que además recibirá un bono de 50 dólares como compensación por sus molestias, con el objetivo de mantenerlo contento y tratar de que vuelva a comprar en la misma tienda de comercio electrónico.

Y si el cliente aún no está conforme con la solución que el algoritmo le ha dado, la misma página de “reporta tu problema” de eBay ofrece un mecanismo de apelación, que también funciona automáticamente, sin la intervención de ningún ser humano. Noventa por ciento de los 60 millones de disputas comerciales en línea que gestiona Modria.com se resuelven en estas primeras dos instancias, sin participación de un mediador humano, señala Scott Carr, el presidente de Modria.com. Si después de estas dos instancias el algoritmo no logra resolver la disputa, entonces interviene un empleado de Modria.com, dijo Carr en una entrevista publicada en su sitio de internet. Pero con los avances de la inteligencia artificial, en cinco o 10 años el algoritmo probablemente podrá manejar todas las instancias de cualquier disputa sin ningún árbitro humano de última instancia, agregó Carr.

Ben Barton, profesor de la escuela de Derecho de la Universidad de Tennessee y autor del libro El vaso medio lleno, referente al futuro de los abogados, pronostica que plataformas como Modria.com reemplazarán cada vez a más abogados y jueces, y no sólo porque ofrecen servicios más económicos. Otro motivo es que las cortes en todo el mundo no se dan abasto con los casos pendientes y cada vez menos empresas y personas están dispuestas a esperar meses y años para la resolución de sus disputas, dice Barton. “Ahora mismo, Modria.com presenta una solución elegante a un problema que antes parecía imposible de resolver: cómo resolver la masa de pequeñas disputas originadas por el comercio en línea. Pero mañana podría resolver un problema diferente: cómo lidiar con disputas mucho más grandes y costosas”, señaló.10

¿DEJARÁN LOS ABOGADOS Y ESCRIBANOS DE HACER LA COMPRAVENTA DE PROPIEDADES?

Blockchain, la red de transacciones financieras encriptadas, también podría reemplazar a los abogados y escribanos que hacen el papelerío legal en las transacciones de compraventa de propiedades o automóviles. Alec Ross, el exasesor de innovación del Departamento de Estado, recuerda que lo que más le llamó la atención cuando compró una casa en 2014 es que el procedimiento seguía siendo el mismo que cuando sus padres compraron una casa hace 50 años.

Ross señala que durante la compra de su casa “había grandes pilas de papeles con firmas y sellos. Tomó dos semanas examinar todos los documentos, y el día de la venta hubo que revisar los papeles durante varias horas. El proceso de verificación era manual y ridículamente caro. Pagamos miles de dólares en costos legales de cierre para verificar una transferencia que podría haber sido hecha electrónicamente por casi nada si se aplicaba una cierta innovación tecnológica… Es difícil pensar que un abogado joven actualmente pueda estar planeando dedicar sus próximos 45 años de empleo organizando documentos legales para compradores de casas”, señaló.11

LA REBELIÓN DE LOS ABOGADOS DE CARNE Y HUESO

En algunos países, los abogados ya están poniendo el grito en el cielo ante lo que ven como una creciente amenaza de los robots. Algunas asociaciones de abogados están tomando acciones contra LegalZoom.com, RocketLawyer.com y otras plataformas de servicios legales por internet. Argumentan que las leyes estatales prohíben el ejercicio de la abogacía por personas que no tengan el título y la cédula profesional de abogados, por lo cual estos sitios de internet no podrían dar asesoramiento legal alguno. Y en varias instancias, esas asociaciones de abogados han ido a los tribunales para prohibir su funcionamiento. Pero a la larga probablemente estén peleando una batalla perdida, igual que los gremios de taxistas que se rebelaron contra Uber y atacaron a sus conductores en París, Buenos Aires y otras ciudades.

Ya en 1999, un Comité contra la Práctica Desautorizada de la Abogacía en Estados Unidos inició un juicio contra la empresa Parsons Technology por vender un programa de software llamado Quicken Family Lawyer o QFL, que ayudaba a escribir documentos legales como testamentos y contratos de alquiler. Inicialmente, una corte de Texas falló a favor del comité querellante, pero con el tiempo surgieron cada vez más juicios de grupos de consumidores que exigían servicios legales más baratos.

A medida que aumentaba la popularidad de las plataformas de servicios legales virtuales y surgían cada vez más sitios como LegalZoom.com y RocketLawyer.com, cada vez más tribunales en todo el país comenzaron a desechar demandas contra ellos. En muchos casos, cuando alguna corte lograba cerrar una plataforma de servicios legales por internet, esta última simplemente pasaba a ofrecer sus servicios desde Gran Bretaña —donde las leyes permiten varios trámites legales no realizados por abogados— o desde cualquier otro país del mundo.

En 2016, William Pugh, el presidente del gremio de abogados de Pensilvania, amenazó durante la reunión semianual de la American Bar Association (ABA) en San Diego con retirar a su grupo de la organización si no se cancelaba de inmediato un programa conjunto de servicios legales de la ABA con RocketLawyer.com. Y ante la presión de sus socios, al poco tiempo la ABA anunció que daba por terminado el programa, al menos por el momento.

Sin embargo, muchos dudan de que la victoria de Pugh y los abogados de Pensilvania contra la dirigencia de la ABA pueda sostenerse en el tiempo. Según Josias Joe N. Dewey, un profesor de derecho de la Universidad de Miami y fundador de la empresa LegalTechLabs.com de tecnología para estudios de abogados, lo que estamos viendo es “una lucha entre el ayer y el mañana”. Según Dewey, los abogados de Pensilvania estaban protegiendo un “cartel económico” y “conspirando contra la libertad de los clientes de escoger servicios legales más baratos”.12

LO QUE VENDRÁ: UNA SOCIEDADPOSPROFESIONAL

Muchos estudiosos del futuro de la abogacía pronostican que, al igual que otras profesiones, los abogados dejarán de tener un monopolio absoluto sobre el ejercicio de su profesión. Uno de los más conocidos defensores de esta teoría es el profesor de la Universidad de Oxford Richard Susskind, presidente de la Sociedad para la Computación y la Ley, columnista del Times de Londres y autor del libro El fin de los abogados.

Según Susskind, las profesiones tal como existían están en vías de extinción porque ofrecen servicios anticuados, caros y elitistas. En el pasado, el conocimiento de unos pocos era accesible para una pequeña parte de la sociedad, pero eso está cambiando gracias a las alternativas en línea que son más baratas y mucho mejores. “En la sociedad de internet, podemos pronosticar que las máquinas cada vez más inteligentes, operando de manera independiente o con usuarios que no sean especialistas, reemplazarán muchas de las funciones que han sido históricamente el patrimonio de las profesiones”, afirma Susskind. “Podemos anticipar una transformación incremental en la forma en que se produce y se distribuye el trabajo de los expertos en la sociedad. Esto llevará eventualmente al desmantelamiento de las profesiones tradicionales”, agrega.13

Hasta ahora, los abogados y miembros de otras profesiones se caracterizaban por tener conocimientos especiales, poseer ciertas credenciales como títulos universitarios o licencias para practicar su profesión, y realizaban labores altamente reguladas. Únicamente los abogados o los escribanos pueden elaborar ciertos documentos legales, así como únicamente los médicos pueden recetar ciertos medicamentos. Mediante un acuerdo tácito con la sociedad, estos profesionales ofrecen sus conocimientos especiales a la población a cambio de tener un monopolio sobre su trabajo. Pero ese acuerdo tácito está desapareciendo rápidamente, porque en la era de internet los profesionales han dejado de ser los dueños absolutos de sus conocimientos especiales: cualquier persona con acceso a un buscador de Google puede acceder a gran parte de ese saber en cuestión de segundos y gratuitamente, argumenta Susskind.

EN GRAN BRETAÑA LOS ABOGADOS YA PERDIERON SU MONOPOLIO

Incluso si aceptamos que los abogados de carne y hueso seguirán siendo indispensables para el ejercicio de las leyes, eso no significa que una parte de su trabajo —especialmente los contratos más simples— no la elaborarán fuentes alternativas, como los servicios legales en línea operados por personas sin título o cédula profesional, dice Susskind. El profesor de Oxford, que se ha convertido en un abanderado de lo que llama la “democratización de las profesiones”, afirma que la presión social irá desmantelando el monopolio laboral de los abogados, porque ya no existe la justificación para que se consideren los poseedores exclusivos de sus conocimientos y sigan cobrando honorarios exorbitantes.

En Gran Bretaña y Australia, las leyes ya se han flexibilizado para permitir que personas sin título profesional de abogados puedan ofrecer servicios legales. Por ejemplo, el banco Cooperative de Gran Bretaña anunció que ofrecerá servicios legales en 350 de sus sucursales, y muchos pronostican que las grandes tiendas como Walmart o Sears no tardarán en hacer lo mismo.

Para protegerse de la creciente competencia, los grandes bufetes de abogados están diversificando sus fuentes de ingresos. Muchos ya ofrecen servicios alternativos en línea para trabajos rutinarios, como la elaboración de contratos simples. Según Susskind, los bufetes de abogados contratarán abogados o asistentes legales externos de medio tiempo, o de países con salarios más bajos, para sus departamentos de servicios en línea. En un futuro cercano, las grandes firmas de abogados de Nueva York no se parecerán a las de las novelas de John Grisham, sino que las reemplazarán bufetes más económicos asistidos por robots, o por servicios en línea operados ya sea por las propias oficinas de abogados o por compañías de contabilidad, bancos, tiendas y otras industrias que ya están empezando a ofrecer herramientas de ayuda legal.

¿QUÉ TRABAJOS DE LOS ABOGADOS PUEDEN AUTOMATIZARSE?

John O. McGinnis, profesor de la escuela de Derecho de la Universidad Northwestern, y Russell G. Pearce, de la escuela de Derecho de la Universidad de Fordham, concluyeron en un estudio que las áreas del trabajo de los abogados que se automatizarán a más corto plazo serán las de revisión de documentos, la búsqueda de antecedentes de casos legales, y el análisis predictivo de las posibilidades de ganar casos. Antes de Ross y otros robots de servicios legales, los abogados buscaban documentos en sitios de internet especializados como Lexis con palabras clave, pero se trataba de un método deficiente, pues muchas veces un documento relevante podía no contener la palabra clave que ingresaba el abogado. O, también, la búsqueda podía arrojar documentos no relevantes al caso. Pero ahora, los algoritmos han perfeccionado el arte de decidir si un documento es relevante o no. En la actualidad la inteligencia artificial permite hacer búsquedas con conceptos expresados con palabras sencillas, en lugar de palabras clave, y encontrar los documentos más relevantes.

Por supuesto, estos algoritmos también pueden ser imperfectos, pero los robots se equivocan menos, afirman los autores. “La imperfección es la norma, incluso cuando los abogados hacen esta tarea, en que la fatiga, el aburrimiento y otras debilidades que no afectan a las máquinas inteligentes pueden reducir seriamente la calidad de la revisión de documentos”, afirman.14 Pero ahora los nuevos programas de búsqueda de antecedentes legales serán enormemente más efectivos, dicen los autores.

LOS TESTAMENTOS, ACUERDOS PRENUPCIALES Y REGISTROS

Aunque los abogados utilizan borradores de documentos jurídicos desde la Edad Media, la inteligencia artificial revolucionará el uso de estos escritos, puesto que podrá adaptarlos en un segundo a situaciones individuales, afirma el estudio de McGinnis y Pearce. Ya hoy cualquier persona puede ingresar sus datos personales en LegalZoom.com u otro sitio de internet de servicios legales y generar un borrador de testamento, o incorporar una nueva empresa en el registro público. Pero con el avance de la inteligencia artificial, estos documentos van a perfeccionarse cada vez más, al punto de que pronto dejarán de ser meros borradores.

“Por supuesto, en un principio los abogados todavía estarán involucrados en revisar los borradores generados por las máquinas. Pero incluso en esa primera etapa, los ahorros para los bufetes de abogados pueden ser muy importantes”, afirma el estudio de McGinnis y Pearce. “En el futuro, las máquinas inteligentes serán capaces de producir un documento legal automáticamente, moldearlo a los datos específicos y los argumentos legales del caso y analizar su posible impacto en futuros litigios. A medida que avanza la capacidad de las máquinas inteligentes y el software, mejorarán los documentos que generen. Nosotros pronosticamos que dentro de 10 o 15 años, los servicios [legales] generados por las computadoras producirán de manera rutinaria la primera versión de la mayoría de los documentos legales”, dice el estudio de ambos profesores, publicado en el Fordham Law Review 2014.

LOS ALGORITMOS QUE PRONOSTICAN QUIÉN GANARÁ UN CASO

Gracias a los avances de los algoritmos, la nueva disciplina del análisis predictivo está revolucionando el mundo de los negocios y lo mismo ocurrirá en el mundo del derecho. Los abogados podrán —con base en datos reales— pronosticar las posibilidades de ganar un juicio. Actualmente, cuando un abogado asesora a su cliente sobre las ventajas de presentar una demanda, ir a juicio o tratar de llegar a un acuerdo negociado, lo hace a partir de su experiencia e intuición personal. Sin embargo, este tipo de asesoramiento “está basado en sus intuiciones y está limitado por su experiencia directa o indirecta. La ventaja del análisis predictivo de datos es que les da un mecanismo para tener acceso a una enorme cantidad de información, analizar sistemáticamente esa información y saber el probable resultado de cada caso particular”, afirman McGinnis y Pearce.15

Ya existen compañías de internet, como LexMachina.com, que tienen a su disposición archivos de millones de casos de productos patentados y detectan tendencias que les permiten pronosticar la posibilidad de aprobación de solicitudes de patentes antes de que se presenten. Las aplicaciones de LexMachina.com ya se están extendiendo a varias otras áreas de la ley, incluyendo las decisiones de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos. McGinnis y Pearce admiten que el análisis predictivo sobre las posibilidades de aprobación de una patente, o de una decisión de la Corte Suprema, es más fácil que en otros campos de la ley, porque —especialmente en el caso de la Corte Suprema, que tiene sólo nueve jueces— hay un universo de casos relativamente limitado y las tendencias de voto de cada juez son más fáciles de pronosticar. Pero eso también se superará durante la próxima década, cuando proliferen los estudios predictivos en casi todas las áreas de la ley, dicen los autores.

“Claro que seguirá habiendo un lugar para los abogados. La opinión de los abogados le agregará valor a los pronósticos derivados de la inteligencia artificial, incluso si los pronósticos individuales de las máquinas son mejores que el pronóstico individual de los abogados. Con el correr del tiempo, sin embargo, la inteligencia artificial legal reducirá el valor de la opinión de los abogados por lo menos en algunos casos”, afirman los dos profesores.16 Ya hay quienes están tan confiados en los pronósticos legales de los algoritmos que están ofreciendo préstamos a quienes tengan probabilidades de ganar un juicio. Una plataforma de internet de Silicon Valley llamada Legalist.com ofrece “financiamiento para tu juicio”. Si uno pide un préstamo para iniciar un juicio y el algoritmo de Legalist.com determina que las posibilidades de ganar son buenas, la empresa le da el préstamo a cambio de una parte de las ganancias del eventual veredicto. ¿Se creará un mercado de inversionistas en casos legales? ¿Apostaremos dinero en los juicios de otros, basados en lo que nos aconseje nuestro algoritmo preferido?

LOS ROBOTS YA ESTÁN EVALUANDO A LOS ABOGADOS

Curiosamente, el análisis predictivo de datos está siendo utilizado para evaluar no sólo las posibilidades de éxito de casos legales, sino también evaluar la competencia de los abogados. LexMachina.com, una división de LexisNexis que surgió de la Universidad de Stanford, ofrece un programa de computación que permite a los clientes evaluar a los abogados antes de contratarlos, y al mismo tiempo facilita a los abogados evaluarse a sí mismos para vender mejor sus servicios si salen bien posicionados en la lista.

El programa Comparador de Estudios de Abogados de LexMa china.com permite evaluar hasta cuatro oficinas de abogados, jueces o tribunales en cuestión de segundos, según anunció la página de internet de la empresa cuando se lanzó el nuevo producto al mercado a fines de 2016. “El Comparador de Estudios de Abogados simplifica la decisión de cuál empresa de abogados contratar”, ofreciendo un ranking de porcentaje de casos ganados por cada oficina de abogados, su respectiva experiencia en casos específicos, el número de días que tardó en resolver cada caso, su costo por hora de trabajo y la cantidad de quejas de clientes que recibió, decía el anuncio.

Por ejemplo, si una empresa quiere contratar un bufete de abogados para iniciar una demanda contra alguien que está violando una patente suya, puede hacer una rápida búsqueda de cuáles son los cuatro bufetes de abogados que más se especializan en este tipo de casos. Luego ingresa los cuatro nombres en el formulario electrónico que aparece en la página de LexMachina.com, especifica sus prioridades para la oficina de abogados que quiere contratar, y en un instante aparece el análisis de datos comparativos, con un ranking en el cual el programa escoge la mejor opción.

El ranking se basa no únicamente en casos ganados o costos, sino también en varios otros posibles requerimientos del cliente. Por ejemplo, puede haber dos bufetes de abogados que tienen el mismo porcentaje de casos ganados y que cobren lo mismo, pero uno de ellos puede tener mucha más experiencia que el otro en ciertos casos o resolver sus casos en un promedio de tiempo mucho más corto. Si el cliente de LexMachina.com especificó que le urge resolver el caso para terminar con la infracción de su patente que le está causando un grave perjuicio económico, el análisis comparativo le dará prioridad —entre dos bufetes de abogados con un porcentaje parecido de casos ganados y costos parecidos— al que haya resuelto sus casos con mayor rapidez. Y, aunque todavía no es el caso momento de escribir estas líneas, no sería raro que muy pronto este análisis comparativo incluya a cada uno de los abogados dentro de cada uno de los bufetes y concluya cuál sería el más apto para el caso.

LA BUENA NOTICIA: LOS ABOGADOS TENDRÁN MÁS CLIENTES

La buena noticia para los abogados es que quienes no estén en el selecto grupo de superestrellas de la profesión que salgan mejor evaluados en los rankings automatizados podrán ofrecer sus servicios a un universo cada vez mayor de clientes gracias a la ayuda que tendrán de asistentes robóticos y algoritmos. Mientras que hasta ahora sólo la gente de altos ingresos acudía a un abogado para hacer un acuerdo prenupcial o un contrato comercial, ahora los abogados podrán ofrecer estos y otros servicios a toda la población a muy bajo costo, pues sólo tendrán que supervisar los borradores de documentos legales producidos por los robots. Los algoritmos se encargarán de las tareas más tediosas de su trabajo.

Y, además, seguirá habiendo áreas de la ley donde las computadoras tardarán un buen tiempo en reemplazar a los seres humanos. Por ejemplo, es difícil pensar que los robots sustituirán a los abogados en juicios orales, en que los abogados hacen sus argumentos a viva voz ante el juez y el jurado. Aunque los algoritmos afectarán indirectamente a los abogados en los litigios al hacer análisis predictivos que harán que las partes lleguen a un acuerdo antes de ir a juicio —porque la parte perdedora en el análisis predictivo buscará una salida negociada—, falta mucho tiempo para que los robots puedan argumentar casos en las cortes, o por lo menos hacerlo con la misma elocuencia que los humanos.

Asimismo, siempre habrá la necesidad de contratar abogados humanos para interpretar leyes con reformas, o anticiparse a las modificaciones en las leyes. Las máquinas inteligentes operan sobre información existente y son más eficaces que los seres humanos para pronosticar tendencias basadas en casos pasados, pero no saben mucho del presente cuando tienen menos datos para analizar. Los algoritmos son tan buenos como los datos con los que fueron alimentados. Y aunque la inteligencia artificial aumentará su capacidad intuitiva, los abogados humanos se reúnen a tomar café con sus clientes, o con amigos, o con funcionarios de gobierno, y pueden estar más atentos que los robots a todo aquello que todavía no se ha publicado.

En áreas en que las leyes evolucionan constantemente, como las leyes bancarias, los abogados que estén más al tanto de los proyectos legislativos, por ejemplo, podrán asesorar mejor a sus clientes que los programas de computación. Y los abogados sobrevivirán, sobre todo, por la relación personal que entablan con sus clientes, que les permite tener una visión más completa que la que pueden aportar las máquinas inteligentes.

“Los abogados hacen algo más que analizar casos legales: crean un vínculo con sus clientes, que lleva a relaciones de confianza que les permiten ver los intereses a largo plazo, incluso cuando las pasiones o las confusiones de los clientes nublen la capacidad de ver cuáles son sus propios intereses”, dicen McGinnis y Pearce. “Es improbable que las máquinas logren establecer este tipo de lazos personales y, por lo tanto, es improbable que sustituyan este aspecto importante de la relación entre abogados y clientes”.17

“El efecto general de la invasión de las máquinas inteligentes será mixto para los abogados, pero particularmente complicado para los abogados no especializados” que no salgan bien parados en los rankings comparativos de abogados, dicen los dos profesores. “Para los consumidores a todo nivel, el progreso de la inteligencia artificial es una excelente noticia, ya que ofrecerá costos más bajos y mayor transparencia. Será una noticia especialmente buena para la clase media baja y los pobres, que tendrán más servicios legales a su disposición, a precios que podrán pagar.”18

En suma, los abogados que continuarán proveyendo servicios que no podrán ser uberizados serán “aquellos que son superestrellas, los que trabajen en áreas muy especializadas de la ley que estén sujetas a cambios constantes, los que tengan que presentarse en juicios orales y los que provean servicios en los que la relación abogado-cliente sea un elemento central de la calidad”, afirman los dos profesores. “Fuera de eso, no habrá barreras efectivas para el avance de los robots en las actuales labores de los abogados... En última instancia, el efecto disruptivo de la inteligencia artificial va a terminar con el monopolio de los abogados y beneficiará a la sociedad y a los clientes, a medida que los servicios legales sean cada vez más transparentes y accesibles para los consumidores y el acceso a la justicia sea generalizado.”19

LA OFENSIVA DE LOS CONTADORES

Las grandes empresas de contabilidad como Deloitte, EY, KPMG y PwC, que ya no se consideran firmas de auditoría sino “empresas de servicios profesionales multidisciplinarios”, o más pomposamente “servicios globales integrados de soluciones de negocios”, están metiéndose de lleno en el campo de los abogados. Aunque en Estados Unidos estas compañías no están autorizadas legalmente a ofrecer servicios legales, ya lo están haciendo en Gran Bretaña, Australia, México y en forma más limitada en China, Japón, Alemania, Francia, España, Italia y Canadá.

“¡Cuidado, abogados!: los contadores vienen por tu negocio”, alertaba un titular reciente de la revista británica The Economist. Según la revista, las cuatro empresas de contabilidad más grandes del mundo ya tienen ingresos anuales de 120 000 millones de dólares, mucho más que los 89 000 millones de las 100 empresas de abogados más grandes del mundo.20 Antes, los abogados y los contadores competían en servicios de asesoramiento impositivo, pero poco más que eso.

Ahora, las áreas grises entre ambas profesiones se están sobreponiendo cada vez más, porque las “Cuatro Grandes” —como se conoce a Deloitte, EY, KPMG y PwC en el mundo empresarial— están creando departamentos legales o comprando bufetes de abogados en todo el mundo. La oficina de servicios legales de PwC, por ejemplo, ya es la décima oficina de abogados más grande del mundo en número de abogados o asesores legales.21 Y entre 2013 y 2016, EY Legal, el departamento de servicios legales de EY, se expandió de 23 a 64 países.22

Por ahora, en Estados Unidos y otros países donde las empresas de contabilidad no pueden ofrecer servicios de abogados, están ofreciendo servicios legales complementarios a sus actividades, como trámites de migración para sus clientes trasnacionales, o contratos comerciales básicos para sus clientes. Pero será sólo una cuestión de tiempo para que se expandan a otras áreas que hasta ahora estaban en manos exclusivas de los abogados, como las disputas judiciales. “Va a llegar el momento en que [las firmas de contabilidad] van a competir de igual a igual con las oficinas de abogados”, concluyó The Economist.23

LA VENTAJA DE LOS CONTADORES

¿Cuál es la ventaja competitiva de las empresas de contabilidad en el área legal?: poder ofrecer servicios legales mucho más económicos a sus clientes corporativos, al no estar sujetas al sistema de pago por hora que usan las firmas de abogados en Estados Unidos, Gran Bretaña y muchos otros países. En otras palabras, las empresas de contabilidad multidisciplinarias están cobrando montos fijos por los servicios que ofrecen. Y para muchos clientes acostumbrados a pagar fortunas a firmas de abogados por juicios que se alargan interminablemente, eso sería un poderoso incentivo.

Ante la arremetida de los despachos contables, los abogados van a contraatacar y expandir sus propias áreas de servicios. En Estados Unidos y Europa, las firmas de abogados comprarán subsidiarias que ofrecerán seguros, asesoría en gerencia de inversiones, servicios de relaciones públicas y consultorías de todo tipo. “Hay buenas y malas noticias para los abogados: la mala es que tendremos más competencia para las labores que hemos realizado tradicionalmente, pero también habrá más oportunidades en áreas en las que no hemos estado activos”, me dijo Mark L. Silow, el socio gerente principal de Fox Rothschild. “Lo que aún no tenemos claro es si prevalecerán los factores positivos o negativos.”

LOS CONTADORES SERÁN MÁS ROBÓTICOS

Una de las principales razones por las que las grandes empresas de contabilidad se están diversificando y metiéndose en áreas legales es precisamente porque saben que su labor fundamental —la preparación de declaraciones de impuestos— será cada vez más automatizada. Los sitios de internet que ofrecen declaraciones de impuestos automatizadas, y de empresas que ofrecen ese servicio a muy bajo costo, están poniendo en peligro el trabajo de unos dos millones de contadores y auditores tan sólo en Estados Unidos, según el profesor Vasant Dhar, de la Universidad de Nueva York.24

Los millones de personas que vieron el Super Bowl de 2017, el clásico del futbol americano que es uno de los programas con más audiencia en Estados Unidos, vieron los espectaculares anuncios de dos grandes compañías de contabilidad —H&R Block y Turbotax— vanagloriándose de tener computadoras más eficaces que los contadores humanos para elaborar declaraciones de impuestos. Los avisos auguraban un fenómeno inevitable: las declaraciones de impuestos más simples las harán programas de computación. No en vano, un artículo sobre el futuro de los contadores, escrito por Dhar, se titulaba: “Los robots pronto declararán tus impuestos. Adiós a los contadores”. Al igual que con los abogados, sobrevivirán los contadores especializados, aquellos que tengan una clientela con exigencias muy particulares o los que supervisen tareas realizadas por máquinas inteligentes.

Un contador, por más bueno que sea, no puede tener el conocimiento adquirido por un robot con la inteligencia artificial de Watson, de IBM, el cual ha digerido cientos de millones de datos de declaraciones de impuestos presentadas con anterioridad por la empresa de contabilidad, dice Bill Cobb, el presidente de H&R Block. Con esos datos, la computadora puede encontrar exenciones impositivas que la mayoría de los contadores no tienen en cuenta porque están enterradas en la letra chica de las leyes. “Si tú eres un periodista que vive en California, casado y que presentas tu declaración de impuestos conjuntamente con tu mujer, Watson va a saber qué deducciones de impuestos han logrado obtener otros periodistas de California”, dice Cobb. No hay forma en que un contador humano pueda procesar toda esa información en todos los casos, agregó.25

Y, más adelante, hasta las empresas de contaduría robóticas van a quedar fuera de juego cuando las propias agencias impositivas de los países empiecen a enviar directamente a los contribuyentes sus declaraciones de impuestos. O sea, el organismo fiscalizador de impuestos, que ya tiene en su base de datos toda la información sobre nuestros ingresos y gastos, nos enviará a nuestro domicilio una carta —o correo electrónico— con el monto que debemos. Y sólo acudiremos a un contador cuando creamos que hay una equivocación de parte del Estado y querramos aclarar lo que se nos exige pagar.

LOS AGENTES DE SEGUROS, JAQUEADOS POR LOS ALGORITMOS

El mismo fenómeno que está ocurriendo con los abogados y los contadores está afectando a los corredores de seguros. En Nueva York, por ejemplo, ya existe un sitio web llamado Lemonade.com que vende seguros de propiedad a un costo mucho menor que las compañías de seguros y que vendió más de 2 000 pólizas en sus primeros tres meses de vida a fines de 2016. Lemonade.com puede ofrecer pólizas mucho más baratas por estar casi totalmente automatizada. Quienes hacen los cálculos sobre el riesgo de cada cliente potencial no son empleados de carne y hueso, sino algoritmos.

Lemonade.com es una aplicación de teléfono celular que evita tener que sentarse a negociar durante horas con un agente de seguros. El sitio web promete que “puedes conseguir un seguro en 90 segundos y tardas tres minutos en recibir el pago”. Según un ejemplo citado por la revista The Economist, cuando un cliente reclamó a Lemonade.com por el robo de una gabardina, tuvo que contestar algunas preguntas en su celular y recibió su pago en tres segundos, lo que la empresa calificó como un record mundial para la industria del seguro. Según Jim Hageman, uno de los gerentes de Lemonade.com, en esos tres segundos el programa automatizado de la empresa estudió el reclamo, lo cruzó con la póliza del cliente, lo sometió a 18 algoritmos, lo aprobó, envió una orden de pago al banco y avisó al cliente. Todo eso en tres segundos.26

Según The Economist, la industria del seguro “todavía depende en un nivel asombroso del trabajo humano. Los aseguradores miran los datos, pero muchos todavía se basan en las decisiones de humanos para evaluar riesgos y asignar primas de seguros”.27 La industria comenzó a despertar cuando surgieron los primeros sitios web que ofrecían a los clientes comparar los precios de las compañías de seguros. Ahora, con el surgimiento de servicios automatizados con precios mucho más baratos, la necesidad de cambios será mucho mayor.

MUCHOS AGENTES DE SEGUROS SERÁN ANALISTAS DE DATOS

En lugar de basarse en su experiencia, en su intuición o en los datos del pasado, las compañías de seguros necesitarán cada vez más analistas de datos para adelantarse a los hechos y anticipar tendencias futuras. Los analistas de datos de las empresas aseguradoras rastrearán la información que la gente hace pública en las redes sociales o en medidores de ejercicios como Fitbit, para ofrecerle pólizas más baratas conforme a su estado físico. “Nos hemos enterado de que corres una hora por día en la caminadora y te queremos ofrecer un seguro especial para superdeportistas”, les escribirán a potenciales clientes.

Y si la compañía aseguradora le regala un asistente virtual como Alexa o un reloj inteligente a potenciales clientes a cambio de acceso a sus datos, se enterará de que la persona se va de viaje cada tercera semana del mes y podrá ofrecerle un seguro especial que cubra todos los riesgos durante el tiempo en que la casa no esté habitada. O si la empresa aseguradora recibe información de los relojes o de los cepillos dentales inteligentes de sus clientes: que caminan 10 000 pasos al día o que se cepillan sus dientes tres veces al día, les ofrecerán tarifas reducidas u otros seguros a precios de descuento. Y los analistas de datos de las compañías aseguradoras estudiarán las redes sociales para identificar hábitos potencialmente peligrosos de sus clientes: si una persona contrató un seguro identificándose como profesor de meditación y cantante del coro de su iglesia, pero aparece en su página de Facebook haciendo bungee jumping en Tanzania, o lanzándose en parapente desde la cima de una montaña en los Alpes, el analista de datos de la empresa aseguradora recomendará que le aumenten el seguro cuando llegue la hora de renovarlo. Al igual que los banqueros, muchos agentes de seguros tendrán que convertirse en exploradores de redes sociales.

ABOGADOS, CONTADORES, PSICÓLOGOS Y MÉDICOS TRABAJARÁN JUNTOS

A juzgar por lo que escuché de varios directores de innovación de estudios de abogados y contadores, no me extrañaría que muy pronto dejen de existir las oficinas que se dediquen exclusivamente a la abogacía, a la contabilidad o a otras profesiones afines. En su lugar, habrá estudios profesionales multidisciplinarios, como ya está ocurriendo con las grandes empresas de contabilidad, en que las firmas de abogados contarán también con banqueros, contadores, aseguradores, médicos, psicólogos, relacionistas públicos, analistas de datos y quizás hasta gurúes espirituales, que conjuntamente evaluarán las mejores estrategias para sus clientes.

¿Acaso tiene sentido que los casos de divorcios los gestionen exclusivamente abogados, sin la presencia de un psicólogo para aconsejar cómo manejar la situación familiar de la manera más prolija para no afectar a los hijos pequeños? ¿O que los abogados hagan un testamento sin la presencia de un contador que pueda evaluar las consecuencias impositivas del documento? ¿O que los abogados representen a empresas en litigios sin la participación de relacionistas públicos que puedan evaluar el impacto mediático de los juicios? En muy poco tiempo, los estudios profesionales multidisciplinarios tendrán a estos profesionales sentados en la misma mesa. Ya no diremos “voy a ver a un abogado” o “voy a ver a una contadora”, sino “voy a ver a mi equipo de asesores profesionales”.

Eso ya está empezando a pasar con empresas de consultoría globales multidisciplinarias como MSI Global Alliance, World Services Group (WSG) y Geneva Group (GGI), que son alianzas internacionales de bufetes de abogados, contadores, asesores financieros, firmas de cabilderos y agencias de relaciones públicas. GGI, por ejemplo, asegura ser una alianza de 538 bufetes de abogados, despachos de contaduría y oficinas de asesoría financiera de 120 países, que en su conjunto emplean a unas 26 000 personas.

Lo que hoy son alianzas globales de empresas de servicios profesionales se extenderá a escala nacional y local en cada país, con la proliferación de oficinas multidisciplinarias. La firma de abogados británica Eversheds, por ejemplo, inició en 2010 una subsidiaria llamada Eversheds Consulting, que ofrece servicios de consultoría en estrategias corporativas, tecnología y recursos humanos. Y el estudio de abogados DLA Piper en 2015 anunció la creación de una subsidiaria llamada Noble Street, que básicamente ofrece abogados, banqueros y asesores financieros especializados para buscar inversionistas, recomendar adquisiciones y fusiones, y asesorar a empresas de entretenimiento, deportes y tecnología.

EL FUTURO: LOS ESTUDIOS DE PRÁCTICAS MULTIDISCIPLINARIAS

Los “estudios de prácticas multidisciplinarias” o MDP por sus siglas en inglés —las asesorías conjuntas de abogados y miembros de otras profesiones— ya se están expandiendo en Gran Bretaña, Australia y algunas partes de Canadá. Lo más probable es que Ross y otros robots de su tipo lleguen a hacer el trabajo rutinario que hoy hace la mayoría de los profesionales de estas áreas, y los abogados, contadores y aseguradores pasen a ser equipos de consultoría multidisciplinarios que tratarán de solucionar nuestros problemas de una manera integral. Quizá los visitaremos una o dos veces por año, aunque no tengamos ningún problema, para un chequeo rutinario, como muchos lo hacemos actualmente con nuestro médico de cabecera.

“Podemos hacer todo tipo de pronósticos sobre cómo será el futuro de los abogados, pero lo único en lo que estamos todos de acuerdo es en que va a ser diferente y en que a los abogados y los jefes de los bufetes de abogados que digan que debemos seguir haciendo lo que estamos haciendo ahora no les va a ir muy bien”, me dijo Silow, de Fox Rothschild. “Los cambios son inevitables y hay que tener la mente abierta a todo.”