TÉCNICAS
Y EJERCICIOS
SUPERIORES

 

 

Decid a la mente, muchas veces,

aquello que deseáis que esta haga,

impulsadla, estimuladla, dadle órdenes,

y ella obedecerá.

WILLIAM W. ATKINSON

 

 

Recurrir a estos procedimientos pone en evidencia el grado de «desestabilización» del control por parte del Otro generalizado (superyó), desarrollando condiciones que llamamos «inversivas» porque hacen que el sujeto adquiera sugestiones que invierten los procesos normales de la percepción psicológica. De modo que un objeto ligero se vuelve muy pesado, mientras que otro, a temperatura ambiente, se vuelve ardiente, etc. No hay duda de que dichas aceptaciones nos refuerzan el hecho de que el sujeto se está afianzando cada vez más en las sugestiones impartidas y que ha alcanzado un estado hipnótico que podemos denominar «medio-profundo». De este modo podemos asignar a los «test inversivos» la tarea de consolidar el estado hipnótico.

 

 

Prueba del objeto pesado

 

Hay que elegir un objeto, por ejemplo un libro, a ser posible grande, y apoyarlo sobre una mesa junto al sujeto. Ordenadle a este sugestiones como (manteniendo el bloqueo de las piernas): «Tenga siempre las piernas rígidas y preste atención a lo que le digo. En breve, cuando yo se lo diga, abrirá los ojos y a su derecha (o izquierda) verá un libro apoyado (u otro objeto). Intentará levantarlo pero no lo conseguirá, porque el libro es muy pesado, tan pesado como si estuviese pegado a la mesa, por lo que no conseguirá levantarlo..., lo intentará, pero no lo conseguirá, porque el libro es muy, muy pesado...». Después de que el sujeto haya superado la prueba (no conseguir levantar el libo), si se desean terminar los experimentos, es preciso anular el bloqueo de las piernas aplicado con anterioridad: «Ahora basta, respire tranquilamente y, a partir de este momento, contaré hasta 7 y los músculos de sus piernas se relajarán cada vez más».

 

 

Objeto cerrado (o bastón cerrado en la mano)

 

Mientras continúa el bloqueo de las piernas, se coloca un bastón en la mano del sujeto (u otro objeto) y se le dice: «Ahora agarre con su mano este bastón, agárrelo fuertemente, yo contaré hasta 10, y cuando llegue a 10, por muchos esfuerzos que haga no conseguirá abrir la mano, y el bastón permanecerá sujeto a ella... 1... 2..., su mano permanecerá perfectamente cerrada... 3... 4..., su mano agarrará cada vez más fuertemente el bastón... 5... 6..., el bastón permanecerá en su mano... 7... 8..., su mano seguirá agarrando el bastón y sólo lo dejará cuando yo se lo diga... 9..., ¡10! Cuantos más esfuerzos haga por liberarse del bastón, más cerrada permanecerá su mano..., inténtelo pero no lo logrará, porque su mano estrechará con fuerza el bastón...».

 

 

Barrera infranqueable (o bastón en el suelo)

 

Mientras el sujeto continúa manteniendo el bloqueo de las piernas, se coge un bastón y se coloca en el suelo, a poca distancia del sujeto, aproximadamente a dos metros. El sujeto mantiene los ojos cerrados, por lo que no puede ver lo que está pasando. Se le imparten entonces sugestiones de este tipo: «Ahora contaré hasta 10, y cuando llegue a 10 podrá levantarse de la silla, abrir los ojos y encaminarse tranquilamente hacia mí, pero no podrá superar el bastón colocado en el suelo... 1... 2..., el bastón colocado en el suelo marcará una barrera infranqueable... 3... 4...; al llegar a 10 podrá levantarse pero no podrá superar el bastón... 5... 6..., el bastón indicará una línea de bloqueo...

7... 8...; cuanto más intente sobrepasarlo, más imposible le resultará...

9... ¡10! Ahora puede levantarse y venir hacia mí, pero no puede superar el bastón, intente venir hacia mí, pero no puede superar el bastón».

El método de la barrera infranqueable, con el bastón en el suelo, puede finalizar deshipnotizando al sujeto, o bien se puede proseguir con sugestiones como: «No lo vuelva a intentar, cierre los ojos y escuche bien lo que voy a decirle, en breve voy a contar hasta 5, y cuando llegue a 5 usted abrirá los ojos y pasará por encima del bastón que hay colocado en el suelo, pudiendo tranquilamente superarlo... (seguir contando)». Si se desea proseguir la sesión con otras pruebas, se invitará al sujeto a cerrar los ojos y se le ordenará que se siente, indicándole con las manos que retroceda (siempre con los ojos cerrados) hasta la butaca, que sólo estará a unos pocos metros de distancia.

 

AUTOHIPNOSIS: BARRERA INFRANQUEABLE

Este método inductivo no se utiliza en la autohipnosis.

 

 

Objeto ardiendo

 

El siguiente método está inspirado en la técnica de la moneda que cae, ideada por Hartland, en la cual se ha basado la sugestión de la sensación del calor. Hay que procurarle al sujeto un bloqueo, como el agarrotamiento de la pierna, y luego ordenarle que abra los ojos y que fije la mirada en un punto determinado. A continuación debemos ordenarle que levante la mano derecha con la palma en alto y colocarle encima una moneda; o bien podemos ordenarle que abra los ojos después de haberle impartido ya las primeras sugestiones: «En breve la moneda se calentará; empieza a calentarse, se vuelve tibia, cada vez se calienta más, cada vez más, cada vez más. Ahora está caliente, muy caliente, ardiendo, ahora quema, cuidado, agite su mano, no puede mantenerla ya en su mano, quema, quema, déjela caer...». Al impartir las sugestiones finales es preciso incrementar el tono de voz poniendo un cierto énfasis, una carga emotiva en las palabras. Si el sujeto deja caer de golpe y de forma brusca la moneda, es una buena señal, mientras que si la hace deslizar significa que nos hallamos ante un sujeto poco sugestionable; si, por el contrario, la lanza por los aires, significa que el test ha sido superado con éxito.

 

 

Unión de los dedos

 

Se invita al sujeto a que fije la atención en su mano derecha (para los zurdos la izquierda), concretamente en sus dedos, el pulgar y el índice. Este método, descrito por Adler y Secunda, fue creado para incitar no tanto el «sueño hipnótico» como un agradable estado de relajación. En nuestro caso, este se utiliza como método inductivo para profundizar en el estado hipnótico. Se imparten sugestiones como: «El pulgar y el índice de su mano derecha tienden a acercarse cada vez más, se están aproximando cada vez más, lentamente sus dedos se mueven y se acercan; cuando las yemas del pulgar y del índice se toquen, usted alcanzará un estado de relajación muy profundo, realmente profundo, como si se durmiera agradablemente. Muy bien..., sus dedos se mueven y se acercan cada vez más y su relajación es cada vez más profunda (hay que continuar con las sugestiones hasta que ambos dedos se toquen). Bien, ahora el pulgar y el índice se tocan y usted ha alcanzado un estado de relajación muy profundo... (se debe repetir 4 o 5 veces)».

Durante la prueba se podrán percibir estas sensaciones:

 

hormigueo en las yemas de los dedos;

dificultad inicial al mover los dedos;

respiración lenta y regular;

sensación de completo abandono;

mejor percepción epidérmica;

profunda calma y completa distensión

 

 

AUTOHIPNOSIS: LA UNIÓN DE LOS DEDOS

Hay que aplicarse a uno mismo el test de la unión de los dedos exactamente tal como se indica para la heterohipnosis.

 

 

Levitación de la extremidad

 

Este método fue creado por Erickson en 1923 y descrito en 1948 por Wolberg. Junto a la prueba de la unión de los dedos, fue desarrollado para alcanzar la relajación muscular y la calma interior; luego se incorporó a los procesos de profundización y es considerado, en la hipnosis clásica, como uno de los mejores métodos para profundizar en el estado hipnótico y conducir al sujeto hacia las ilusiones o alucinaciones sensoriales. Ha llegado el momento en que el sujeto debe depositar una mayor confianza en el hipnotizador. Para conseguirlo, este último recurre a un método claramente positivo. El sujeto deberá, de hecho, sentir su brazo ligero hasta el punto de que este se levantará en el aire. Naturalmente, para el hipnotizador resulta más fácil procurar que el sujeto acepte el brazo pesado y rígido que la anulación de una ley física como es la fuerza de la gravedad. Para lograrlo, el sujeto deberá recurrir a su inconsciente, donde los opuestos son semejantes (si un objeto cae hacia abajo, puede subir también hacia arriba) y todo se desarrollara de la mejor manera posible.

 

AUTOHIPNOSIS: MANO EN LA FRENTE

También en la autohipnosis esta prueba es importante por motivos ya descritos. Para llevar a cabo la levitación de la mano se procede exactamente como para la hipnosis realizada desde el exterior.

 

 

La desestabilización de la mente racional es notable, por lo que es preciso que su sentido crítico se desvanezca. Por lo tanto, cuando el brazo, al liberarse en el aire, alcance su meta (la frente del sujeto), el hipnotizador, en ese preciso instante, aprovechará la milagrosa ocasión —y gracias a esta «apertura»— para aplicar su programa comenzando por hablar de sueño, palabra hasta ahora impronunciable. Si el resultado es positivo, el sujeto habrá reducido los umbrales de atención hasta anular casi por completo el control y desarrollando una confianza plena con respecto al hipnotizador.

Esta profundización se efectuará sólo después de la prueba de la unión de los dedos, y si se desea, puede sustituirse. Con esta prueba se profundiza aún más en el estado hipnótico y se alcanza un nivel en el que se pueden utilizar de forma ventajosa las potencialidades del inconsciente. La atención deberá fijarse en la mano derecha (la izquierda en el caso de los zurdos) y se proseguirá con sugestiones: «Toda la atención está ahora sobre la mano derecha que, a partir de este momento, se aligerará cada vez más..., ya en la punta de los dedos comenzará a percibir sensaciones de ligereza. Los dedos de la mano derecha son cada vez más ligeros, comienzan a levantarse, toda su mano es cada vez más ligera, desde la punta de los dedos hasta la muñeca percibe agradables sensaciones que confieren a la mano una mayor ligereza, ahora la mano se levanta, como si estuviese privada de peso, se levanta cada vez más, más... Muy bien, ahora esta agradable sensación de completa ligereza se difunde por toda la extremidad: desde la muñeca al codo y del codo al hombro; el antebrazo y el brazo se vuelven muy ligeros, inexplicablemente ligeros, como si fueran unos pequeños pesos que atados a la muñeca levantan el brazo, como si una fuerza misteriosa levantara el brazo derecho. Ahora, con tranquilidad, agradablemente, su brazo se levanta cada vez más, la mano se libera en el aire como si fuera una pluma ondeando al viento. Ahora su mano se dirige hacia la frente, tranquila y lentamente, se dirige hacia la frente. Cuando llegue a la frente usted entrará en un profundo sueño, es como si se durmiera profundamente (hay que proseguir con las sugestiones hasta que la mano llegue a tocar la frente). En este momento, su mano toca la frente y su relajación es muy profunda, como un sueño agradable, muy tranquilo, como si durmiera. Ahora la mano se aleja de la frente, y despacio vuelve a la posición inicial. Cuando llegue a tocar la butaca (u otra cosa), las agradables sensaciones de calma, tranquilidad y soñolencia serán aún más profundas, ahora usted sólo quiere dormir». Un perfeccionamiento del método consiste en que el hipnotizador apoye su mano sobre la del sujeto, el cual deberá levantarse, ejerciendo una cierta presión, cuando se le impartan las sugestiones de ligereza, al mismo tiempo que irá disminuyendo la presión hasta anularla. El sujeto percibirá una sensación de ligereza que, de hecho, es debida a la anulación de la presión ejercida, y dicha sensación es la que facilita la elevación de la mano. Durante este método de profundización, las sensaciones percibidas son subjetivas, por lo tanto, lo importante es que siempre sean positivas y agradables. A determinados sujetos, las primeras sensaciones de ligereza en la mano les llegarán lentamente, después de un tiempo; sin embargo, otros las advertirán enseguida, a partir ya de las primeras sugestiones que se les imparta. Para algunos sujetos, el antebrazo subirá muy lentamente, hasta el punto de que esta prueba puede durar aproximadamente diez minutos; por el contrario, para otros, el tiempo será más breve. No tiene demasiada importancia la rapidez del ejercicio, igual que su logro, aunque, por norma general, con aquellos sujetos que responden a las sugestiones con movimientos lentos se produce una mejor profundización hipnótica. En la mayoría de los sujetos, cuando el brazo baja, desciende con bastante rapidez, pero en este caso también la dinámica es individual. Una vez superada esa profundización se puede pasar a otras técnicas inductivas para alcanzar un profundo estado hipnótico.

Durante la prueba son perceptibles las siguientes sensaciones:

 

absoluta tranquilidad corporal;

entorpecimiento;

ausencia de la percepción de algunas partes del cuerpo (en particular las extremidades inferiores);

paso de la soñolencia a un estado parecido al sueño fisiológico;

percepciones sensoriales fuera de lo común;

estado de completo abandono físico;

expansión de la mente.

 

 

Procedimientos sinérgicos

 

Son los métodos de intervención con los cuales se quiere profundizar en el estado hipnótico. Su utilización depende de las diversas etapas que haya alcanzado el sujeto durante la hipnosis y, en todo caso, estos actúan como potenciales métodos de convencimiento.

 

 

Confirmaciones activas

 

Se le ordena al sujeto que ejecute una señal preestablecida al alcanzar un estado determinado. Por ejemplo, se le pedirá que levante la mano derecha cuando sienta la sensación de haber alcanzado un profundo estado de relajación. De este modo el hipnotizador puede proseguir en la conducción sin incurrir en el riesgo de un fracaso anticipado. La utilización de las confirmaciones activas es adecuada en la hipnosis llamada colaboradora.

 

 

Gestión de las pausas

 

Las pausas son muy útiles para hacer comprender al sujeto que está pasando a una fase siguiente en la conducción de la hipnosis. Estas provocan una mayor atención y sirven para cargar emocionalmente al sujeto. Por ejemplo, en la frase: «Su sueño se vuelve cada vez más profundo», el hipnotizador, antes de pronunciar la palabra profundo, realiza una pausa de al menos dos segundos, de modo que el término profundo tendrá una mayor incidencia porque es esperado por el sujeto.

 

 

Paradojas manipuladoras

 

Sirven para potenciar el sentido de superioridad del hipnotizador con respecto al sujeto y para disminuir el umbral de verificación de este último... Por ejemplo, se le dirá: «Mantenga los ojos abiertos e inmóviles, y de este modo los ojos se cerrarán».