DEL PENSAMIENTO
POSITIVO
AL CREATIVO

 

 

Para el hombre es hermoso aquello

cuyas partes responden debidamente,

porque de su armonía resulta el placer.

DANTE ALIGHIERI

 

 

Si es cierto que nosotros somos aquello que pensamos y que no es posible no pensar, ya que, pensar en no pensar indica que estamos pensando, que es el pensamiento que se piensa a sí mismo, entonces no nos queda más que educar la mente y pensar positivamente, tal como la sabiduría oriental nos enseña: «Estoy cansado de pensar —pensó— y también ese pensamiento lo cansó». Es preciso aprender a reaccionar diversamente y hacer frente a las debilidades de manera positiva. La vía maestra para vivir serenamente nuestra existencia es la de educar «nuestro modo de pensar», porque el pensamiento crea nuestro futuro. Para empezar, es necesario aprender a apreciar lo que se tiene, en lugar de lamentarse por aquello que no se tiene; es la metáfora del vaso medio lleno o medio vacío lo que hace que la bebida sea un don o un castigo, por eso la sabiduría se diferencia en la comprensión de aquello que se puede hacer de aquello que es irrealizable. «El invierno trae el frío y nos entumecemos; el verano, por el contrario, trae el calor y sudamos [...] no podemos modificar esta realidad [...]. No se debe sufrir por lo que no se puede reparar» (Séneca, 4 a. de C. 65 d. de C.). Ser positivo es el resultado de la inversión de la negatividad, y en el Evangelio según San Mateo, podemos leer: «Quien teme perder la vida ya está muerto, y aquel que no teme a la muerte vivirá eternamente». En estas frases se descubre la paradoja contenida en dos conceptos siempre alejados entre ellos, pero al mismo tiempo colindantes en los procesos mentales y que adopta el nombre de bisociación, como señala A. Koestler en El acto de la creación: «Es la percepción de una situación o de una idea en dos sistemas de referencia internamente coherentes pero habitualmente incompatibles» (1964). En el taoísmo filosófico, encontramos numerosas paradojas como las siguientes: la plenitud del vacío, el conocimiento de la nada, ser activamente pasivos, ser dinámicamente inmóviles. También en la deducción metafísica de Fichte (1762-1814) se descubren ideas paradójicas: «El Yo no es sólo finito sino también infinito. Lo demuestra su infinita actividad, espontaneidad, libertad». En el pensamiento radica la fuente del propio existir, así lo afirma Kant (1724-1804): «En el “Yo pienso” radica el principio supremo de todo el conocimiento. El “Yo pienso” es un acto de determinación existencial, que supone ya dada la existencia».

La realidad que vivimos nace en nuestra mente, y el pensamiento es una poderosa energía que, como tal, está en condiciones de activar el cambio. La percepción de la vida se debe al continuo flujo de pensamientos que genera nuestra mente. Cada pensamiento debe ser una entidad temporal que en su fluir realiza su continua adaptación al pensamiento universal. Entonces podemos aunar el pensamiento positivo con el ser optimistas. El optimismo ayuda a vivir mejor, y el hecho de pensar positivamente es el inicio de un proceso evolutivo. Pero eso no es suficiente, pues para ciertos individuos querer creer a toda costa que todo va viento en popa cuando en realidad eso no es así, puede comportar desengaños. Lo importante es poder realizar verdaderamente el cambio y pasar del «pensamiento positivo» inicial al siguiente «pensamiento creativo»; el primero indica el proyecto, el modelo adecuado de referencia, mientras que el pensamiento creativo indica la fase de realización hasta alcanzar realmente el cambio.

El primer hecho positivo podemos descubrirlo en la certeza de poder contar con un potencial que cada uno de nosotros posee. Después es preciso no contentarse con el hecho de pensar en positivo, sino que se debe practicar, actuar, estar mejor.

Para asegurarse de que se ha atravesado el umbral de la fase positiva y que se ha alcanzado la fase creativa, no queda más que comprobarlo y, con este fin, podemos tener en cuenta lo que la meditación taoísta nos indica como medio de control:

 

si os sentís en un estado de tranquilidad y serenidad, eso es bueno;

si tenéis la sensación de que toda la tierra es un mundo de luz, eso es bueno;

si no encontráis nada desagradable en la creación, eso es bueno. La autoestima se puede mejorar, el médico que llevamos en


nosotros puede ser activado y el maestro interior no espera nada más que nuestra visita. En los momento difíciles, tranquilízate, detente y escucha la voz interior, y pon en práctica lo que se te diga.

 

PENSAMIENTO NEGATIVO

PENSAMIENTO POSITIVO

PENSAMIENTO CREATIVO

no sé nada

puedo aprender

estoy dispuesto ahora mismo a aprender

no soy capaz

seré capaz

me pongo en marcha para desarrollar mis actitudes

siempre digo estupideces

hablaré sabiamente

recurro enseguida a mi saber

será un fracaso

será un éxito

daré lo máximo de mí

esta vez también saldrá mal

esta vez saldrá muy bien

construyo paso a paso mi éxito

enfermaré

estaré bien

yo soy dueño de mi salud

soy débil

soy fuerte

soy dueño de mis fuerzas y lo demostraré ahora mismo

no consigo cambiar

estoy en condiciones de cambiar

estoy cambiando

tengo mucho frío

la temperatura es agradable

activo de inmediato mediante autocontrol la agradable sensación de tibieza

 

 

Los elementos del recorrido del pensamiento creativo se pueden resumir en cinco puntos:

 

1. motivaciones claras y positivas;

2. presencia de aspectos sentimentales y gratificantes;

3. concienciación de la segura posibilidad de alcanzar el objetivo prefijado;

4. certeza de la posibilidad de realizar el cambio;

5. dedicación a la causa teniendo en cuenta los esfuerzos requeridos para obtener los nuevos valores.