Cada cual tiene sus razones
¡Qué importante es saber respetar las razones del otro, aunque de entrada no las comprendamos! Asumimos como normal y bello rendir homenaje con flores a aquellos a los que amamos y que ya no están, y, así, se las llevamos a los lugares donde reposan para honrar su memoria. Sin embargo, del mismo modo que hay quien lleva flores, otro simboliza esa ofrenda a través —en este caso— del arroz.
Con su aprendizaje, Yun no tiene más remedio que respetar y honrar las razones que llevan al chico a acercarse a su difunto abuelo de esa manera, pues son tan legítimas como las que la llevan a ella a portar flores a los demás.
Así ocurre con todo en la vida. Cada cual tiene sus razones y las expresa como puede y como quiere. Por eso, antes de juzgar debemos comprender, porque nuestra visión obedece a nuestras proyecciones, que surgen de nuestra experiencia y del relato vital que hemos ido construyendo en nuestra vida.
En muchas ocasiones, la crítica al otro no es más que el relato abierto de lo que somos.