Nos ha tocado en suerte una época tan compleja e inestable que necesitamos tener coraje y una mentalidad positiva para asumir los retos que, día a día, la vida nos pone en nuestro plato.
Parafraseando una novela norteamericana del siglo XX, a los autores de este libro nos gusta decir que el desayuno de los campeones no son los cereales, sino los obstáculos y los desafíos que la existencia cotidiana nos presenta.
Ante esas contingencias hay básicamente dos actitudes vitales:
1. Culpar a los demás, al mundo, a la mala suerte, de lo que nos ha tocado vivir, y esperar de brazos cruzados a que las circunstancias cambien.
2. Afrontar cada hecho y cada situación con nuestro mejor ánimo, mientras nos remangamos para crear las circunstancias y los resultados que deseamos.
La primera forma de entender la vida nos convierte en seres temerosos y pasivos, porque situamos el poder fuera de nosotros. Estamos literalmente desempoderados. Cuando renunciamos al control de nuestra nave, quedamos a merced de los elementos que nos envuelven.
La segunda forma de pensar pertenece a los proactivos, a aquellos que toman la iniciativa para mejorar su realidad y hacer del mundo —del suyo y del de los demás— un lugar mejor donde vivir. No esperan a que cambien los vientos, sino que se ponen a remar en la dirección deseada.
Para esta clase de personas, los obstáculos no son muros, como les parece a los del primer grupo, sino pruebas que superar. Por eso mismo son campeones. Buscan siempre crecer, y, si algo no sale bien a la primera, lo vuelven a intentar con diferente perspectiva y nuevas herramientas.
Es para ellos y ellas para quienes hemos escrito esta nueva colección de relatos.
Si en Cuentos para quererte mejor abordábamos la autoestima de niños y adultos, y en nuestra segunda antología explorábamos los valores, este tercer libro recoge treinta y cinco historias para tener coraje y resiliencia, aprendiendo a actuar en lugar de reaccionar y convirtiendo así cada adversidad en un aprendizaje.
La pionera de los talleres de escritura en castellano, Silvia Adela Kohan, aconseja a los futuros novelistas que no sean temerosos, ya que cree que «para escribir un libro no se puede ser cobarde». Lo mismo sucede con el guion que trazamos para nuestra vida. Si no lo escribes tú, otros lo harán por ti.
Hay que tener valor para adaptarse a la marea de los tiempos, sin dejar de ser tú mismo, y encontrar soluciones a cada nuevo problema. Con esta mirada sobre la existencia, la crisis se convierte en oportunidad y los obstáculos en trampolines y alas.
Estos cuentos —y las reflexiones que los acompañan— son una invitación a crecer más allá de los límites que creemos tener, para tomar el control de nuestro destino y construir, con cada uno de nuestros actos, el futuro que deseamos.
Son útiles para lectores de todas las edades, porque el adulto atesora la pureza y la plasticidad del niño, y en el niño vive el adulto que empieza a ser.
¡Gracias por estar ahí!
Àlex Rovira & Francesc Miralles