ESCENA V

Octavia.—Doña Soledad.— Sabel.

 

sabel (por la derecha).

Señorita, que usted le dispense, pero que ahora no puede venir.

 

octavia

¡Dios mío! ¿Le has dicho que yo me sentía muy mal?

 

sabel

No, señora...

 

octavia

Pues ve á decírselo.

 

doña soledad

¿Hablas de ese?... ¿Con quién está? Al subir le he oído vocear como un loco.

 

octavia

¡Ves, Sabel! ¡Lo que yo me temía! (Vase Sabel.)

 

doña soledad

Pero, ¿con quién está?

 

octavia

¡Con el Padre Rojas!

 

doña soledad

¡Válgame Dios! ¡Válgame Dios! ¿Y todavía no te convencerás de que esta vida es imposible, hija mía? Mira, vengo resuelta á llevarte...

 

octavia

Ahora te pido que no me hables de eso, mamá.

 

doña soledad

Bueno, no te hablaré; pero tú debes irte acostumbrando poco á poco á la idea de abandonar todo esto...

 

octavia

¡Fuí tan feliz aquí!

 

sabel (por la derecha).

Señorita, han cerrado la puerta de la sala. Yo no me atrevo á llamar.

 

octavia

¿Hablan muy alto?

 

sabel

Ahora no, señora.

 

doña soledad

A ver si puedes coger alguna palabra... (Vase Sabel.)