Evocación de Consuelo

Parecida a Minerva

en la quietud de enero

del lejano sendero

cruzaba el mar de hierba.

Observando los ritos

más tediosos llegaba

con su voz que encantaba

las noches y los gritos.

Ni el clavel colorado

le agradaba ni el blanco

alelí junto al banco

ni el árbol admirado.

Sabía que en el fondo

de los ojos existe

sólo Dios que persiste

en un marco redondo.