Para el agua

Estoy hablando al agua que es espejo:

“Como a una madre yo amo al universo

que me hubiera abrazado al despertar,

que me trajera cestos de duraznos,

caminos y estaciones y abanicos.

Dentro de algunas piedras muy preciosas

veo brillar tus ínfimos paisajes,

tus personas que mueren o que nacen.

Hasta el crimen por eso me da lástima

y la insolencia misma me enternece.

Te contemplo alejándote en el río.

¡Y daría mi vida por la tuya

imaginando tu llegada al mar

desnuda, impersonal y aun tan mía

formando parte como yo del mundo!”