Gomero
Debajo del gomero que mató
a una palmera para ser gomero
hay solitarios siempre enamorados
que han compartido esas mismas costumbres;
saben meterse adentro de lo que aman,
devorarlo, vivir en lugar de él.
Perfecciona el gomero su homicidio
embelleciéndose de haber robado
virtudes que al crecer le pertenecen
pero el mortal amante no hallará
belleza para su rapacidad.
Por qué será que en cualquier parte existe
también ese Narciso entre los árboles.
Nadie habla de la fragancia del gomero
(si fuera rosa o junquillo hablarían).