Palmera en la ventana

En la ventana con memorias del mar

con reminiscencias de los ríos

de la Biblia y de los desiertos

balancea sus palmas una palmera.

¿Ella también sufre de vivir en la ciudad

o se eleva tan alto en el cielo

que pierde la angustia de esta civilización?

Tal vez ignora lo que sucede a sus pies.

Lejanos perros ladran, no la inquietan;

palomas baten sus alas en las palmas,

no las siente;

niños le arrojan piedras, no las mira;

músicas, aviones, rompen el silencio, no los oye.

Si duermen los árboles dormirá ella también.

Al cerrar las persianas

en su tronco

se cierran miles de párpados

por la noche cuando se acerca

el azul laberinto de una tormenta.

Pero yo sé que navega a favor del viento

por encima de las plantas y de los pájaros

asustados como una diosa enamorada

y que despertará con esplendor de los cataclismos.