Ombú
Ombú, que fuiste casa, teatro, circo,
mingitorio, ávido templo de amor.
En tu rugosa piel de paquidermo
nacen flores ebúrneas, perfumadas;
amantes se recuestan en tus brazos
en los días más tórridos de enero,
como en la India paseaban los príncipes
con palmas en los grises elefantes.
Si fuiste un animal, fuiste una casa,
si alojas el recuerdo fuiste olvido,
olvido de la ingrata penitencia,
de la mentira y la desobediencia.
¡Hierba, más importante eres que un árbol!