Arboreciendo
Quisiéramos saber qué piensa
esa chica inmóvil, trepada a un ceibo.
¿Estará arboreciendo?
Le crecerán hojas en el pelo,
ramas en los brazos,
troncos en las piernas.
Está sola, tan sola que parece
una muñeca vestida por ella misma.
No le molestan las miradas
de la gente que pasa.
Su vida entera es este momento.
Su voz cayó en el agua,
su mirada la siguió
inmóvil, en el irisado lago.
Si vuelvo a este sitio y no la encuentro
trepada a un ceibo como hoy
pensaré que este árbol no es el mismo
y que la chica no fue una aparición.