Escenas de Palermo
Una mendiga imita con su cara quemada
la cara del busto de Alfonsina Storni.
Esto no impide que se pase la mañana
lavando ropa sin jabón,
con el agua de la fuente.
De las ramas de los arbustos
cuelga cuidadosamente la ropa lavada.
La ropa atada en las ramas,
parece una gigantesca floración.
Por eso la gente exclama,
no muy segura, en tono de pregunta:
“Ahora que hay menos gatos
¿no les parece que Palermo está mejor cuidado?”
—Es claro que puede ser. Los gatos son muy limpios.