Variaciones de un poema del enamorado

Muere de amor desesperadamente

labra su jaula con un junco de oro

declara el precio cruel de su tesoro

que aloja un corazón hasta en su frente.

Poseer no es lo que más desea, siente

en su cuerpo crecer la voz de un coro

que sin cesar repite “Yo te adoro,

mi jacinto de zafiro, mi fuente,

mi ratón, mi desmayo predilecto,

mi reclusión, mi acíbar, mi distancia,

el ejercicio sádico de mi ansia,

mi durazno, mi triángulo perfecto,

y todo lo que por tu amor inmolo

para poder besar cuando estoy solo”.