Sueño

Elegía X de John Donne

Imagen de ella a quien amo más que a ella misma,

cuya impronta perfecta en mi corazón fiel

me trocó en su medalla logrando que ella me ame

cual rey que en las monedas ha estampado su efigie

para darles valor; toma mi corazón

hoy demasiado grande y bueno para mí.

El poder pesa al débil, los objetos brillantes

embotan los sentidos; más hay, menos los vemos.

Cuando me hayas dejado junto con la razón,

sólo la fantasía que es alma, es reina, es todo,

podrá darme alegrías más mezquinas que tú,

convenientes tal vez y más proporcionadas.

De modo que si en sueños eres mía, lo eres:

todas nuestras venturas son fantasmagorías.

Puedo rehuir por eso de la pena que es cierta;

el sueño traba el juicio y todo lo demás.

Después de una perfecta fruición despertaré,

y al despertar de nada tendré que arrepentirme;

al amor en sonetos diré mi gratitud

en multiplicación de penas, pompas, lágrimas.

Amado corazón, dilecta imagen, queda;

la verdadera dicha también es como un sueño;

aunque aquí te demores, ah, qué raudo es tu paso,

de igual modo se tornan en pavesa los cirios.

Mas henchido de amor yo prefiero estar loco

con tanto corazón, que idiota y sin ninguno.