Timidez disfrazada de jirafa
Todo el mundo miraba su alto cuello,
su cintura y su pecho, su cabello.
Como adentro del agua se movía
en la neblina azul de su miopía.
Sus piernas y el silencio eran muy largos,
los pensamientos que inspiraba, amargos.
Para ocultar su turbación mascaba
su propia lengua; atenta, no escuchaba.