Los pinos

No escuchaste latir el corazón de un árbol

apoyada en el tronco mirando hacia arriba,

no viste el follaje que se movía

como el latido de un corazón,

no sentiste el estremecimiento

sobre tu cuerpo de las ramas que se mecen,

no escuchaste el corazón de los pinos

cuando los mueve el viento y caen esas hojas

que son como verdes

alfileres fragantes, y cuando pasan las nubes,

no viste que giraba el mundo, el mundo entero

y no sentiste que el cielo se acercaba,

se metía adentro de los pinos,

y que desaparecías y que penetrabas con él

adentro de los pinos para ser en él otro árbol.