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DÍA 5

PARA REFLEXIONAR

El milagro de entregarse

 

Dios conoce los lugares torcidos que necesitan enderezarse, todas las heridas de nuestro corazón que han permanecido tantos años sin cerrar y todas las partes rotas de nuestra vida que no se han reparado. Y Él, que es el autor de los milagros, tiene el deseo y el poder infinito para sanarlo todo.

En un momento dado, no importa tanto cómo hemos llegado a ser de cierta manera. Hasta que podamos admitir nuestros defectos y aceptar la responsabilidad de que sin importar cómo y de quién los hayamos adquirido, ahora son nuestros, hasta ese momento Dios mismo no tiene poder para sanarlos. Podemos hablar durante horas con un terapeuta sobre cómo nuestra relación con mamá o papá nos ha hecho desarrollar alguna característica de nuestro comportamiento, pero eso no logrará que desaparezca. El poder nombrarlo y entregarlo a Dios, y pedirle que lo elimine, ése es el milagro de la transformación personal. Puede que no desaparezca en un instante, pero sus días ya están contados. La medicina ya está en tu torrente sanguíneo psíquico.