DÍA 104
No me dejes desalentarme por las rudezas del camino
El viaje hacia la iluminación no es siempre fácil. Sólo dejo a Dios mi propia oscuridad. Ese proceso puede ser doloroso, pero es el dolor que lleva hacia la paz.
No me dejes desalentarme por las rudezas del camino. La vida espiritual no es siempre tranquila, y las relaciones espirituales no siempre son fáciles. Soy un peregrino que va hacia el gozo, y mantendré el destino que sigue mi corazón.
Querido Dios,
por favor, manda tus ángeles a guiarme
para hacer mi recorrido hacia la libertad del ser.
Mientras mi ego torturado da gritos de dolor
al sentir su propia desaparición,
que recuerde que la muerte del ego
es el nacimiento de mi verdadero ser.
Amén.