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DÍA 113

Deja todos tus problemas en manos de Dios

 

Sin importar cuál sea mi problema, la solución perfecta existe en la mente de Dios. Mi trabajo no es sentirme abrumado por el asunto, sino tener disponibilidad para recibir la respuesta. Mis preocupaciones sólo retrasan la solución al reflejar mi falta de fe en ella. Hoy estaré tranquilo al saber que cada respuesta, cada curación y cada solución están ya en camino.

El universo se corrige a sí mismo y yo soy un hijo del universo. Los milagros se dan según la naturaleza de cada problema, sin embargo, son tanto mi fe como mi compasión los que hacen que sucedan. Que mi mente pueda ser un canal para el amor y la fe, para que mis problemas puedan resolverse.

Querido Dios,

en ti está la respuesta a cada pregunta

y la solución a cada problema.

Pongo mi mente ansiosa

en tu cuidado

y rezo por la calma

con la cual recibiré tus respuestas.

Así sea.

Amén.