DÍA 115
PARA REFLEXIONAR
La plegaria del señor
A cada instante el universo está listo para comenzar de nuevo. El único punto donde se intersecta el tiempo de Dios con el lineal es el momento presente; los milagros no suceden en el pasado o en el futuro, sino en el ahora. A cada instante Dios derrama su amor por mí, con oportunidades infinitas de renovación y renacimiento. Dios siempre está diciendo: “Aquí está la gloria del universo. ¿La quieres? Ven y tómala porque es tuya.”
Así que le decimos al universo durante toda la eternidad, momento tras momento tras momento: Dios, tú que estás en el reino de la verdad, que tu palabra sea todopoderosa en mi mente. Que el mundo en que vivo refleje la realidad del amor. Que pueda tener tus pensamientos y manifestarlos. Que hoy pueda recibir lo que necesito. Que mi camino se despeje, conforme limpio mi corazón para abrirlo a los demás. Y cuando sienta la tentación del miedo, sea guiado otra vez a tus pensamientos amorosos: que el amor sea mi experiencia y mi poder; que el amor sea mi felicidad y mi paz a lo largo de mi día.
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, y perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, por los siglos de los siglos. Amén.