DÍA 163
Que hoy no me pierda en un mundo sin sentido, sino que pueda encontrarme a mí mismo en Dios
Los pensamientos insignificantes que dominan el mundo pueden infectar mi conciencia si yo lo permito, arrastrándome hacia los pozos sin fondo de la ansiedad y la desesperación. No estamos solos en esos lugares de dolor, ya que Dios ha enviado a su espíritu a salvarnos de la oscuridad del mundo terrenal.
Hoy recuerdo que el dolor no es real, sino producto de las ilusiones creadas por pensamientos intrascendentes. Ruego a Dios que guíe mis pensamientos más allá del miedo, hacia el amor dentro de su mente y la mía.
Querido Dios,
extiéndeme tu mano
en mi desesperación,
que no me hunda
en el infierno de mi propia creación.
Muéstrame quién soy realmente,
para levantarme
sobre las propias ilusiones
de mi mente temerosa.
Entrégame al amor.
Amén.