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DÍA 164

No le pido a Dios que cambie mis circunstancias, sino que cambie quién soy en ellas

 

A todos se nos asigna un pedazo de jardín, un rincón del universo que podemos transformar. Ese rincón es mi propia vida: mis relaciones, mi hogar, mi trabajo y mis circunstancias, tal y como son.

No le pido a Dios que cambie mis distintas situaciones, sino que transforme quién soy cuando estoy en ellas. Que atienda cada parte de mi jardín con amor, para ser la manifestación más hermosa de todo lo bueno, sagrado y verdadero.

Querido Dios,

hazme la persona

que quieres que sea,

para hacer lo que tú quieres.

Que mi vida sea la más bella

al recordarme quién soy.

Amén.