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DÍA 172

Recordaré hoy que la realidad final siempre es perfecta

 

Tras las nubes grises siempre hay un cielo azul; tras el velo de las ilusiones que dominan el mundo siempre está la verdad del amor infinito. La verdad de quienes somos es infinita: somos inmutables, amorosos e inmortales.

Hoy no seré engañado por las apariencias del mundo. No voy a ser tentado por la mayor desesperación, ya que el sufrimiento del mundo es resultado de nuestra locura colectiva, y Dios ha prometido sanarnos. Entrego pues mi mente a la curación, para ser parte del gran despertar que nos sacará de nuestras pesadillas.

Querido Dios,

que hoy no me sienta tentado

a creer en las ilusiones

de sufrimiento y pérdida.

Que en su lugar vea a través de ellas la posibilidad de curación

y sea usado por ti para llevarla a cabo.

Así sea.

Amén.