DÍA 189
Que yo pueda renovar la luz dentro de mí
Toda la gente que veo, toda situación en la que me encuentro, representa una lección que lleva a la siguiente etapa, la renovación de mi verdadero ser. Todo lo que pasa es parte del misterioso proceso educativo por el cual de manera subconsciente me acerco a las personas y las situaciones que constituyen mi tarea siguiente. Con cada lección cumplo el desafío de ir más profundamente, de volverme más sabio y más amoroso. Y cualquiera que sea mi lección siguiente, me espera siempre en mi camino.
El trabajo de Dios es el trabajo de mi renovación, y no necesita estar en otro sitio, o hacer otra cosa, para realizarlo. En este mismo día y aquí frente a mí, hay cosas que hacer y pensamientos que nutrir para ser una mayor “posibilidad de mí” de lo que hasta ahora he manifestado. En cualquier instante, hay más amor de lo que puedo expresar.
Hoy puedo desarrollar los límites de mi capacidad de amar. Que yo pueda perdonar, ser más misericordioso, más compasivo y amable. Que otros sientan en mi presencia una mayor posibilidad para brillar, como la luz de Dios brilla a través de mí para bendecirlos y elevarlos.