DÍA 228
Uso las oraciones y la meditación para ejercitar mi cuerpo espiritual
Mientras la comida es el combustible para mi ser físico, la meditación y la plegaria lo son para mi ser espiritual. Mientras el ejercicio fortalece a mi cuerpo, los ejercicios espirituales fortalecen mi espíritu.
La gravedad funciona tanto a nivel físico como emocional. Igual que no deseo que la gravedad haga descender mis músculos, tampoco deseo que la gravedad espiritual reduzca mi mente. Trabajo contra la gravedad emocional —los pensamientos de miedo, cinismo, negatividad, victimismo, enojo, necesidad de juzgar y ponerse a la defensiva— al orar y meditar durante el día.
El ego tratará constantemente de que me aferre a una interpretación del mundo basada en el miedo. Hoy volaré con alas de ángeles —los pensamientos del amor— sobre las luchas de la confusión del mundo. Oro y medito para que mi mente permanezca en el amor. Y entonces volaré sobre las ilusiones del mundo.