DÍA 246
El rechazo no viene de mi ser verdadero
Lo real no puede ser rechazado. Si alguien no ve mi belleza, no es porque no exista. Si alguien no aprecia mi valor, no es porque sea menos valioso. Mi valor —como el de todos— es inestimable porque ha sido establecido por Dios.
Ninguna opinión puede aumentar o disminuir la verdad de quien soy. Que yo pueda aceptar a otros como Dios me acepta. Que nadie se sienta rechazado por mí, como yo no me siento rechazado por nadie.
Que me levante por encima del dolor del rechazo, conforme recuerdo quien soy en realidad no puedo ser rechazado. Que la aceptación de Dios signifique para mí más que la aceptación de cualquier persona, porque se basa en mi verdadero valor. Que los demás se sientan aceptados por mí tanto como yo deseo ser aceptado por ellos.