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DÍA 263

Dios es tanto mi madre como mi padre

 

Aunque haya tenido los mejores padres, o los más abusivos e incluso aunque no los haya tenido, Dios es mi verdadera madre y mi verdadero padre. Es la fuente y mi gran apoyo. Mi ser espiritual es criado por Dios.

Como adulto, Él vuelve a criarme. Recibo su herencia divina en la mente, que es su legado. Como su hijo tengo derecho a los milagros que aparecen en cuanto recuerdo quién soy. Que piense y actúe como corresponde a mi verdadero origen.

Recibo la crianza de Dios y mi identidad como su hijo. Me desligo del falso condicionamiento del mundo, recibiendo el amor que es mi pasado, mi presente y mi futuro. Me regocijo en mi origen verdadero y en mi verdadera vida.

Amén.