
DÍA 272
Pongo todo el miedo a la carencia en manos de Dios
Hoy recordaré que vivimos en un universo abundante, en el cual toda carencia es automáticamente compensada por el espíritu. Cuando mis bienes han disminuido gracias a mí o a otros, el universo tiene un plan inmediato para incrementarlos. Hoy no tendré la tentación de olvidarlo.
La fe y la paciencia, no la ansiedad ni la acción impulsiva, me llevarán hacia mi bienestar. La clave a mi abundancia externa es la abundancia del amor en mi corazón.
Querido Dios,
te entrego
el miedo de mi corazón,
de que no hay suficiente,
de que nadie se ocupará de mí,
que todas las cosas saldrán mal.
Transforma mi pensamiento
para ver que en ti
hay sólo perfección y abundancia
y contigo estoy en casa.
Amén.