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DÍA 287

Hoy me comprometo a perdonar a alguien que me cuesta trabajo perdonar

 

Cuando retengo el amor, bloqueo mi propio bien. Cuando me quedo atorado en el pasado, no permito que el presente se desenvuelva de manera milagrosa. Cuando me siento como una víctima, me ato a la experiencia de la victimización.

La parte de mí que se siente ofendida o victimizada no constituye mi verdadero yo. El verdadero yo existe en el triunfo y la victoria espiritual sin importar lo que haya pasado o lo que me hicieron. Aferrarme a las quejas puede evitar que el universo me ofrezca el milagro de un nuevo comienzo.

Querido Dios,

dejo en ti mis quejas,

y la gente a la que no puedo perdonar,

las cosas a las que me aferro y no quiero dejar ir,

y la oscuridad de mi propio corazón.

Por favor, elimina la enfermedad

de la falta de perdón

que hay en mi alma.

Así sea.

Amén.